Vecinos en Acción: un ejemplo de voluntariado
- El Programa de Voluntariado Corporativo de Banco General, Vecinos en Acción, cuenta con la participación de más de 1,000 colaboradores del banco.
- Estos voluntarios donan su tiempo y esfuerzo, fuera de sus horas de trabajo y sin ninguna remuneración, para ayudar a los más necesitados.
- Los Vecinos en Acción prestan servicios a cinco organizaciones: Fundación Amigos del Niño con Leucemia y Cáncer (FANLYC), Olimpiadas Especiales, Damas Voluntarias del Hospital del Niño, Casa Esperanza y Fundación Pide un Deseo.
- El voluntariado corporativo tiene gran mística dentro de Banco General y goza del respaldo de la alta gerencia.
- Banco General es patrocinador de la versión número veinte de la Conferencia Mundial de Voluntariado que se celebrará por primera vez en Panamá del 2 al 5 de abril de 2008.
- El Programa de Voluntariado Corporativo de Banco General, Vecinos en Acción, cuenta con la participación de más de 1,000 colaboradores del banco.
- Estos voluntarios donan su tiempo y esfuerzo, fuera de sus horas de trabajo y sin ninguna remuneración, para ayudar a los más necesitados.
- Los Vecinos en Acción prestan servicios a cinco organizaciones: Fundación Amigos del Niño con Leucemia y Cáncer (FANLYC), Olimpiadas Especiales, Damas Voluntarias del Hospital del Niño, Casa Esperanza y Fundación Pide un Deseo.
- El voluntariado corporativo tiene gran mística dentro de Banco General y goza del respaldo de la alta gerencia.
- Banco General es patrocinador de la versión número veinte de la Conferencia Mundial de Voluntariado que se celebrará por primera vez en Panamá del 2 al 5 de abril de 2008.
Voluntariado: en busca del bien común >
Una noción clave para el voluntariado es la solidaridad, y esta sólo existe cuando la labor repercute en otros, cuando el interés es colectivo, general, público.
“Además de lo que yo he podido dar con mi trabajo de voluntario, cada experiencia me ha aportado muchísimo, tanto que ha llegado a edificar mi persona a través del intercambio y del compromiso diario con realidades diferentes a la mía: he aprendido a ser abierto, inquieto, paciente, cauto, atento, alegre”.
José Ojesto, a sus 37 años de edad, es un voluntario de vocación. Tras muchos años de ser
voluntario en lugares tan distantes como España y Ecuador, vino a Panamá para trabajar como voluntario de Naciones Unidas, donde recibe lo necesario para vivir y servir a los demás. Como José, hay miles de personas alrededor del mundo que le dedican tiempo a una causa, que se hacen solidarios sin recibir remuneración, que disfrutan del voluntariado y lo convierten en parte importante de sus vidas. ¿Qué conlleva ser voluntario? Principalmente compromiso, respeto por los demás, y una capacidad especial para ponerse en el lugar del otro y realizar el servicio con responsabilidad y puntualidad.
Ser voluntario implica tener un grado de conciencia del otro, de justicia social; tener claro que aunque el mundo se cambia con grandes declaraciones, maravillosos estudios, tecnología e inversión, el primer cambio ha de darse en cada uno de nosotros, humildemente en nuestra vida, para lograr una mejor sociedad. Y es que ayudar al prójimo y aportar un granito de arena a nuestro entorno requiere un don especial, un sentimiento, una chispa que crece cada vez que nos dedicamos a alguien más necesitado.
Ser voluntario es brindarse a los demás de forma desinteresada; es sentir el llamado de una causa en la que creemos y por la que estamos dispuestos a brindar algo tan valioso como nuestro tiempo. A cambio no se recibe dinero, sino la satisfacción muy personal de saber que hicimos una diferencia.
Opciones para todos
Hay muchos tipos de voluntariado. El más común es el que involucra asistencia –visitar
ancianos, apoyar a organizaciones sin fines de lucro–; pero también existen el voluntariado
profesional, el universitario y el voluntariado online.
El voluntariado profesional no debe ser confundido con el voluntariado corporativo, que es cuando las empresas –como Banco General– alientan a sus colaboradores para que participen en programas de voluntariado e, incluso, llegan a crear programas específicos para éstos como parte de su Responsabilidad Social Empresarial.
Un último tipo de voluntariado, que cada vez se vuelve más común, es el internacional, tal como el que optó José, en entidades como Naciones Unidas o la Cruz Roja. En Naciones Unidas, por ejemplo, en el año 2006 había más de 7,800
voluntarios a nivel mundial.
Las oportunidades abundan, y se ajustan a las necesidades o requerimientos de cada persona. El voluntariado puede ser algo tan elemental como leer cuentos a los señores de la tercera edad en un asilo; enseñar a jugar fútbol a niños en comunidades de escasos recursos, hasta construir viviendas apoyando a Hábitat para la Humanidad. Puede ser un compromiso diario, semanal o hasta mensual. En Panamá, hay más de cien organizaciones benéficas y muchas de ellas necesitan voluntarios para llevar a cabo su labor, por ejemplo, Olimpiadas Especiales, Patronato del Hospital del Niño, Hogar de Jesús y María, Asilo Bolívar, Fundacáncer y Operación Sonrisa, entre otras.
Solidaridad y altruismo
La acción voluntaria es una forma de vida, como cuentan muchos que se dedican a aportar su tiempo por convicción, por querer hacer la diferencia. Ser voluntario también implica convertir las buenas intenciones en acción, para aportar hacia una sociedad mejor. No es únicamente un valor ético, sino una práctica concreta. “Lo mejor de ser voluntario es el intercambio, que es lo que nos hace crecer, superarnos, desarrollarnos… Es una oportunidad de ofrecer y recibir, que está ahí muy cerca, en donde el dinero, el interés y el egoísmo no tienen lugar; sin embargo, la libertad sí. Casi diría que el voluntariado nos hace libres”. Un mensaje muy -sabio de parte de alguien, en este caso José, que representa a todas aquellas personas alrededor del mundo que han encontrado en este servicio a favor del prójimo una respuesta en sus vidas, una dicha que celebrar, un legado que dejar al resto de la humanidad.