Las joyas y su buen mantenimiento

Alida Fábrega de Ansin |

18 junio, 2004

Las joyas han sido compañeras de la mujer y del hombre desde tiempos inmemoriales. Han sido símbolo de riqueza, de belleza, complementos del atuendo personal, amuletos para la suerte y reflejos de tendencias religiosas, entre otras cosas.

Para la mayoría de las personas, algunas piezas de joyería son de uso diario. Por ende, sufren un desgaste que se refleja en su falta de brillo (las piedras que se ven opacas), se rayan (anillos de matrimonio y cadenas marcadas) y otros deterioros que experimenta la pieza, haciendo que la misma pierda su belleza y, en algunos casos, su valor. Por lo antes dicho, queremos brindarle algunos consejos prácticos y sencillos para preservar sus piezas en óptimas condiciones y que las pueda disfrutar al máximo.

¿Qué debo usar para limpiar las joyas?
En general, lo más sencillo de utilizar para la limpieza del 90% de las piezas de joyería es una solución de agua tibia y un detergente líquido suave (de lavar ropa) en una proporción de tres partes de agua por una de detergente líquido. Esta solución jabonosa se coloca en un recipiente profundo de cristal o cerámica clara que pueda albergar cómodamente las piezas, cubriéndolas en su totalidad. Las piezas inmersas en la solución se deben dejar reposar por un par de horas para que la solución penetre en las ranuras y afloje las partículas que se hayan acumulado.

Si las piezas que se van a limpiar poseen muchas piedritas que podrían soltarse, se aconseja utilizar un pequeño colador que sirva para recoger cualquier elemento que se afloje, por más pequeño que éste sea. Adicionalmente, se puede utilizar un cepillo de cerdas muy suaves o una brocha de maquillaje para ayudar a la limpieza, pero esto sólo se recomienda en artículos de joyería cuyas engarces estén firmes. Una vez la pieza ha sido limpiada, debe ser secada con un paño suave y mucho esmero para evitar que la humedad quede atrapada en alguna parte pequeña de la joya.

Aparte del simple uso de la solución jabonosa, como la alternativa más sencilla para limpiar la mayoría de las prendas, existen otras tres variantes, algo más sofisticadas, que pueden resultarle útiles si desea lograr un resultado aún más efectivo:

  • Solución jabonosa hirviendo: Este método consiste en utilizar la solución jabonosa , pero hirviendo. Si bien este método es muy efectivo debe hacerse con mucho cuidado, aumentando la temperatura de forma gradual para evitar que las piedras engarzadas en las joya se rajen, pues los cambios extremos de temperatura pueden afectarlas. De igual forma, las piezas se deben dejar refrescar antes de enjuagarlas con agua de la pluma y, luego, realizar un minucioso secado de las mismas.
  • El “water pick”: Existen en el mercado equipos mecánicos que nos ayudan en nuestro trabajo, como el “water pick”, utilizado en la limpieza de los dientes. El mismo puede ser un buen aliado, pues la fuerza del chorro de agua que sale mecánicamente nos ayuda a remover ciertas suciedades que son más difíciles de sacar con las cerdas de un cepillo. Ojo: las piezas que van a ser limpiadas con este proceso deberán ser de oro o plata y, si poseen piedras, éstas deben estar muy firmes para evitar ser afectadas por la presión del agua (que puede ser jabonosa o natural).
  • Máquinas de ultrasonido: Las máquinas de ultrasonido para uso doméstico también se encuentran en los comercios y son una buena alternativa. Aquí el proceso de limpieza es similar, excepto que se ayuda y hace más rápido ya que las ondas ultrasónicas viajan con velocidad a través de la solución jabonosa y, en un menor tiempo, logran penetrar en todas las ranuras, resultando en una limpieza más rápida y sencilla. Las joyerías poseen estas máquinas para uso comercial, más potentes que las versiones de casa.

El cuidado particular de cada joya…
Aunque hemos indicado los métodos utilizados para la limpieza y cuidado de las joyas en general, consideramos importante y muy útil referirnos por separado a la forma como se deben tratar las diferentes clases de prendas.

Las perlas…
Estas hermosas aliadas lucen elegantes de la mañana a la noche, por su versatilidad y gran utilidad. Un collar de perlas es una pieza indispensable para una mujer. A continuación algunos consejos para su cuidado:

  • Es imperativo revisar el broche del collar, al igual que el hilo a través del cual han sido insertadas las perlas, antes de ponérselo. Se sugiere, para mayor seguridad, usar un collar con las perlas anudadas individualmente para evitar – en caso de que se rompa el collar – que no rueden todas y se extravíen, lo que haría más difícil la reconstrucción del mismo. Este hilo se debe cambiar una vez al año, si el collar es utilizado con frecuencia, o cada dos años, si su uso es moderado. No se aconseja dejarlo más tiempo porque nuestro clima hace que el hilo se debilite y cualquier tirón puede “atentar” contra la seguridad de sus perlas.
  • Es importante colocarnos esta pieza de joyería después de habernos maquillado, utilizado el rociador de cabello y el perfume, pues todas estas sustancias son nocivas para las perlas ya que interactúan con la capa de nácar y van, poco a poco, matando su brillo.
  • Las perlas se deben limpiar con un pedazo de tela de pana cada vez que se usa el collar y éste se debe guardar en una bolsita de tela (seda o terciopelo preferiblemente) o en una cajita con algodón, para evitar que las perlas se rallen y se pierda el nacarado que las caracteriza.
  • Para una limpieza más exhaustiva de las perlas es recomendable una solución de agua con un jabón muy suave (como el usado para lavar los platos). El collar se debe enjuagar y secar muy bien antes de guardarse, siendo ideal dejarlo sobre una toalla toda la noche. Estos consejos se aplican, de igual manera, para los aretes, pulseras, broches y sortijas de perlas.

Las piedras preciosas…
Los diamantes, rubíes y zafiros son piedras preciosas fuertes. La belleza del diamante, en particular, estriba en su brillo único, por lo que se sugiere limpiar la pieza de diamante cada vez que se vaya a utilizar para que esté impecable. Ya sea que estas piedras preciosas estén montadas en oro o platino, pueden ser limpiadas con la solución jabonosa antes descrita o con productos químicos más fuertes que hayan sido preparados para la limpieza de joyas. Estos se pueden obtener en los comercios y en las joyerías. Cabe señalar que la esmeralda es una piedra preciosa también, pero mucho más delicada. Sólo se recomienda limpiarla con una solución de agua y jabón, similar a la utilizada para la limpieza de las perlas.

Otras gemas…
Existen otras piedras comúnmente utilizadas en aretes, collares, broches o anillos. Nos referimos a la aguamarina, el topacio, la turquesa, el coral, el lapislázuli y el marfil. Todas ellas pueden ser limpiadas con la solución jabonosa descrita anteriormente. En el caso del marfil, la limpieza incluso puede ser realizada con alcohol, debido a su gran resistencia.

Joyería de plata…
Para las piezas de joyería de plata se puede utilizar una solución de algunas cucharadas de jugo de limón con una cucharada de sal, revolviendo bien. Se debe incorporar la pieza, moviéndola en la solución, y podrá observar el cambio rápidamente. Recuerde enjuagar la pieza y secarla muy bien.

Para aquellas personas que poseen alguna joyería de plata tejida o aquellas carteritas o monederos de plata tejidos, heredados de las abuelitas, les recomendamos lo siguiente:

  • Coloquen una olla con agua en la estufa, añadiendo ¼ taza de detergente líquido suave y un pedazo de papel de aluminio, en el fondo de la olla, y enciendan la hornilla.
  • Coloquen la pieza de plata sobre el pedazo de papel inmerso en la solución jabonosa y quédense pendientes, observando cómo obtendrán una limpieza rápida y muy sencilla, versus tener que cepillar con mucho cuidado todo ese delicado tejido que con los años se debilita.
  • También hay que enjuagar y secar muy bien la pieza una vez se extraiga del agua jabonosa.

Los relojes…
Sus relojes también deben ser sometidos a una limpieza con frecuencia ya que están expuestos a golpes y su uso es continuo. Sugerimos:

  • Leer y obedecer las recomendaciones que ofrecen los fabricantes. No sumerja su reloj si éste sólo indica ser resistente al agua.
  • Cambie las baterías de su reloj con frecuencia para evitar que el ácido de las mismas se derrame y dañe la máquina.
  • Si la correa de su reloj es de cuero, límpiela con algún producto de cuero para evitar que se manche o reseque.
  • Si nota usted alguna rajadura en el vidrio, llévelo a un relojero de inmediato porque ésta – no importa lo pequeña que sea – puede ocasionar desperfectos importantes en el reloj.
  • Utilice un cepillo y una solución de agua jabonosa para limpiar las correas de metal o plástico.

No queremos terminar nuestro escrito sin antes sugerirle, además de su mantenimiento constante, la visita anual a su joyero de confianza, quien será la persona que se encargará de supervisar y atender nuestras joyas de forma profesional, haciendo limpiezas profundas si son necesarias, apretando engarces débiles, reforzando cierres, re-insertando collares de perlas, corales, turquesas. Señores y señoras: disfrutemos del uso de las joyas pero seamos responsables del valor, la belleza y la alegría que una bella alhaja puede producir. ¡Usémoslas con garbo y, sobre todo, muy limpias!

Fotos: Irene Chamorro, 180 Grados.

Lo que no debe hacer con sus joyas:
  • Nunca lave sus joyas en el lavamanos o fregador de la cocina pues alguna pieza se puede desprender y escurrirse por el sumidero.
  • Evite lavarse las manos o lavar los platos con sus anillos puestos.
  • Evite tener sus anillos puestos al utilizar artículos abrasivos o con cloro.
  • No limpie sus joyas si no está segura de sus piedras, la firmeza de su monte (en el caso de aretes y anillos) o el material de que están compuestas.
  • Nunca utilice una joya cuya procedencia no le sea familiar y que no haya sido limpiada previamente, pues una joya sucia puede producir alergias y/o infecciones en la piel.

 

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