Cuida tu bolsillo en estas fiestas

La Navidad es una época de felicidad y regocijo, pero para algunos también de estrés cuando los gastos se salen de control.  ¿Cómo podemos hacer de esta Navidad una fiesta de alegría y mantener unas finanzas saludables?

Presupuesta, presupuesta, presupuesta 

Determina cuál es la cantidad máxima que tienes para invertir en regalos, comida, decoración, árbol, etc., y asegúrate de ceñirte al límite.  Haz una lista de los regalos que debes comprar y asígnale un presupuesto a cada uno.  Es fácil sentirse tentado a regalar de más, pero debes reconocer cuál es tu realidad económica y actuar en base a la misma.  A veces debemos recortar la lista de regalos o la cantidad que nos gastamos por obsequio.  No pasa nada.  Lo importante de las fiestas no es tener el regalo más caro, el pavo más grande, o el arbolito más decorado.

Así mismo, puedes encontrar formas de participar de tus tradiciones favoritas sin excederte.  Por ejemplo, si te encanta intercambiar tarjetas navideñas pero tu presupuesto está apretado, pídele a un familiar, amigo, vecino o compañero de trabajo que te tome una bonita foto navideña y envíala electrónicamente.

Piensa bien los regalos

Cuando pensamos en regalos, las compras en tiendas suelen ser lo primero que viene a la mente.  Sin embargo, hay muchos obsequios significativos y económicos que podemos dar si tan solo usamos un poco de creatividad y tiempo.  Los regalos personalizados o hechos por uno mismo, por ejemplo, suelen ser muy especiales.  ¿Te gusta la cocina?  Regala galletas y brownies o prepara una comida para tus seres queridos.  ¿Eres bueno en manualidades?  Regálale a la abuela una blusa hecha en casa.   A su vez, los regalos no necesitan ser materiales.  Las experiencias pueden ser el mejor presente; un picnic en el parque o unas entradas al cine pueden significar mucho para la persona que lo recibe.

Si te sientes más cómodo otorgando obsequios más tradicionales, enfócate en hacer compras prácticas.  Las medias, pijamas, o camisas para el trabajo quizás no sean emocionantes o glamorosas, pero son las más útiles y representan una mejor inversión del dinero.

Aprovecha los “amigos secretos”

En la medida de lo posible, organiza y/o aprovecha los “amigos secretos”.  Si tienes una familia numerosa, una gran cantidad de amigos, o trabajas en un departamento con muchas personas, jugar al “amigo secreto” puede ser una buena manera de compartir con seres queridos y regalar sin gastar de más, ya que en vez de comprarle un regalo a cada persona, compras uno solo dentro del grupo que participa en la actividad.  Es importante establecer un presupuesto para el “amigo secreto” y asegurarte de que te sientes cómodo con el mismo.  Si el presupuesto propuesto se excede de tu realidad económica o tienes demasiadas invitaciones para participar en “amigos secretos”, siéntete cómodo excusándote.  Habrá otras oportunidades en el futuro para participar.

Planifica para el otro año

Aunque la Navidad se concentra en el mes de diciembre, podemos planificar para las fiestas con antelación.  ¿Es enero y los artículos de Navidad están en descuento?  Aprovecha para comprar aquello que notaste te faltó en diciembre.  ¿Hay un baratillo de verano?  Aprovecha y adelanta algunos obsequios.  De tal forma, evitas las compras de último minuto (que además pueden resultar más caras) y repartes los gastos asociados a las fiestas a través del año.

A su vez, ahorras para la próxima Navidad.  En Banco General, por ejemplo, contamos con una Cuenta de Ahorros de Navidad que te permite llegar a tus metas de ahorro para fin de año, ¡utilízala! (https://www.bgeneral.com/personas/cuenta-de-navidad/)