Las dietas detox

Marti Ostrander de Carney |

9 noviembre, 2015

La semana pasada, tres de mis amigas nos contaban que estaban en sus dietas detox y que por eso preferían no salir a cenar. Una hacía  la famosa Clean, que consiste en un programa de 21 días eliminando ciertos alimentos; las otras dos estaban en juicing, que consiste en solo tomar jugos por un período determinado de días.

Y es que estamos inundados y rodeados de dietas depurativas o detox, cleansing o limpiamientos. Unas nos dicen que si no eliminamos las toxinas de nuestro cuerpo vamos a sufrir de dolores de cabeza, cansancio, falta de energía, baja de defensas y hasta enfermedades gravísimas. Otras, que si no desayunamos un jugo de espinaca con manzana y fresas, nuestro cuerpo no va a funcionar adecuadamente el resto del día. Algunas nos indican que los alimentos sólidos son los que hacen que estemos lentos todo el día, y hasta existen regímenes dietéticos que mandan a guardar ayuno por 16 horas al día y solo comer ocho para aumentar el metabolismo. Como dicen por allí, hay de todo como en botica.

Pero, ¿cuál es la realidad? ¿De verdad es necesario que hagamos limpiezas periódicas de nuestro cuerpo? Carlos Rettally, reconocido gastroenterólogo con vasta experiencia, cuenta que para él, el detox es algo “dual… una opinión basada en evidencia, y otra conceptual”. Rettally asegura que hay muy poca evidencia para decir que el cuerpo está intoxicado, por lo que no debería necesitar una depurificación. En otras palabras, la idea de que uno puede eliminar  de su sistema las impurezas y dejar los órganos “limpios” no es cierta –los términos detox, o clean no están correctamente utilizados.

Sin embargo, y conceptualmente, opina Rettally, muchas personas sí se sienten mejor al pasar un tiempo eliminando alimentos no tan saludables de sus dietas diarias, como son los alimentos procesados, el gluten, y el colorante.

Así, utilizando el término comercial de detox, es un proceso “libre de efectos adversos… con beneficios variables, tendiendo a beneficiar más a aquellos individuos con mayor compromiso en su estado de salud”. Personas con padecimientos crónicos como fibromialgia intestinal irritable, migrañas, alergias y padecimientos inmunológicos pueden ver alguna mejoría, asegura.

Pero, ¿cuántas dietas detox hay, o cuáles son las más populares? Clean es una de estas. Clean, basada en el libro de Alejandro Junger, son 21 días de comidas sin procesar, donde el desayuno y la cena son batidos de vegetales o ciertas frutas con nutrientes o suplementos extra, y solamente el almuerzo es sólido. Los batidos deben contener ciertos ingredientes (por ejemplo, espinaca, higos frescos, kiwi, mango, melón, papaya) y ciertas leches (de almendra), y la comida sólida es natural y consiste en carnes de alta calidad, como pescados de aguas frías (anchoas, trucha, salmón) y carnes criadas sin aditivos, como visón, pollo orgánico, conejo, pavo o venado, por mencionar algunas.

En el sistema Clean hay comidas que no son aceptables, como el gluten, los lácteos, el azúcar procesado, el café y el alcohol. Se prefiere que todo sea fresco y orgánico. Un batido de desayuno, por ejemplo, puede consistir en ocho onzas de agua, dos manotadas grandes de espinacas, y un mango pelado y cortado. Se bate en batidora, con hielo, se añaden algunos suplementos nutricionales si desea, y ¡listo!

Otro detox popular es el juicing, o reboot, donde solamente se toma jugos por un determinado período de tiempo –de tres a siete días, dependiendo de la persona–. Usualmente, son ocho jugos al día, con diferentes combinaciones.

La nutricionista Etty Turgman cuenta que el juicing puede tener su aplicación para la buena salud “solo si hablamos de vegetales. Todas las frutas, a excepción de unas cuantas (digamos los frutos del bosque, el maracuyá y el limón), están llenas de azúcar y lo único que logrará tomando jugos ocho veces al día es hacer que su azúcar en sangre se dispare ocho veces al día y, por consiguiente, su páncreas tendrá que segregar insulina a cada rato, poniéndose en un perpetuo estado de acumulación de grasa”, cuenta.

Rettally opina que no hay evidencia científica de que el juicing funcione, “pero cambiar hojaldre con salchicha por un jugo natural de frutas y vegetales, es indudablemente favorable”.

¿Qué recomienda Rettally? Optar por una vida low-tox que va más allá de un vegetal milagroso o 10 días de jugos. En otras palabras, un estilo de vida que sea comer comida natural libre de procesados, descansar, pasar tiempo en familia y hacer ejercicio.

Por: Marti Ostrander de Carney

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