Exploradores del mundo: ¡El destino es Panamá!
En el 4to grado de la Escuela Primaria Vern Patrick de Redmond, Oregón, los alumnos de Mrs. Heather Renz se preparan entusiasmados para participar en una expedición a lo más recóndito de la selva tropical de Panamá. Estarán acompañados de reconocidos científicos del Smithsonian Tropical Research Institute (STRI) quienes les servirán de guía para desentrañar los misterios de la Isla de Barro Colorado. Podrán hacerles preguntas mientras ellos realizan su trabajo de investigación. Se quedarán boquiabiertos al ver el hábitat de todo tipo de insectos, reptiles y mamíferos, la riqueza infinita de la flora de la isla, el delicado balance de sus ecosistemas.
Además, están tan orgullosos de que su maestra, su querida Mrs. Renz, haya sido una de las ocho maestras escogidas este año, entre miles de aspirantes, para participar directamente en esta expedición a las selvas tropicales de Panamá. Están ansiosos por trabajar en Barro Colorado: ese lugar casi mítico, una reserva biológica que, en apenas 1,500 hectáreas de terreno, es uno de los sitios más ricos del mundo para el estudio de la ciencia.
Mientras tanto, niños panameños también estudian el currículo del Jason Project de este año. Y, aunque vivan aquí, la experiencia será totalmente novedosa. No es lo mismo estudiar los ecosistemas del bosque tropical, la historia del Istmo de Panamá, las clasificaciones de especies de animales en un salón de clases, que de la mano de científicos expertos. Tampoco es lo mismo leer sobre términos abstractos en un libro de ciencias, que experimentarlos de primera mano.
Además de Estados Unidos, Australia, Suecia, Italia, Bahamas y México son algunos de los países que han adoptado el Proyecto Jason en sus escuelas.
Pero, ¿qué es el Jason Project?
Puede decirse que el Proyecto Jason surgió al mismo tiempo que los restos del R.M.S. Titanic eran rescatados del fondo del océano. El reconocido oceanógrafo Dr. Robert Ballard, frustrado con la tecnología existente, ideó un método para explorar el fondo del océano a través de un submarino robot que pudiera ser controlado por él a larga distancia. Lugares hasta entonces inaccesibles podrían ser explorados por el robot, mientras que, utilizando la tecnología de la fibra óptica, las imágenes eran transmitidas a un centro de comando.
El Dr. Ballard y un equipo de científicos y técnicos terminaron su primer submarino robot en 1985. Lo llamaron «Argo», que era el nombre de la embarcación de Jason y sus «argonautas» en el mítico viaje tras el «Vellocino de Oro». Pocos meses después, Ballard y su equipo de científicos veían cómo Argo descendía a casi 4,000 metros de profundidad hasta los restos del Titanic.
La atención que recibió luego de esta hazaña fue increíble. Niños de todo el mundo le escribían diciéndole: «¡Quiero hacer lo que tú haces!». La respuesta obligada hubiera sido: pues bien, estudias muchos años, vas a la universidad y estudias más todavía, ¿qué tal unos 10 años de física, química?… Con semejante respuesta, era obvio que toda la emoción del rescate del Titanic a lo «Star Wars» se desvanecería por completo. «Querían jugar a ser científicos, pero no sabían el precio que había que pagar».
Entonces se le ocurrió una idea: ¿Qué tal si construimos un sitio parecido al que utilicé en el Titanic e invitamos a jóvenes a participar de una exploración científica? Eso sí: deberán estudiar y prepararse en sus escuelas con meses de anticipación, para que realmente saquen provecho a la experiencia. Doscientos cincuenta mil niños se apuntaron.
El Jason Project se funda como organización educativa sin fines de lucro en 1989. Su primera expedición fue al Mar Mediterráneo y la meta era encontrar los restos de un barco romano hundido alrededor del siglo IV. Niños y maestros participaron con arqueólogos, biólogos, oceanógrafos, historiadores, etc. y, desde el inicio, el entusiasmo fue extraordinario. Los niños se prepararon a lo largo de un año y, durante dos semanas, se transmitió en vivo todo lo que involucraba una expedición de esa magnitud.
Pequeños científicos de 4to grado a 3er año vivieron, a través de pantallas instaladas en lugares clave, cómo encontraban los restos de la antigua embarcación. Gracias a la tecnología y con la visión de un hombre como Bob Ballard, cientos de niños experimentaron, de primera mano, la emoción de un descubrimiento mediante «telepresencia», la cual fue lograda por el invento que, años antes, le había permitido dar con los restos del esquivo Titanic.
Dr. Robert Ballard, de científico a educador
Ganador de todos los premios imaginables, comandante de la marina de los Estados Unidos, escritor, explorador, con títulos en geología y química y doctorado en geología marina y geofísica, el Dr. Robert Ballard es un visionario. Pudo conformarse con la fama del rescate del Titanic, o más tarde la del famoso barco de guerra alemán «Bismarck», pero su pasión por el conocimiento y su amor por los niños lo llevó a formar el Proyecto Jason. Su misión: inspirar a los estudiantes y fomentar en ellos el amor por la ciencia, las matemáticas y la tecnología a través de viajes de exploración y descubrimiento.
Su meta principal es motivarlos: lograr que los niños se apasionen por la ciencia tanto como él, despertar su curiosidad, romper con la idea del científico aburrido, el «nerdo» que sólo le interesa estudiar. Si tienes una pasión, los libros se convierten en amigos, si los maestros la enseñan como algo emocionante, con aplicaciones reales, la respuesta de los chicos será totalmente distinta. Además, el Dr. Ballard no cree que pueda ni deba aislarse el estudio de la ciencia de las demás ramas. Es por eso que el currículo del Jason Project incluye aplicaciones a temas sociales, literatura, antropología, arqueología e historia. La clave es construir puentes. Al participar en los proyectos, los niños experimentan directamente la importancia y los beneficios de una educación completa.
Jason XV: Destino Panamá, Bosques tropicales en la encrucijada
Belice, Hawai, Alaska, las Islas Galápagos y el Río Amazonas han sido algunos de los destinos de las expediciones del Jason Project. Gracias al Smithsonian Tropical Research Institute, organización anfitriona de este año, el destino del Jason XV será los bosques tropicales de nuestro país. De la mano de científicos de diferentes especialidades, 1.5 millones de niños de diferentes países y unos 35,000 maestros participarán de este emocionante viaje de descubrimiento para explorar la región del Istmo de Panamá y sus fascinantes selvas tropicales. ¡Qué mejor destino para estos pequeños científicos!
¿Por qué los bosques tropicales de Panamá son unos de los sitios más estudiados en el mundo y qué papel ha jugado el hombre en la evolución de esta región, única en el mundo?
Esta es la interrogante que Jason XV explorará este año. Para encontrar una respuesta, se investigará la historia geológica de Panamá, especialmente la formación del istmo y cómo este fenómeno ha cambiado la biología y la ecología del mundo entero. Además, estudiarán la increíble historia y cultura de Panamá, el Canal de Panamá, la importancia de la cuenca del Canal, de los ecosistemas y la urgencia de su conservación, la biodiversidad, la capacidad de adaptación de los animales, climatología, nuestros grupos indígenas, entre otros muchos temas.
El currículo de Jason se complementa con lecturas afines, excursiones, videos y con proyectos relacionados y complementarios a los temas a tratar. Jason «en línea» es otra faceta importantísima del proyecto. A través de Internet, los niños pueden interactuar con los científicos, participar en message boards, «chatear» con otros niños participantes y con autores y científicos. También pueden compartir data recavada en excursiones y tener acceso a una miríada de recursos que complementan sus estudios.
Proyecto Jason para todos los niños del mundo
Ese es el sueño del Dr. Ballard, pero no es fácil. Gracias a la Fundación Smithsonian más niños en Panamá podrán beneficiarse con esta experiencia maravillosa. Cable & Wireless, la Fundación Gabriel Lewis Galindo, el Ministerio de Educación y el Senacyt también han colaborado con su aplicación en nuestras escuelas. La misma Fundación Jason ha donado 500 guías didácticas en español para los docentes panameños. Pero aún queda mucho por hacer.
«Mientras más exploramos y descubramos, más pequeño se nos hace el mundo. La exploración científica y la tecnología son puertas que se abren, ayudando así a romper barreras culturales», afirma el Dr. Ballard. «Los muchachos de hoy necesitan mayor acceso a herramientas tecnológicas como el Internet, que serán sus pequeñas ventanitas al mundo. Los educadores deben motivarlos a seguir sus sueños: los estudiantes de hoy son la llave para los descubrimientos del mañana. Mi sueño para el futuro es que todos los niños tengan acceso a estas herramientas para que puedan alcanzar sus metas y hacer de este mundo un mejor lugar para vivir».
Para mayor información visite: www.jasonproject.org, www.stri.org/jason/index.php3 y
el incre íble y completo sitio web de Mrs. Renz, http://www.redmond.k12.or.us/patrick/renz/jasonxv/rainforest.htm
Créditos fotográficos:
De proyectos anteriores: Jason Foundation for Education.
Relacionadas con Panamá: Elisabeth King, Smithsonian Tropical Research Institute.
¿Sabía usted que?… |
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