Empieza por el negocio mínimo viable

Por: Maru Caballero

Muchos soñamos con empezar nuestro negocio y por supuesto pensamos en la versión ideal (por no decir perfecta) con la que nos gustaría comenzar. Y aunque suene irónico, esa versión del emprendimiento que nos ilusiona también es la que, en la mayoría de las veces, nos termina paralizando cuando llega el momento de actuar.

La verdad es que empezar con esa versión idealizada que te imaginas está muy lejos de la realidad. La mejor manera de comenzar es con la forma más simple para probar tu propuesta de negocio.

A este concepto se le conoce como el negocio mínimo viable, que consiste en lanzar tu producto o servicio, en la manera más básica para cumplir con la necesidad de tu cliente ideal, validar la idea e ir mejorando paso a paso.

Por ejemplo, antes de crear una pastelería, en la que alquilas un local y tienes gastos fijos recurrentes, puedes iniciar con postres por encargos y realizándolos desde casa. O quizás, antes de tener tu propia boutique con tienda física, puedes pensar en comenzar con una tienda online.

Este concepto ha sido utilizado por empresas reconocidas como Amazon, donde Jeff Bezos empezó vendiendo libros desde su garaje. Otro ejemplo curioso es Airbnb con Brian Chesky y Joe Gebbia, quienes iniciaron alquilando un colchón inflable en su apartamento para aquellas personas que no podían hospedarse en hoteles por el costo o por falta de disponibilidad.

¿Por qué empezar un negocio mínimo viable?

El objetivo principal de crear tu negocio mínimo viable es validar tu idea de negocio al menor costo posible. Lanzar algo simple para ver la reacción del mercado, te da el beneficio de poder escuchar la retroalimentación para adaptarte al mercado, ver qué funciona y qué no, y mejorarlo rápidamente.

Además, crear la versión más simple de tu negocio te mueve a tomar acción rápido sin tener que procrastinar o quedarte esperando tener la versión “perfecta” para poder iniciar.

Paso a paso para crear tu negocio mínimo viable

Paso #1: Define el problema que resuelve tu idea de negocio. ¿Cuál es la necesidad que deseas resolver? Y, además, ¿quién es ese cliente ideal a quien vas a ayudar a través de tu propuesta?

Paso #2: Piensa en la manera más sencilla en la que puedes resolver ese problema a tu cliente ideal. Eso significa, la forma más básica y rápida posible, considerando los recursos que tienes a disposición, sin que necesite mucho tiempo o inversión.

Paso #3: Lánzate. Construye esa versión simple y prueba. No esperes a que esté perfecto sino, a que sea funcional y resuelva el problema principal. Aquí es donde vas a obtener retroalimentación y vas a poder hacer ajustes.

Ten en cuenta que un negocio exitoso no nace perfecto, sino que se construye a través del ensayo y error, de la retroalimentación, de las mejoras y aprendizajes. Así que lánzate con esa versión más simple de tu negocio porque es mejor hecho que perfecto.