Entendiendo la osteoporosis
La palabra osteoporosis significa, literalmente, “hueso con poros”. La osteoporosis es una afectación sistémica que se caracteriza justamente por la disminución de la masa ósea, es decir, un hueso que presenta mayor destrucción de lo habitual y se “llena de huecos”, volviéndose frágil y con tendencia a romperse ante golpes leves.
Aunque es una enfermedad que ha existido por miles de años, actualmente vivimos en una especie de epidemia de osteoporosis, ya que las estadísticas indican que una de cada tres mujeres y uno de cada 10 hombres, aproximadamente, la padecerá durante su vida. Y es que, mientras mayor edad alcanza la población, más probable es que se presente.
¿Por qué ocurre y a quién?
Todos tenemos destrucción y formación ósea en todo momento. El hueso presenta un proceso de renovación similar a la piel o el cabello, y se recambia constantemente, manteniendo un equilibrio entre la formación y la destrucción. Sin embargo, cuando lo que más ocurre es la destrucción y no hay suficiente formación ósea para balancearla, el hueso se debilita. Esto puede llevar a una disminución leve de la masa ósea, conocida como osteopenia o “hueso pobre” aunque este término esta en desuso, ya que es difícil definir como enfermedad y es muy común en personas mayores. Una disminución de masa ósea más severa, con riesgos de complicación asociados, es lo que conocemos como osteoporosis.
Por qué ocurre este desbalance es una pregunta sin respuesta definitiva, ya que muchos factores lo influencian. Es más común en las mujeres por los cambios hormonales que sufren, especialmente la menopausia; pero también puede darse en hombres y los motivos, en ambos casos, son múltiples y suelen sumarse: dietas inadecuadas bajas en calcio, un peso corporal bajo, hábitos dañinos como fumar o beber, falta de vitamina D, fármacos y enfermedades agregadas.
Una epidemia de huesos vulnerables

La imagen de la izquierda muestra un hueso poroso sano y la de la derecha un hueso con osteoporosis.
La osteoporosis se considera una epidemia silenciosa. No suele dar síntomas hasta que se presenta con su máxima complicación: una fractura. Las más comunes son las de muñeca, vértebras y cadera. En muchos casos, un “golpe tonto” puede producir fracturas aparatosas, como en el caso de las fracturas de cadera, que requerirán en casi todos los casos de cirugía mayor y período de recuperación posterior, con pérdida de calidad de vida, aunque sea por un tiempo limitado.
Existen formas de predecir quién tendrá más riesgo de presentar la enfermedad o quién la padece antes de que aparezcan las fracturas. Esto se logra mediante una prueba llamada densitometría, que lo que hace es comparar la densidad de nuestros huesos con el de una persona sana y ayuda a los médicos a ver la velocidad con la que se pierde la masa ósea y el riesgo de presentar fracturas.
¿Se puede prevenir la osteoporosis?
La debemos prevenir desde la infancia. El pico máximo de densidad del hueso (esto es, lo más “duro” que será el hueso de una persona) se alcanza alrededor de los 35 años. Esto quiere decir que lo que hagamos antes de esto para ganar más densidad ósea será beneficioso en el futuro y evitará la enfermedad o retrasará su aparición lo más posible.
Si ya hemos pasado este pico de densidad ósea, no quiere decir que no se pueda prevenir la osteoporosis. Aunque es más difícil ganar hueso, se puede evitar en lo más posible la pérdida manteniendo un estilo de vida saludable y evitando fumar o el alcohol en exceso.
Un adulto requiere alrededor de 1500 mg de calcio diario, junto con una adecuada producción (con exposición al sol) o ingesta de vitamina D. Una buena dieta rica en calcio y vitamina D (leche, queso, pescados como salmón, atún y sardinas; verduras como espinaca y kale o semillas como la chía o almendras) y ejercicio regular cumplen perfectamente con la función de prevención a cualquier edad.
¿Qué puedo hacer si tengo osteoporosis?
Tener osteoporosis no es sinónimo de fractura. Lo principal es evitar las caídas. Se puede adaptar el hogar para mayor seguridad (colocando barras de soporte en baños, rampas en lugar de escaleras) o utilizando apoyos como bastones fuera de casa si existe riesgo de caer.
Es de vital importancia el ejercicio, el principal defensor ante la osteoporosis, ya que el mantenerse activo obliga a mantener los huesos en la mejor condición posible porque se les da constante uso. La inactividad debilita el hueso y los músculos muy rápidamente. Por ejemplo, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los astronautas viviendo largo tiempo en el espacio es la rapidísima pérdida de masa ósea por la ausencia de gravedad y el poco uso de sus huesos.
¿Debo tomar medicación?
Dependiendo del grado de severidad de la osteoporosis, el hecho de haber presentado o no fracturas y las enfermedades que se padezcan, puede ser necesario utilizar suplementos de calcio y vitamina D, medicamentos o ambos.
Aunque no se suele hablar de curar la osteoporosis, estas medidas ayudan a mejorar la densidad de los huesos y hacer menos probable las fracturas al tener caídas.
Existe un abanico de posibilidades, con fármacos que frenan la pérdida de masa ósea, otros que ayudan a la formación de hueso nuevo y otros mixtos.
Sin embargo, como todo tratamiento, existen efectos adversos. Por eso, siempre debemos acudir a un médico para que nos dé la mejor opción de tratamiento para nuestra situación y un seguimiento adecuado.
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