Asociación Luz y Vida: 30 años cuidando a los adultos mayores
Todo ser humano merece tener una vejez digna y alguien que lo acompañe, pero desafortunadamente no siempre es así. En 1987, al percatarse del grave problema de abandono de adultos mayores en ciertas áreas de la ciudad de Panamá, monseñor Rómulo Emiliani y un grupo de personas comprometidas se disponen a dar un grano de arena para ayudar a resolver esta triste realidad. Así nace la Asociación Luz y Vida, que por 30 años ha trabajado para que adultos mayores en condiciones de pobreza o abandono tengan un lugar donde tener una calidad de vida digna.
La Sra. Emma de Alvarado, presidenta de la Asociación Luz y Vida, compartió la trayectoria y los retos de esta organización que es beneficiaria de la Fundación Sus Buenos Vecinos.
¿Cuál es el objetivo principal de la Asociación?
Hacer realidad la visión y misión de Luz y Vida de rescatar a estos adultos mayores en estado de vulnerabilidad social o familiar en situación de calle, admitiéndolos en los hogares regentados por la Asociación.
¿Cómo ha evolucionado el trabajo de la Asociación a través de los años?
De los primeros pasos, sirviendo comida en las calles los días lunes, hasta contar con dos hogares de acogida y poder utilizar un comedor bien equipado para beneficiar a personas indigentes.
¿Qué logros los llenan de orgullo y qué retos tienen aún por superar?
Uno de nuestros grandes logros es haber sido capaces, a través de estas tres décadas, de poder seguir acogiendo de manera permanente a cientos de señores mayores sin techo que encontraron un nuevo estilo de vida digna y diferente al que los trajo un día a nuestros hogares.
Siempre habrá nuevos retos y son los que nos impulsan a seguir trabajando con el entusiasmo y dedicación que requiere una actividad que funciona las 24 horas al día, los 365 días del año. Saber que este es un trabajo en equipo, y que debemos motivar a la sociedad en general a que conozca de esta obra para animarlos a contribuir de diferentes formas en darnos su apoyo a nivel personal, empresarial e institucional dentro de sus programas de responsabilidad social.
¿Qué rol ha jugado el voluntariado en el éxito de la Asociación Luz y Vida?
Un rol muy importante, pues cada socia voluntaria cuando ingresa se compromete a participar activamente con su trabajo voluntario en las diferentes comisiones de trabajo y actividades aprobadas.
Además, este servicio se complementa con el apoyo de otros grupos voluntarios externos perseverantes, quienes colaboran desde donarnos comidas preparadas en el comedor hasta realizar visitas a los hogares de instituciones privadas y gubernamentales, o el apoyo de colegios que se ponen a la orden dentro de sus programas de responsabilidad social, que vienen a conocernos, a saber lo que hacemos; ven la condición de atención que reciben los residentes de los hogares y allí están para extender sus manos generosas.
¿Qué las inspira?
Nos inspira el amor de Dios que nos dirige a mirar a los adultos mayores que tocan a nuestras puertas con difíciles condiciones y situaciones de vida; nos une una gran solidaridad y hacer el bien a estas personas desvalidas.
Que los Hogares Luz y Vida son a partir del ingreso de estos señores, el sitio donde recibirán, no solamente el sustento diario sino que vamos más allá con cada anciano en ayudarlos a adaptarse a convivir con sus demás compañeros, a respetar al personal que los cuida y agradecer a quienes apoyan la obra.
A cada adulto mayor al ingresar se le asigna una socia madrina que sigue de cerca su desenvolvimiento, hasta el día en que el Señor los llame a su lado, se les despide con un funeral lleno de espiritualidad y dignidad
¿Qué planes tienen para el futuro a corto y mediano plazo?
En materia de proveer calidad de vida de los ancianos, siempre poder contar con el personal capacitado con vocación de servicio, para que nos apoyen en la atención las 24 horas de los residentes de los hogares, seguir contando con la generosidad de benefactores que nos permitan cubrir los costos de sus necesidades geriátricas, otros costos médicos, nutricionales, fisioterapéuticos, de talleres de terapias ocupacionales y recreativas.
En materia de mejoras al hogar, mantenerlo en las óptimas condiciones de aseo, seguridad y presentación, además de poder contar con el mobiliario, vehículos para movilizar a los residentes y efectuar otras tareas de mensajería, así como poder tener equipos de apoyo geriátrico que requieren los residentes.
La labor de la Asociación Luz y Vida es digna de admirar. El amor al prójimo que demuestran todas sus socias es un ejemplo a seguir y seguramente vendrán muchos años más de trabajo incansable por los adultos mayores.