Y si no puedo dormir, ¿qué hago?

Corina Briceño |

19 julio, 2019

Todos hemos tenido una mala noche alguna vez. No conciliar el sueño puede deberse, entre otras razones, a un evento importante que está a punto de suceder, por ejemplo, la boda de un familiar o un amigo cercano, un viaje muy esperado, el primer día de trabajo o de la universidad. También puede ocurrir por la pérdida de un ser querido, un despido laboral o una situación que nos ha causado estrés y mucha preocupación. Pero si la falta de sueño persiste y las malas noches se repiten alrededor de tres veces por semana, entonces existe la posibilidad de padecer insomnio.

No dormir afecta el bienestar y la salud de las personas, así como el desempeño de sus actividades cotidianas. Todos necesitamos dormir, es una función básica de la vida. Durante el sueño ocurren distintos procesos, según explica la doctora Zeava Rubín, médica especialista en los trastornos del sueño. Los órganos ejecutan acciones específicas, se segregan ciertas hormonas, se sintetizan proteínas, se liberan ciertos neurotransmisores, se consolida la memoria y se borra información poco relevante del cerebro. Todo ocurre mientras dormimos.

A diferencia de lo que muchos piensan, el insomnio es solo uno de los de alrededor de ochenta trastornos más comunes del sueño que existen. El segundo de estos es el exceso de somnolencia diurna, que significa quedarse dormido en el trabajo o en cualquier parte, lo que puede ser muy peligroso y provocar consecuencias fatales como accidentes de tránsito.

Las señales

¿Pero cuáles son los síntomas del insomnio? Además de experimentar un sueño inadecuado o insuficiente, tener un sueño poco reparador, levantarse cansado o despertarse demasiadas veces durante la noche son señales que ameritan la visita a un especialista, aunque no muchos atiendan el llamado.

La mayoría de las personas que llegan al consultorio de la doctora Rubín padecen de insomnio, no importa la edad que tengan, pues es posible experimentarlo en cualquier etapa de la vida, desde la niñez hasta la vejez. Antes de recetar algún medicamento o iniciar un tratamiento es necesario hacer una evaluación. Algunas condiciones médicas pueden estar asociadas con el insomnio y también hay medicamentos que lo generan, señala Rubín. “El paciente puede enderezar su barco revisando su estilo de vida, su situación emocional actual, sus hábitos. Hacerse preguntas como: ¿cuántas tazas de café bebe al día? ¿Consume alguna bebida energizante? ¿A qué hora hace ejercicio? ¿A qué hora tiene la última comida del día? Estos son factores que deben tomarse en cuenta antes de realizar los estudios del sueño indicados para emitir un diagnóstico”.

Tener un momento para preparar el cuerpo antes de ir a dormir es clave para lograr una noche de sueño sin interrupciones; cenar temprano y en porciones pequeñas también, así como establecer una hora fija para dormir y mantener la habitación fresca, oscura y silenciosa. La cama debe limitarse solo para descansar y no para realizar otras actividades. Tomar un baño caliente, hacer alguna actividad relajante, meditar, escuchar música o ver un programa de televisión, siempre y cuando no cause emociones fuertes, son algunas de las recomendaciones de la doctora Rubín para crear una buena higiene del sueño.

No sugiere beber alcohol. “Aunque algunos crean que funciona como un sedante, consumir alcohol no ayuda a dormir”, agrega. Menciona, en cambio, una serie de remedios naturales que pueden ser una opción a la hora de recuperar el sueño cuando el insomnio ataca: té de manzanilla, de hojas de lechuga o de cáscara de manzana, flores de Bach o una dosis de melatonina, que es una hormona que produce la glándula pineal que contribuye con la regulación del sueño. Las “pastillas para dormir” deben recetarse con un diagnóstico previo.

“Es importante aclarar que cada paciente con insomnio es diferente. No puede aplicarse la misma receta para todos, tampoco estamos hablando de una fórmula mágica. Si el problema persiste es necesario hacer estudios más profundos sobre el sueño y, de esta manera, llegar a una solución”, señala la doctora.

La National Sleep Foundation, una organización sin fines de lucro creada en Estados Unidos, dedicada a educar sobre los trastornos del sueño y promover el bienestar, sugiere tomar estas acciones para los que se despierten en medio de la noche con un “no puedo dormir, ¿ahora qué hago?”.

  • Si han transcurrido 15 minutos sin dormir, levantarse de la cama y salir de la habitación en busca de alguna actividad relajante.
  • Anotar las preocupaciones en alguna libreta, eso puede despejar un poco la mente y liberar una parte del estrés que impide conciliar el sueño.
  • Escuchar música relajante.
  • Hoy en día son muchas las aplicaciones móviles que ofrecen esta posibilidad.
  • Científicamente, puede haber algún tipo de relación entre el triptófano (aminoácido) y el contenido de la melatonina en la leche con la mejora del sueño. Pero tal vez es más potente el enlace psicológico entre la leche caliente y la hora de dormir. Al igual que el té caliente, una taza de leche puede causar un efecto relajante.
  • Algunas frutas también contienen melatonina y ayudan a quedarse dormido más rápido y evitar despertar en la noche con tanta frecuencia. Ejemplo: un jugo de cereza ácida, un guineo, la piña, la naranja y el kiwi.

Otros datos de la National Sleep Foundation (www.sleepfoundation.org)

  • Las personas más expuestas al insomnio son:
  • Las mujeres
  • Las personas mayores de edad
  • Los que tienen alguna condición médica
  • Personas con dolencias psiquiátricas, especialmente depresión
  • Trabajadores por turnos

 

Fotos: Getty Images 

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