Guillermo Maduro: “Los niños nunca se equivocan”
Guillermo Maduro visita más de 12 ferias y exposiciones de juguetes cada año. Va a Oriente, marca tarjeta en Europa y tiene, en su agenda, las presentaciones más importantes de la industria en Estados Unidos.
Los juguetes son una tradición en su familia. Antes de que Guillermo lo hiciera, su padre, Roger Maduro, visitó ferias durante más de 35 años y conoce tanto del tema, que es una de las voces autorizadas en el momento de elegir los 3,000 artículos diferentes que cada Navidad llegan de las cuatro esquinas del mundo a los estantes de la juguetería más antigua del país.
El mercado mundial de los juguetes alcanza dimensiones considerables. Un solo “modelo” de Barbie puede vender 10 millones de unidades. Los juguetes que vemos en las vitrinas en diciembre son presentados y “probados”, ante distribuidores y mayoristas, con más de un año de anticipación. La industria está concentrada en aquellos lugares en los que se produce la materia prima de los juguetes: ojos de muñecas, “chips” o mecanismos electrónicos, zapatitos, empaques, ruedas, cabellos para muñecas, motores eléctricos… China se los gana a todos, pues abarca aproximadamente el 60% de la producción mundial de juguetes. Le siguen Taiwán, Korea y España; este último se especializa en la confección de muñecas. Y no podemos pasar por alto a Dinamarca, en donde Lego ha permanecido desde sus inicios gracias a la gran automatización de sus fábricas.
Las razones del éxito de un juguete no responden a una fórmula universal. Cada mercado tiene sus preferencias. Pero lo cierto es que cada vez es más corta la vida de un juguete; pasan de moda muy rápido. En promedio, un producto “normal” se vende durante 4 ó 5 meses y se acabó. Llega otro modelo, y lo saca del mercado. Aun los fabricantes de los “clásicos” se esmeran por presentar cada año “novedades” en el mismo juguete.
¿Son tan volubles los niños? Guillermo Maduro sostiene que los niños se divierten con los mismos juegos de siempre, lo que cambia es la oferta de juguetes. La tecnología, a llegada al cine o a la tele de nuevos personajes o historias, y una desmesurada competencia publicitaria, inciden en las ventas y en el “tiempo de vida” de cada juguete.
Guillermo Maduro habla de su oficio, una profesión que para muchos es glamorosa, divertida y hasta envidiable, pero que a la vez está sujeta a vaivenes tan impredecibles como adivinar si en Panamá los clones de la Guerra de la Galaxias seducirán más a los niños que el hombre araña.
¿Adónde van los juguetes que no se venden?
Un juguete que un niño no quiere se vuelve 25 centavos de plástico. Los juguetes que no se venden se liquidan. Una parte se vende a precios muy bajos, y con el resto se hacen donaciones.
¿Cómo se define el precio de un juguete?
Algunos juguetes tienen su valor intrínseco y de eso depende el precio. En otros, el costo está determinado no sólo por la fabricación del juguete, sino por las regalías que hay que pagar por utilizar el nombre de un personaje. Además, están los costos de publicidad.
¿Lo ayudan a comprar sus hijos?
Los niños nunca se equivocan. A veces, uno interpreta mal las señales. Cuando no tengo información suficiente sobre un juguete, llego con las muestras a la casa. Mis hijas se reúnen con sus amiguitas y juegan. Si se pelean por tener el juguete o si me piden que lo traiga de nuevo a la casa, sé que va a ser un éxito. La situación se pone difícil cuando a un niño le gusta el juguete y a otro no.
¿Los grandes también juegan?
En la feria de Nüremberg, Alemania, hay pabellones de juguetes para niños de 30 y 40 años. El mercado alemán es muy sofisticado. El pasatiempo es considerado muy importante. Hay un pabellón entero de trenes. Los modelos para armar y los vehículos de radio control son dos líneas fuertes para adultos.
Hay una afición muy grande por las casas de muñecas. Las puedes armar y amueblar a tu gusto. Se venden alfombras, papeles para las paredes, muebles, muñecas a escala de las casas… Además, están las muñecas de colección. Algunas son fabricadas por artistas. Encuentras muñecas con un costo de fábrica de $300 o $400. Algunas tienen cabello humano, trajes hechos a mano… La línea de colección de Barbie nace cuando se constata que hay una afición grande por coleccionar muñecas.
Educativos, violentos y magia…
¿Cómo les va a los juguetes educativos?
Es un mercado que crece en Panamá. Hemos intentado venderlos de muchas maneras. Me rehuso a creer que las madres no quieran que sus hijos tengan juguetes educativos. Este año tenemos un juguete que de verdad te enseña a leer. Se llama “Leap Pad” de “Leap Frog” y es un modelo que en Estados Unidos ha sido muy exitoso en los últimos tres años, pero que sólo ahora está disponible en español. Gusta porque es muy divertido. Lo probé con mis hijos y el resultado es maravilloso.
¿Y los juguetes “violentos”?
La tendencia del mercado es ir en dirección opuesta a las armas. No se consigue una pistola de agua que parezca pistola. Los soldaditos y similares son un tema de fantasía. Los niños juegan al bueno y al malo. En mis tiempos, eran los policías y ladrones, los indios y vaqueros… Ahora, los temas son más sofisticados, pero el patrón de juego es el mismo.
¿Harry Potter ha disparado el interés por la magia?
Tal vez, aunque siempre he percibido un interés en la magia. Todos hemos jugado a hacer trucos con cartas. El niño queda con “picazón” cuando ve un mago en las fiestas de cumpleaños. El juego de magia apropiado es el que tiene buenas instrucciones en español. Esa es la clave de la magia.
Tecnología y videojuegos…
¿Y qué tal la combinación “tecnología y juguetes”?
Los gustos de los niños no cambian. Lo nuevo es que ahora es posible hacer otros juguetes. Este año, por ejemplo, tenemos una muñeca que tiene un traje que se ilumina: “Bratz Funk and Glow”. Lo que sucede es que el proceso de fabricación permite hacer el diseño de una tela que se ilumina con fibra óptica. Eso antes no se podía hacer. Pero el juego sigue siendo el mismo: una muñeca a la que se le puede cambiar la ropa.
La tecnología ha permitido hacer productos a precio de juguete. Hace unos años, un chip de 30 segundos de reconocimiento de voz costaba cientos de dólares. Hoy es posible hacer a buen precio un peluche que lee 6 cuentos completos, lo que implica tener un chip de 5 minutos.
Por otro lado, los juguetes de radio control cada vez son más económicos. En cuanto a los videojuegos, son una industria que tiene pabellones especiales en cada feria y hasta su propia feria en Los Angeles. No sólo juegan los niños, el mercado es de adolescentes y de adultos jóvenes.
Se escuchan críticas sobre los juegos de video.
No es malo jugar con juegos de video. Se ha demostrado que fortalecen habilidades como la coordinación, la memoria, la planificación. Pero existe la posibilidad de abusar: jugar 15 horas al día y no hacer nada más, pues no es bueno. En ese tema, entran en juego muchos factores.
Por ejemplo…
Si un niño tiene acceso a un parque, tendrá otros juguetes, como bicicletas o patines. Los columpios se venden muy bien en Los Pueblos, porque las familias que viven en esa área de la ciudad tienen en donde instalarlos. En los condominios, las familias no tienen el mismo espacio. Si un niño sólo tiene su habitación, jugará con lo que puede tener en ese espacio.
Seguros y ecológicos…
¿Cómo elige los juguetes?
Nos pasamos todo el tiempo tratando de llenar una necesidad. Conseguir una máquina para hacer algodón de azúcar nos ha tomado años. Algunas eran peligrosas y otras sencillamente no hacían algodón de verdad o no lo hacían con la frecuencia que nosotros queríamos.
Este año, en Hong Kong, vimos una. Le pedimos al vendedor que hiciera algodón. Lo hizo y funcionó. Le pedimos que lo hiciera otra vez y nos quedamos media hora haciendo algodón. Luego pusimos la mano sobre la máquina y estaba tibia. Confirmamos que no era peligrosa. Pedimos la muestra, y cuando llegó a Panamá nos pusimos a hacer algodón de dulce en el salón de conferencias. No podíamos creerlo. ¡Por fin conseguimos la máquina que funciona y es segura! Nos enteramos que el inventor pasó cinco años desarrollando este juguete para el mercado japonés.
¿Hay cierta tendencia a hacer los juguetes más ecológicos?
Muchas cajas se hacen de cartón reciclado. En las presentaciones, los fabricantes insisten en que usan poco plástico o que usan cartón o corcho en vez de burbujas de plástico. Señalan, como una ventaja, que usan materiales reciclados y tintas que no dañan el ambiente. Ahora se usan menos materiales perjudiciales, porque hay una conciencia generalizada en la industria de fabricar productos más amigables al medio ambiente.
¿Cada vez se fabrican menos juguetes que usan baterías?
Ahora hay menos juguetes con baterías. No sé si es una tendencia consciente o si los patrones de juego no dependen tanto de baterías.
Seguramente le regalaban muchos juguetes cuando niño. ¿Cuál era su preferido?
El Lego. Esa era mi afición cuando era niño. Todos los años me regalaban otros juguetes, pero no recuerdo nada más que las fichas del Lego, que entonces eran de 4 ó 5 colores solamente. Había algunos con los que jugaba por algún tiempo, pero siempre volvía al Lego.