Cincuenta años al servicio de Panamá

Gladys Navarro de Gerbaud |

19 marzo, 2005

En 1955 el movimiento de derechos civiles se agitaba fuertemente en Estados Unidos y moría Albert Einstein. Panamá, con menos de un millón de habitantes y un presupuesto estatal de casi $44 millones florecía, dando paso a su segundo cincuentenario de historia independiente. Los días transcurrían de otro modo: no había cable, ni celulares, ni internet. Tampoco existían bancos panameños, excepto los estatales. Definitivamente, eran otros tiempos.

Cinco décadas han pasado ya desde aquellos días de abril en los que un grupo de empresarios panameños, vinculados a la entonces Compañía General de Seguros, decidieron diversificar su negocio, fundando el Banco General, el primer banco de capital privado panameño en establecerse en el país. Nunca imaginarían, esos visionarios, que aquel paso que se iniciaba con tan solo una oficina de veinte empleados y una inversión de $300,350 hoy sería una empresa que reúne a más de 1,400 colaboradores, que atiende a cientos de miles de clientes a través de 36 sucursales y que cuenta con $2,626.50 millones en activos.

Crecimiento sano y mucho más…
El crecimiento que ha tenido el Banco General a través de estos 50 años es realmente impresionante, pero lo es aún más la forma en la que se ha hecho. Me siento en pañales ante una historia que involucra haber sido pioneros en tantos aspectos importantes de la banca en nuestro país: ser fundadores de la Bolsa de Valores de Panamá (1990) y de Telered (1991); ser el primer banco en repartir utilidades entre su personal (1964); el primero en lograr alcanzar un balance de 1,000 millones de dólares (1995); el primer banco panameño en ofrecer el servicio de Tarjeta de Débito (1992), sin que ni siquiera existiera la red local que ahora brinda esta facilidad; el primero en establecer horarios extendidos de atención a sus clientes (1992); el primero en obtener grado de inversión por parte de importantes agencias calificadoras como Standard Poor´s y Fitch IBCA, Duff & Phelphs (1997); el primer banco local en ofrecer el servicio de Banca en Línea (2000) y de Banca en Línea Comercial a sus clientes (2002); y la primera empresa panameña en firmar el Pacto Global de la ONU (2002), entre otros. Más aún, en 1985 el Banco General patrocinó el estudio en el que se basó la Asamblea Nacional para promulgar la Ley de Intereses Preferenciales y fue el primer banco en brindar hipotecas bajo la misma, promoviendo una expansión considerable de la ciudad y, sobre todo, permitiendo que muchos más panameños pudieran obtener su casa propia.

Me asombra, también, conocer el grado de planificación y seriedad involucrados en este crecimiento ordenado, lo cual ha resultado en una organización eficiente, reflejo de una impresionante solidez. Establecer metas concretas a corto y largo plazo, implementar los más modernos avances tecnológicos y contar con una disciplina corporativa sin precedentes han sido ingredientes fundamentales de esta expansión. Por otra parte, la adquisición de activos de Bank of America (1985), de BankBoston (2005) y la fusión con Bancomer (1999) han marcado hitos en el crecimiento del Banco.

Pero lo que más admiro del Banco General es que ha sido una institución con unos pilares de excelencia, honradez y sensibilidad social no negociables. Cada cajero o ejecutivo lleva muy arraigada esa cultura de servicio y mejoramiento continuo que tan bien hace sentir a los clientes. Y cada uno de ellos realiza su labor sabiendo que en el Banco General no hay tonos grises, pues la transparencia y la ética personal y profesional son ingredientes básicos en cada actuación. Eso no tiene precio. Así me lo comentaba en una ocasión una cliente, para quien lo más importante de su relación con el Banco General era la confianza que le inspiraba su gente. Por algo le llaman: «Sus Buenos Vecinos».

El capitán del barco
Año tras año el Banco General ha respondido con creces a la confianza que cientos de miles de panameños han depositado en la institución para construir sus casas, guardar sus primeros ahorros o simplemente para tener un carro propio, hecho que enorgullece a todos los miembros de la organización. Y aunque el éxito de las empresas es uno compartido, ya que las metas se logran cuando todos reman en una misma dirección, también es cierto que en cada nave hay un capitán, un forjador de sueños cuya tenacidad y personalidad usualmente fluyen y enriquecen a los demás.

Este es el caso de una persona admirable, que por casi tres décadas ha dirigido íntegra e intachablemente los destinos de la empresa, un hombre generoso y amable, apasionado por hacer de éste un mundo mejor. La historia que hoy contamos quedaría incompleta sin los comentarios de Federico Humbert, Presidente de la Junta Directiva del Banco General.

¿Qué significa para el Banco General cumplir 50 años?
El significado de cumplir 50 años nos lo dan nuestros clientes, nuestros empleados, los accionistas que son los dueños de la empresa y nuestro compromiso con la comunidad que servimos.

En estas cinco décadas hemos hecho una gran diferencia en el área de la intermediación financiera al introducir un banco de capital panameño en una plaza dominada por grandes bancos internacionales. Inicialmente éramos una organización muy pequeña ante la majestuosidad de los grandes transnacionales tales como el Chase, el Citibank (antes First National City Bank, mejor conocido entonces como el FIRST) y algún banco de Europa. Yo por edad no estaba involucrado en Banco General. Tuve que esperar unos 20 años para ingresar como miembro de su Junta Directiva y unos años más para presidirla. La historia se ha escrito que los bancos panameños son los dominantes de la plaza en todos los rubros de los Estados Financieros.

Cumplimos 50 años y no hemos variado el rumbo de nuestra forma especial de hacer negocio: con integridad y poniendo en práctica nuestros más altos principios de ética. En nuestro banco no hay una línea gris, que es tan popular en estos tiempos.

¿Cuál considera que ha sido el mayor logro de la institución?
Nuestro mayor logro es habernos colocado y mantenernos como la primera institución financiera en Panamá, reconocida por la comunidad, por nuestros clientes y colegas.

De igual importancia es nuestra relación con todo nuestro personal. Fuimos el primer banco panameño en establecer un programa de compartir utilidades con nuestros empleados y además hacerlos accionistas de la empresa. A ellos le debemos lo que somos y adonde hemos llegado.

Aún antes de que el compromiso con la comunidad fuera ni siquiera mencionado en nuestro país, ya era un requisito en su vida y en la historia de la empresa. ¿Por qué y cómo se ha llevado esto a la práctica en la organización?
El compromiso con la comunidad tiene diversos ribetes… con el medio ambiente, con nuestros clientes, con las autoridades y con los marginados. Algunos de éstos se encuentran en textos, ensayos pero al final de cuentas es necesario llevar ese compromiso, llamémoslo social, arraigado en uno mismo. Mi arraigo cristiano me recuerda siempre que somos administradores de los bienes que el Señor nos ha encomendado.

¿A dónde ve al Banco General en diez o veinte años?
Adonde vamos en el tiempo… con la velocidad que las cosas cambian es algo muy difícil de predecir. Yo quisiera que los que nos siguen los pasos vean un Banco General manteniendo un rumbo siempre estable, ordenado crecimiento, con reservas amplias, con expansión en otro tipo de inversiones, especialmente financieras, y siempre haciendo la diferencia.

El día a día
Formar parte de una de las organizaciones más sólidas y reconocidas de nuestro país no es únicamente motivo de orgullo y satisfacción, es una oportunidad constante de aportar beneficios concretos a miles y miles de personas que a diario requieren de sus servicios, hacen uso de sus facilidades o, incluso, reciben significativos aportes benéficos que mejoran sus vidas. Es ir más allá del negocio bancario para establecer niveles de excelencia en todo sentido. Es crecer profesional y personalmente, buscando superar las metas con creces en cada paso del camino. Esto lo sabe de primera mano Raúl Alemán, Vicepresidente Ejecutivo y Gerente del Banco General, quien luego de 27 años de trabajar en la institución conoce cada letra menuda del libro y ha sabido practicar y contagiar esta excelencia a los demás miembros de la organización.

Económicamente hablando: ¿Cuál es la mayor fortaleza del Banco General?
Desde el punto de vista económico, los cuatro pilares sobre los que descansa la solidez de la institución son: a) Mantener altos niveles de liquidez y robustas relaciones de capital, b) Mantener una cartera de préstamos e inversiones de alta calidad, diversificada y con sólidos niveles de reserva, c) Contar con fuentes de fondos (depósitos) diversificadas y estables, y d) Tener operaciones rentables con una diligente administración de riesgo.

¿Qué lo diferencia de otros bancos?
Yo pienso que Banco General, S.A. se diferencia de otros bancos porque nuestro pensamiento empresarial ha sido diferente y el mismo ha contribuido a través de los años a crear una cultura corporativa que no ha estado arraigada exclusivamente en los elementos financieros del negocio. La transparencia con nuestros clientes, accionistas y suplidores, la equidad con nuestros colaboradores y nuestro compromiso social con las comunidades donde establecemos una sucursal y con el país en general, han sido siempre elementos importantes en el desarrollo y crecimiento del Banco a través de los años.

De igual forma nuestra capacidad de comunicar una clara visión de qué queremos hacer, cómo lo queremos hacer y hacia dónde nos dirigimos, nos ha permitido contar con un grupo de colaboradores claros en su misión diaria de servir con excelencia al cliente y muy comprometidos con los estándares que exige la organización.

Lo anterior nos ha permitido ser una empresa con una visión estratégica muy clara, con plena conciencia de la gran responsabilidad que el negocio de ser custodios de la confianza de nuestros depositantes nos impone, y centrados en crear relaciones con nuestros clientes a largo plazo. El Banco se ha destacado por tener un crecimiento sostenido y calculado, y hemos aprendido a ser conservadores cuando los tiempos lo requieren y agresivos cuando las correctas oportunidades de mercado se nos han presentado.

Cifras motivadoras…
Muchas veces los números son un claro indicativo de cómo se están haciendo las cosas y hacia dónde nos dirigimos. En el caso del Banco General, saber que en el 2004 solo en sus cajas los clientes realizaron un promedio de más de 700,000 transacciones mensuales, que se distribuyeron $3.5 millones en bonificaciones voluntarias a los colaboradores y que se aprobaron 3,404 préstamos hipotecarios residenciales, por más de $160 millones, son prueba del importante aporte que a diario la institución realiza a la economía del país.

Por otro lado, es motivador conocer el altísimo nivel de responsabilidad social que ha mantenido la institución desde sus inicios. No solo se ha logrado maximizar el retorno de la inversión de quienes han confiado en la organización, sus accionistas, garantizándoles la solidez financiera de la empresa en todo momento. No solo se ha dado prioridad a la motivación y desarrollo continuo del personal, a través de constantes iniciativas de capacitación, con fondos anuales de más de $500,000 destinados a este propósito. También se ha mantenido un compromiso constante con los miembros más necesitados de la comunidad, a través de la ayuda voluntaria prestada por los colaboradores del Banco General, mediante diversas campañas sociales y, sobre todo, mediante la creación, en 1996, de la Fundación Sus Buenos Vecinos, brazo permanente del apoyo del Banco General a la sociedad panameña. En el 2004, la Fundación hizo donaciones por el orden de $1,239,135 a unas 100 organizaciones sin fines de lucro dedicadas principalmente a niños y ancianos marginados.

Una historia que seguirá escribiéndose…
Como lo expresó el señor Humbert recientemente: “Celebramos 50 años de liderazgo, de consolidar un banco de primera categoría en donde todas las actuaciones se enmarcan en la transparencia, el servicio al cliente, la innovación y la responsabilidad social”. Definitivamente muchas cosas han cambiado desde el primer día en que el Banco General abrió sus puertas en la sucursal de Avenida Cuba, pero la síntesis de lo que es: una empresa seria, reconocida por el trato amable de su gente, por sus principios éticos inquebrantables y por su solidez, una institución al servicio de Panamá y de los panameños, eso jamás cambiará.

Cifras significativas de Banco General y subsidiarias: (año 2004)

Utilidad Neta: $65,930,609
Patrimonio: $368,537,020
Rendimiento sobre Patrimonio Promedio (ROAE): 18.56%
Rendimiento sobre Activos Promedio (ROAA): 2.60%
Liquidez: 45.59% (efectivo, depósitos e inversiones / total de depósitos y obligaciones)

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