La primera infancia: clave para un futuro próspero
¿Por qué la primera infancia es tan importante? ¿Qué hacer en esos primeros años de vida de nuestros niños?
Cuando escuché en UNICEF por primera vez el término “primera infancia” sabía que era algo importante, pero no tenía idea de la magnitud real. Hoy, una década después, con mucho más conocimiento sobre el tema y un hijo de un año y medio, estoy convencida de que no hay etapa del ser humano más poderosa que esos primeros ocho años y que, como sociedad, debemos trabajar para que todos sepan lo esencial que es invertir en ese periodo para construir ciudadanos más sanos y felices que contribuyan al bienestar del mundo.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de primera infancia?
La primera infancia se define como el periodo de vida del ser humano desde la gestación hasta los cinco e incluso hasta los ocho años, dependiendo de los rangos que establezcan los países para sus programas educativos y de salud. Hoy día, gracias a los avances de la medicina, la neuropsicología y otras ramas de estudio afines, sabemos que durante estos años se sientan las bases del desarrollo del ser humano, así como un edificio depende de las bases estructurales que se construyen inicialmente para poder mantenerse firme. Actualmente, hay abundancia de valiosa información, estudios, recursos y aplicaciones, y un acceso algo democrático para que cualquiera desde su teléfono celular pueda acceder a ellos. A través de estas herramientas se puede aprender sobre cuáles son las mejores prácticas para potenciar el desarrollo de los niños y niñas y, más importante aún, qué prácticas debemos evitar para no mermarlo.
Los primeros 1,000 días

Las experiencias que tenga un niño o niña en esta etapa serán cruciales para su desarrollo.
De acuerdo con los expertos en la materia, los primeros 1,000 días de vida de un ser humano son los más importantes. Esta es la fase más crítica del desarrollo cerebral de la persona. De hecho, durante estos primeros días de vida se producen más de un millón de conexiones neuronales cada segundo y son estas las que definirán la estructura del cerebro de cada persona. Mientras más y más sólidas sean estas conexiones, mejor será el funcionamiento cerebral.
La especialista en Neuropsicología Emelyn Sánchez nos explica la importancia del desarrollo del cerebro en los primeros años: “Los primeros 1,000 días son cruciales en el cerebro, el 87% del tamaño cerebral se adquiere durante los tres primeros años. Todo lo que el niño aprenda y sea estimulado esos primeros 1,000 días van a poder dar una mejor forma a su cerebro y es en ese periodo donde se aprende con mucha más facilidad todo lo que se enseñe, es un periodo de mucho aprendizaje. También es prioritario recordar que en el neurodesarrollo casi el 50% de lo que comemos va a funcionamiento cerebral y que la capacidad de aprendizaje rápida desciende en un 50% a los siete años”. Es una ventana de oportunidad que no debemos dejar pasar.
También es importante mencionar que todas las experiencias, ya sean positivas o negativas, que tenga el niño o la niña durante esta etapa marcarán su futuro: su entorno, las relaciones que desarrolle con sus cuidadores, ya sean sus padres, abuelos, maestras en la guardería, la nana que lo cuida, la comida que ingiera, todas serán parte de su desarrollo, tal como piezas en un rompecabezas.
El mito de la estimulación temprana

La estimulación temprana es esencial y muy recomendada.
Cuando se habla sobre este tema suele relucir lo que yo llamo “el mito de la estimulación temprana” y es que muchas personas todavía tienen la percepción (equivocada) de que la estimulación temprana es algo que únicamente necesitan los niños prematuros, con alguna discapacidad física o cognitiva o con algún “problema”. Afortunadamente, muchos más padres están aprendiendo que la estimulación temprana es un trabajo que hay que hacer. Y es que al final del día no es nada tan innovador, es modernizar las recomendaciones de la abuela, seguir las instrucciones del pediatra cuando te da una guía de ejercicios, buscar libros sobre el tema o buscar la asesoría de un experto.
Milagros de León, fisioterapeuta pediátrica especialista en Neurodesarrollo y Rehabilitación Neurológica nos comparte su experiencia: “Durante los últimos años sí ha incrementado la disposición e interés de los padres en favorecer la estimulación y desarrollo de sus hijos. El punto importante sería recalcar que muchos padres piensan que solicitar una asesoría o apoyo solo es para cuando existe alguna inquietud o sospecha de retraso. Y es todo lo contrario, nosotros podemos influir en nuestros hijos de manera positiva y beneficiar su futuro. Contrario a lo que se piensa, no debe ser con juguetes caros ni extravagantes. La mejor estimulación está al aire libre, explorando el olor de pasto recién cortado, jugar con lodo, interactuar con niños en el parque. También con juguetes sencillos, material reciclado y con la inigualable compañía de papá y/o mamá, seguro podrán poner a volar su imaginación estimulando así su desarrollo”.
¿Cómo podemos potenciar el desarrollo en la primera infancia?
El desarrollo de un apego seguro con el recién nacido. Este vínculo tan importante y que implica no solo el cariño que se le brinde al bebé, sino también cómo se le carga, acoge y calma cuando llora o siente alguna molestia, tendrá implicaciones importantes en las futuras relaciones que el niño o niña pueda establecer, su autoestima y la forma en que se pueda enfrentar a los retos de la vida. He leído y escuchado muchas veces y de muchas fuentes diferentes que los bebés no “manipulan” como dicen muchas personas; los bebés son bebés y necesitan protección y afecto para sentirse seguros. ¡Cargue y acurruque a su bebé cuantas veces quiera, créame que ambos serán mas felices!
El rol del padre: Cada vez vemos más y más hombres participando activamente en la crianza y cuidado de sus hijos. Esto es sumamente positivo porque el padre influye en aspectos fundamentales del desarrollo de la personalidad del niño y diferentes a los que influye la madre. Sobre este tema también existen diversos estudios y artículos si se desea profundizar en el mismo.
Leer, hablar y cantar con los niños desde el nacimiento: Estudios evidencian que leer con los niños desde temprana edad estimula el desarrollo del lenguaje, estimula la imaginación, les ayuda a enfocarse y concentrarse en una sola actividad y puede ser un factor determinante en el éxito académico futuro. Adicionalmente, hablarles constantemente, poniendo especial énfasis en la calidad de las palabras, no necesariamente la cantidad, influirá también en el desarrollo del lenguaje. Y cantarles, además de promover también el desarrollo del lenguaje, es una actividad muy divertida para hacer mientras estamos en el tranque. ¡Es increíble lo que “uno a diez elefantes” pueden entretener a un niño a las 5:00 de la tarde!
El poder del juego libre: La evidencia sugiere que el mejor juego es el que el niño realiza libremente, con supervisión acorde a su edad. Llevarlos al parque si existe uno cerca, que jueguen en el patio de la casa, o en el área social del edificio con otros niños les incentiva la creatividad, les ayuda a aprender a resolver problemas, a relacionarse con su entorno y a sociabilizar con otros niños. Además, aprenden destrezas motoras finas y gruesas necesarias para su desarrollo. Dejar que se ensucien, que toquen la grama y las hojas que han caído al suelo seguro contribuirá a su desarrollo más de lo que nos imaginamos.
Limitar el tiempo de exposición a pantallas: Expertos como la Academia Americana de Pediatría y los especialistas en Neurodesarrollo recomiendan limitar el tiempo que los niños están expuestos a pantallas; es decir, celulares, tabletas y televisores. Los niños entre 18 a 24 meses no deben estar expuestos a pantallas y los niños en edad preescolar, de 2 a 5 años, solo deberán estar máximo una hora frente a pantallas y viendo programas de alta calidad. Esto es un gran reto, pues son niños que están naciendo en un mundo digital, pero debemos hacer un esfuerzo para que la interacción con las pantallas no reemplace la interacción humana y en este tema, como en todos los demás, debemos enseñar con el ejemplo. Adicionalmente, también existen estudios que evidencian el impacto negativo que tiene en el desarrollo neurológico la exposición a pantallas por largos periodos. Los invito a que dejemos el celular a un lado y disfrutemos de nuestros hijos cara a cara.
El amor, ingrediente básico para el neurodesarrollo

El amor es la mejor y más importante estimulación que un bebé puede recibir.
Quisiera concluir con un dato menos técnico, y es que un componente fundamental que se evidencia en los resultados de los estudios longitudinales, comparativos, etc. es el más básico de todos: el amor, lo más importante que deben recibir los niños durante este periodo. Y aclaro que cuando hablo de amor me refiero al amor traducido en tiempo de calidad, en hacer, hora tras hora y día tras día, con amor y mucha paciencia, este trabajo arduo que es ser padres. Entendamos que ser padres es una responsabilidad para toda la vida, pero esos primeros mil días, esos primeros cinco u ocho años son los más importantes. La primera infancia no vuelve, el “costo de oportunidad” es alto y repercute en todos los sectores y nos afecta a todos como sociedad y como país. ¡Para tener un futuro próspero debemos invertir en la primera infancia hoy!
Fotos: Getty Images