El regalo más grande: un hogar lleno de amor
Aunque no tenían madre ni padre, Gloria Valdés y sus siete hermanos pudieron salir adelante gracias a las Aldeas SOS, que actualmente brindan una vida familiar a más de 800 niños, niñas y jóvenes en nuestro país.
Gloria Valdés casi no recuerda a su madre biológica, quien falleció cuando ella era muy pequeña y dejó a ocho niños prácticamente solos en el mundo. Sin un padre que los pudiera ayudar y con pocos recursos, el futuro de la familia –que residía en el Valle de Antón– se perfilaba difícil. Hoy, a sus 25 años de edad, Gloria es una oficinista, una mujer independiente, madre de familia, con principios y valores bien arraigados, que lucha por superarse y con grandes ilusiones. ¿Cómo lo logró?
Gracias a las Aldeas SOS. Esta organización sin fines de lucro acogió a Gloria y a sus siete hermanos, brindándoles un hogar seguro, tranquilo y lleno de amor. El enfoque de las Aldeas se centra en “ofrecerles a niños huérfanos o abandonados una familia, un hogar estable y una formación sólida para alcanzar una vida independiente y feliz”. Esto se logra a través de un sistema en el que el niño vive en una casa, con una “madre SOS” y otros hermanos y hermanas que forman una unidad familiar.
En el caso de Gloria, como en todos, nunca la separaron de sus hermanos y aunque perdió a su madre biológica, ganó una adoptiva. “A pesar de que tengo tantos años de haber salido de allá, yo la llamo, voy allá, al igual que mis hermanos. Cuando podemos y hay una celebración, como un cumpleaños, nos reunimos. Aunque yo tenga mi vida, esa es mi mamá y le tengo respeto, un respeto único. Ella me impulsó a seguir adelante”, dice Gloria.
Pero más allá de eso, Gloria recibió lo más importante que debe tener un niño: amor y sentido de protección. “Recuerdo la libertad que se sentía ahí, el ambiente, uno estaba tranquilo, no tenía preocupaciones, no había malicia, uno se sentía seguro, que no te iba a pasar nada y siempre tenías el apoyo de tu mamá”.
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Las Aldeas SOS tienen 27 años de estar operando en nuestro país y 60 en el mundo. Actualmente, hay aldeas en la ciudad de Panamá, David, Coclé y Colón que albergan a más de 800 niños. Las Aldeas trabajan según el espíritu de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
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Luego de terminar el colegio, las Aldeas ayudaron a esta joven con la universidad y el trabajo, hasta que poco a poco pudo independizarse. “Gracias a ellos he podido superarme, he podido aprender mucho, soy independiente… gracias a ellos he podido tener principios, el respeto por las cosas, educación escolar y familiar”, nos cuenta. Aunque no todos los muchachos en las Aldeas aprovechan las oportunidades como Gloria, muchos hoy en día son profesionales exitosos y han formado sus propios hogares.
El fundador de las Aldeas SOS, el austriaco Hermann Gmeiner dijo una vez: “Desde mi punto de vista, nada en el mundo es más importante que cuidar y proteger a un niño”. Su visión se ha propagado en decenas de países de forma exitosa y el ejemplo de Gloria es sólo uno de miles de niños que gracias al cuidado y protección de las Aldeas han llegado lejos. Por ello, Gloria tiene un mensaje para todo aquel que lea este artículo: “Quiero decirles que su apoyo es muy importante porque muchos niños lo necesitan y gracias a ese apoyo muchos superamos nuestras metas, logramos tener una vida propia y cumplir los sueños que hemos tenido. Yo les digo que apoyen causas como éstas, porque es algo que funciona”.