Cómo usar y mantener sus piezas de plata

Alida Fábrega de Ansin |

17 junio, 2003

Disfrutar apreciando lo hermoso de una pieza de plata nos motiva con frecuencia a preguntarnos: ¿Cómo saber que tipo de piezas de plata adquirir? ¿Cómo limpiar sus bandejas y cubiertos? ¿Qué alimentos pueden dañar sus objetos de plata? ¿Cómo guardarlos para que se mantengan bien a través de los años? Revisemos estas frecuentes inquietudes y descubrirá lo fascinante del maravilloso mundo de los objetos de plata.

Empecemos por considerar el contenido del noble metal que nos ocupa. Quizás la más frecuente duda sobre el tema se inicia al escuchar ofertas de piezas de plata 925, 900, 800. ¿Y esto qué significa? Básicamente esta diferencia se refiere a la cantidad de plata que está presente en su aleación con los otros metales con que se fragua para obtener la fortaleza y rigidez necesaria, creando así un objeto útil. Salvo que se nos ofrezca un objeto de alto contenido de plata -muy poco usual en nuestros mercados- no podrá usted notar mayor diferencia en cuanto a la solidez de la pieza en las concentraciones antes mencionadas. Sí, aunque parezca contradictorio, a menor contenido de plata mayor fortaleza de la pieza.

La enorme ventaja que ofrece una pieza de plata versus una de acero inoxidable o plateada es su durabilidad. La plata es un metal que, bien mantenido, nos brindará «servicio» por muchísimas generaciones, lo que lo hace aún más amigable. Reiteramos que la vida útil de un objeto de plata -sean cubiertos, bandejas, jarras, floreros, candelabros o cualquier artículo- es muy larga si tomamos las medidas correspondientes. Como cualquier metal, y la plata no es excepción, ésta tiende a ponerse negra en nuestro clima (debido a la gran cantidad de humedad que hay en Panamá), pues ocurre una reacción química de oxidación entre el metal y el medio ambiente. Esto no es un problema, tiene solución sencilla e inmediata.

¿Cómo limpiar sus piezas de plata?
El mercado local ofrece un sinnúmero de productos para la limpieza de los objetos de plata y en su mayoría todos son eficaces. Es conveniente, sin embargo, elegir un producto que no contenga gran cantidad de abrasivos tales como partículas de arena o arcillas -frecuentemente encontrados en los productos para limpiar cobre o bronce-, o componentes químicos que pueden ir, con el tiempo, mermando la capa de plata del objeto. Se sugiere que la limpieza sea efectuada con un pequeño cepillo de cerdas muy suaves que le permitan, al producto limpiador, llegar por todos los pequeños e intrincados diseños de la pieza. Se utiliza el cepillo con movimientos suaves y rotativos para asegurarse de cubrir todas las áreas sin causar daño a la pieza. Jamás debemos frotar con mucho vigor, pues podríamos abollar la pieza.

¿Puede el huevo dañar mis cubiertos de plata?
Es muy común que los dientes de los tenedores se oscurezcan al entrar en contacto con el huevo -ya sea en una salsa blanca o directamente-. No se preocupe, esto también tiene solución, pues el mismo producto de limpieza eliminará esa mancha temporal que ha causado el huevo. No se ha «dañado» la pieza, ¡sólo ha ocurrido una reacción química reversible!

¿Y cómo eliminamos la esperma de las velas que siempre llora en nuestros candelabros después de haberlos encendido?
Hay un muy útil y sencillo método para resolver esta situación. Aplíqueles, cerca de la superficie donde la esperma está derramada, un secador de cabello a temperatura mediana por unos segundos. Observará usted que al calentarse la cera, ésta se irá derritiendo y soltándose del candelabro sin tener que utilizar ningún otro mecanismo, más que un poco de agua caliente sobre aquellas áreas en las que nos haya quedado cera rezagada.

Estemos tranquilos, pues, a excepción de la sal que esté en contacto directo por un período prolongado, no hay ningún otro alimento que dañe la plata. En un tiempo se consideraba que el zumo del limón podía manchar perennemente al cubierto, sin embargo, esto no es cierto. Muchos de los cubiertos, sobre todo los modelos antiguos, poseen dentro de su selección de artículos un pequeño trinchante para manipular el limón a la hora del té, lo que nos indica que no debemos tener reparo en manipular el limón con toda libertad.

Aun cuando tengamos muchísima libertad en el uso de los objetos de plata, es imprescindible seguir el siguiente consejo: lavar muy bien los cubiertos inmediatamente después que éstos hayan estado en contacto con la comida, para evitar que los residuos de la misma mermen el brillo de las piezas. Es esencial que no dejemos cubiertos, bandejas o jarras con comida o bebidas para el día siguiente. Lo recomendable es, primero, lavarlos con agua tibia y un detergente de platos suave, para eliminar la comida y, luego, darles brillo con su producto favorito, secarlos muy bien y guardarlos.

¿Cuáles son las piezas que componen un juego básico de cubiertos de plata? ¿Se deben utilizar modelos iguales de piezas de plata?
Estas y muchas otras interrogantes se nos presentan en estos momentos donde contamos con una gran oferta de modelos, formas y estilos de cubiertos, bandejas, candelabros, etcétera. Trataremos de responderle las más frecuentes inquietudes sobre este fascinante mundo de la platería.

Ataquemos el tema desde todos sus ángulos. Cuando el mercado de metales -la plata en específico- experimenta una baja, es el momento apropiado para efectuar su compra. El precio de la onza de plata incide en el precio del objeto de plata que se desea adquirir. Una bandeja de plata donde se utiliza más material que en un cubierto reflejará el precio de la onza de plata mucho más; por ello es importante que usted esté informado de la realidad del mercado antes de efectuar su compra.

El estilo que elijamos para nuestros objetos de plata es sumamente personal pues, generalmente, éste nos acompañará a nosotros y a nuestras futuras generaciones. Es perfectamente correcto poseer una pieza de plata totalmente sencilla -a la que se le puede o no monogramar- así como optar por un modelo sumamente elaborado. Ambos tienen ventajas y desventajas que debemos tomar en cuenta. El cubierto o la bandeja de modelo sencillo no nos resultará recargado el día de mañana cuando entremos en una etapa «minimalista» de la vida. Sin embargo, éstos demandan mucha atención ya que se tienden a rayar con frecuencia. Tampoco es necesario poseer un modelo común para sus bandejas. Es agradable y hasta aconsejable ir adquiriendo estas piezas una a una durante la vida, eligiéndolas de acuerdo con las circunstancias que nos rodeen.

Aparte de la limpieza, ¿qué otros cuidados debo tener con mis piezas de plata?
La piezas de platas, además de estar siempre supremamente limpias, deben presentarse sin abolladuras, golpes o torceduras de dientes, en el caso de los cubiertos. Es indispensable brillar los cubiertos, las bandejas, candelabros y jarras el día en que se van a utilizar si se colocan directamente en la mesa de comedor, expuestos al aire. Se pueden brillar uno o dos días antes si se mantendrán guardados en un sitio donde no estén en contacto directo con el ambiente para evitar su oxidación o ennegrecimiento. Cabe señalar que los cubiertos recargados con mucho diseño ocultan mucho más las rayas; sin embargo, son más difíciles de lustrar. Afortunadamente, contamos en Panamá con los servicios del señor Francolini, quien ha estado durante muchos años componiendo y restaurando piezas de plata que, con el uso o a veces el desuso, pierden su encanto original.

Hoy en día, los cubiertos y las piezas de plata que poseamos pueden ser utilizadas combinando varios estilos en un almuerzo o cena (no hay que esperar que venga el jefe o la suegra a cenar para utilizarlos), siempre y cuando se mantenga el mismo estilo en el servicio base para los cubiertos, y se traigan a la mesa cubiertos de diseño diferente para el postre, la fruta, el queso o el café. Como hemos dicho anteriormente, las bandejas podrán presentarse con diseños variados.

No hay hora correcta o momento correcto o incorrecto para hacer uso de sus objetos de plata. La durabilidad de los mismos nos permite disfrutar de estos preciosos instrumentos con gran libertad. Sin embargo, para el ama de casa que posee un tiempo limitado y poca ayuda doméstica nuestro mejor consejo: Dedique un día al mes para repasar todas las piezas que posea. Esta actividad puede incluso hacerse en compañía de niños y niñas enseñándoles desde pequeños a cuidar, apreciar y disfrutar de lo que podrá ser el día de mañana un lindo recuerdo de sus padres.

¿Cuál es la mejor manera de guardar su platería?
Una vez que haya limpiado sus piezas, envuélvalas individualmente en papel de seda oscuro, colóquelas en una bolsa de lanilla o paño bien cerrada y guárdelas en un sitio cerrado de su comedor. Jamás cubra las piezas de plata con papel periódico pues éste recoge humedad, un gran enemigo de las piezas brillantes.

Le aseguramos que la próxima vez que repentinamente decida hacer uso de sus cubiertos, jarra o cualquier otro artículo de plata, los encontrará limpios y brillantes como el día que usted divertidamente los lustró con su familia. Ahora, a disfrutar de sus artículos de plata. ¡Utilícelos con libertad sabiendo que siempre podrá devolverles su brillo y superficie nítida inicial!

Créditos fotográficos:
Fotos: Irene Chamorro/180 Grados

Quizás te puede interesar