Sus Buenos Vecinos: ¡Dejando huellas en la comunidad!

Gladys Navarro de Gerbaud |

18 marzo, 2004
  Niños de la comunidad indígena Emberá Purú observan las mochilas y los útiles escolares que, años a años, le entregan miembros de la Fundación Pro Niños del Darién, una contribución que les facilita enormemente el poder estudiar y prepararse como es debido.
Para que su vida sea mejor…  ¡Les damos la mano!
  En Darién, hay más de 10,000 niños que diariamente son beneficiados por los programas de nutrición, educación y salud establecidos por la Fundación Pro Niños de Darién en esta necesitada provincia. Estos pequeños reciben desayunos y almuerzos diarios, ricos en nutrientes esenciales para su completo desarrollo. Adicionalmente, los niños reciben útiles para ellos y material didáctico para las escuelas a las que asisten. Y, más aún, se les brindan servicios básicos de salud. Sin esta ayuda, sus existencias diarias serían mucho más duras y difíciles de lo que actualmente son.

Con el fin de apoyar esta labor y brindarles una mejor oportunidad de vida a cada uno de estos pequeños, desde hace años el Banco General se comprometió con la Fundación Pro Niños de Darién, una obra que se hace sentir en muchos corazones.

Los estudiantes de la escuela primaria Zapayal almuerzan diariamente gracias al apoyo de la Fundación Pro Niños de Darién y de todos sus benefactores.

 

Convivir con los demás es muy agradable para los ancianos, quienes disfrutan alegremente cualquier actividad que organice el Hogar Santa Luisa. Allí, más de cien ancianos han encontrado el alimento del alma y del cuerpo.
Para que vivan con dignidad…  ¡apoyamos su hogar!
  Al entrar encontramos mucha resignación y valor, porque los años cansan sus cuerpos pero difícilmente sus espíritus. Son los ancianos del Hogar Santa Luisa de Colón, personas que han encontrado un techo y sustento que les brindan tranquilidad y paz en esta etapa que a todos nos llegará.

El Banco General, a través de su constante apoyo a las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quienes trabajan en el Hogar Santa Luisa desde que se fundó en 1946, logra llevar dignidad y esperanza a muchos ancianos necesitados de nuestro país. Para esos ancianos, muchos carentes de familiares, el Hogar Santa Luisa es un rayo de esperanza tan necesario como la vida misma.

Muchos de los ancianos que viven en el Hogar Santa Luisa necesitan una atención médica constante pero, pese a sus problemas de salud, viven día a día con resignación y paz.

 

Brindarles alegría y seguridad a esos seres maravillosos que vinieron al mundo en una situación de pobreza extrema es un compromiso ineludible que nos atañe a todos. Cooperando, hacemos una diferencia real en la vida de muchas personas.
Para que crezcan bien…  ¡Les llevamos un rayo de luz!
  Cañazas, en el norte de la provincia de Veraguas, es un lugar sumamente necesitado donde abunda la pobreza extrema. Buscando mejorar las condiciones de vida de tantos niños que allí viven, hace cuatro años la Asociación Pro Niñez Panameña, con el firme apoyo del Banco General, desarrolló el proyecto Un Rayito de Luz para Cañazas.

El mismo ha logrado ayudar directamente a 3,600 niños, quienes cada día reciben desayuno y almuerzo completo. Adicionalmente, se han logrado construir 14 escuelas de cemento, para reemplazar las de quincha, lo que facilita enormemente el aprendizaje de los pequeños. ¡Ayudando a quienes más lo necesitan sentimos que logramos crear un mejor país para todos!

La Asociación Pro Niñez Panameña ha logrado conseguir padrinos para 72 escuelas de Cañazas y establecer programas de ayuda constante para los niños de la comunidad.

 

Los beneficiados de la Asociación Luz y Vida reciben alimentación, atención médica periódica y, sobre todo, la hermosa posibilidad de tener un hogar en el cual sentirse seguros y compartir con otros su diario vivir.
Para que sean felices…  ¡Los acompañamos en su vejez!
  La vejez no siempre es una etapa fácil. Para muchos ancianos sin hogar, quienes deambulaban por los callejones de Santa Ana, el mercado público y Calidonia, cada día y cada noche eran un suplicio… hasta que nació el Hogar Luz y Vida, un milagro hecho realidad que llenó un vacío inmenso.

Por medio de su firme apoyo a la Asociación Luz y Vida, el Banco General contribuye a que más de 50 ancianos hayan abandonado las calles para tener un hogar permanente y que más de otros 100 puedan recibir una cena completa cada día. Cuidando su alimentación, su salud y su espíritu, hacemos una gran diferencia en sus vidas y colaboramos a que sean felices.

Hay muchos ancianos abandonados que no podrían sobrevivir sin el apoyo que reciben por parte de la Asociación Luz y Vida y de sus benefactores.

Quizás te puede interesar