Olimpiadas Matemáticas, Más Que Simples Números

Esther M. Arjona |

29 septiembre, 2013

La participación en una Olimpiada de Matemática puede representar el éxito a nivel académico. De izquierda a derecha: Antonio Fan, Carlos Navarro, Alexander Neblett, David Narváez, Lurys Herrera, Fernando Varela, José Urriola, Ethan D´Cunha, Manuel Liu, Felipe Moreno y Andrés Fábrega. Abajo: Pablo Jaén, Naicolette Agudo, Ilai Reshef, Raúl Negrín y José Tejeira.

Panamá será anfitrión de las XXVIII Olimpiadas Iberoamericanas de Matemáticas. El evento corona más de diez años de trabajo de un grupo de docentes y estudiantes.

Es sábado por la mañana y un grupo de jovencitos, en lugar de reparar las horas de sueño o dar rienda a su vida social, asisten a un entrenamiento de matemáticas. Aunque deben permanecer en un aula por varias horas, no están allí obligados, tristes o molestos. Todos ellos han participado en la competencia nacional de la Olimpiada Panameña de Matemática y semanalmente entrenan para lograr los méritos suficientes para representar a Panamá en alguno de los certámenes internacionales en los que el país participa anualmente. Ilai Reshef, Andrés Fábrega, José Tejeira y Raúl Negrín son algunos de los más jóvenes participando en la jornada.

”Primero compites en la Olimpiada Nacional, ese es el primer corte“, dice uno de ellos, ”allí tienes que ganar una medalla“. ”Después pasas a la segunda fase, cuatro fines de semana en octubre y al final hay un examen, si lo pasas, te invitan a un campamento de tres semanas en enero“, dice otro. Y el tercero añade: ”Cada una de esas semanas hay un examen, si pasas esos exámenes empiezas a venir todos los sábados para entrenarte y representar a Panamá“.

El entrenamiento
Es un camino largo y complicado para adolescentes que podrían estar mucho más interesados en fiestas, videojuegos y fútbol, pero que al final ofrece resultados contundentes: ”Es la manera de lograr mi éxito personal“, asegura uno. ”El orgullo de ganar medallas internacionales“, dicen sobre la razón de mantenerse en un programa tan riguroso, una manera de asegurarse un excelente porvenir académico.

Participan en el programa de entrenamiento estudiantes de nivel secundario. Mientras más jóvenes sean, más oportunidades tendrán de sobresalir.

Pero esto no depende de notas, no se trata de resolver problemas matemáticos con fórmulas preestablecidas o memorizar conceptos. ”Los problemas no son mecánicos, son analíticos, tienes que darte cuenta de lo que tienes que usar y no lo sabes si no entiendes el problema“, dice el profesor Pedro Marrone, quien trabaja ad honórem en el Programa de Entrenamiento a Jóvenes Olímpicos.

Por ello, quienes ingresan a las filas de los entrenados por la Fundación Olimpiada Panameña de Matemática no logran su puesto por sus altas calificaciones escolares, sino más bien por demostrar una gran creatividad a través de sus respuestas en los exámenes para participar en las olimpiadas nacionales.

Docentes universitarios apoyan los entrenamientos de la Olimpiada Panameña de Matemática. En la imagen, los entrenadores Pedro Marrone y Lydia Burgoa, de la Fundación Olimpiada Panameña de Matemática.

”Los exámenes están diseñados para medir la creatividad, el ingenio“, dice la profesora Lydia Burgoa, presidenta de la fundación. El resto, viene con la práctica. ”El muchacho tiene el potencial, las habilidades, pero para desarrollarlo se necesita mucho más. Debe aprender a hacer observaciones, a expresarse, a redactar mejor. Además de la técnica, se le enseña a explicar sus ideas de forma completa“, afirma la profesora.

Y es que hay que estar claros de que en los certámenes internacionales los participantes se enfrentan a un nivel matemático probablemente de tercero o cuarto año de licenciatura.

Por ello, se requiere de un entrenamiento intensivo. ”No se trata de algo trivial, alcanzar ese nivel no se logra en pocos meses“, asegura Marrone, quien no oculta su entusiasmo al hablar del camino recorrido, pues los resultados han sido favorecedores.

El programa
El afinamiento de esta maquinaria ha tomado su tiempo. ”El proyecto de las Olimpiadas de Matemáticas no es nuevo, comenzó por los años 70 en Chiriquí, como un evento regional que se fue extendiendo hasta Panamá“, dice Marrone.

Los exolímpicos son un fuerte apoyo al programa, colaboran en el entrenamiento y participan como jefes de delegación en torneos internacionales.

Una invitación para participar en la Olimpiada de Mayo, en 1994, permitió el establecimiento de algunos mecanismos para que el país estableciera entrenamientos durante el verano y estos fueron tomando más forma al llegar las invitaciones para participar en la Olimpiada de Centroamérica y el Caribe, y en la Olimpiada Iberoamericana.

En 2002, se reestructura la Comisión de Olimpiadas de la Universidad de Panamá y surge la Olimpiada Panameña de Matemática. Para poder ofrecer un soporte financiero que permitiese la asistencia de los estudiantes a eventos fuera de Panamá y dar la debida estructura a un programa de entrenamiento se creó la Fundación Olimpiada Panameña de Matemática, cuya labor involucra entrenamientos semanales, campamentos, seminarios a docentes, libros y lograr los fondos para competir internacionalmente.

Desde 2004 y en adelante, se empiezan a enviar a las delegaciones de Panamá de manera continua a las principales competencias a nivel mundial: La Olimpiada Internacional de Matemáticas (IMO) –por sus siglas en inglés–, la Olimpiada Iberoamericana, así como la Olimpiada de Centroamérica y El Caribe.

Delegaciones panameñas participan también en cinco competencias a distancia: el Torneo de Ciudades, competencia con sede en Rusia; La Olimpiada de la Cuenca del Pacífico, prueba de muy alto nivel que suele predecir los resultados de la IMO; la Olimpiada de Mayo, en Argentina; la Olimpiada Bolivariana y la Competencia Internacional Canguro Matemático, originada en Francia y que es la de mayor audiencia a nivel mundial.

Alcance del programa
De acuerdo con Burgoa, han participado en el programa más de cien estudiantes; unos diez permanecen cada año, de veinte a veinticinco que ingresan. Pero reconoce que ”el impacto es mucho más grande“. Estos participantes le han dado a Panamá un promedio de 15 medallas al año, entre oro, plata y bronce. Pero los logros del programa van más allá de las condecoraciones.

La participación en el programa de olimpiadas les ha valido la entrada al Massachusetts Institute of Technology (MIT) a tres de sus participantes, a uno en Stanford University, a un número plural en Purdue University, así como a otros prestigiosos centros universitarios de Europa.

”Este tipo de actividades me llevaron a desarrollar un pensamiento lógico-matemático y habilidades de resolución de problemas que facilitaron en gran medida mis estudios subsecuentes en ingeniería“, dice Alexander Neblett, quien cuenta con una maestría en ingeniería eléctrica y de computación del Georgia Institute of Technology y trabaja en la división de dragado del Canal de Panamá.

”La experiencia técnica adquirida durante el entrenamiento de olimpiadas cambia por completo la manera de comprender las ciencias exactas y provee una enorme ventaja a la hora de estudiar una carrera en ingeniería o ciencias exactas. El entrenamiento realmente se basa en ejercitar la capacidad de análisis y esto queda de por vida“, afirma David Narváez, quien emprenderá un programa de maestría en ciencias computacionales en el Instituto Tecnológico de Rochester, con una beca Fulbright.

”Las olimpiadas me han ayudado en el carácter competitivo que tengo y los conocimientos y entrenamiento me han ayudado a entender más a fondo las clases que he tomado en la universidad“, dice Antonio Fan, ganador de la primera medalla para Panamá de la IMO. Actualmente, estudia Ciencias Computacionales en la Universidad de Purdue, en Indiana.

Lili Luo se graduó con honores también de Purdue, con un título en matemáticas y otro en ciencias computacionales.

”Haber participado en las olimpiadas definitivamente me ayudó a decidir estudiar matemáticas. Una vez comenzados mis estudios y haber estado expuesta a la programación, me di cuenta que mi futuro era especializarme en la carrera de desarrollo de software“. Luo trabaja en Amazon.com como ingeniera en desarrollo de software.

Lurys Herrera ganó el segundo lugar de la prueba por equipo en la Olimpiada de Matemáticas de Centroamérica y El Caribe en 2003. ”En lo profesional, la Olimpiada contribuyó a que obtuviese una beca con la OEA para los estudios de magíster en Ciencias de la Ingeniería que realicé en la Universidad Católica de Chile. En lo personal, me enseñó sobre la importancia del esfuerzo y la perseverancia en la vida“, afirma.

Inversión en talento
El apoyo que cada país le dé a sus talentos es una inversión para el futuro. De eso está convencida Burgoa. ”Se gana de todas las formas con este tipo de programas porque es una cantera de producción para el país“, afirma convencida. Por ello, para estos docentes es importante poder captar aquellos chicos con madera. ”Del 100% de la población, de un 6 a un 10% tienen talento matemático y ese talento se reparte uniformemente, no está solo en la capital, ni en determinadas escuelas. Está en todas partes, hay que detectarlos“, detalla Marrone.

Panamá, sede internacional
Del 20 al 28 de septiembre de este año, Panamá recibirá delegaciones de 22 países que participarán en las XXVIII Olimpiadas Iberoamericanas de Matemáticas. ”Es un honor para el país ser sede de una olimpiada. Es importante para nosotros recibirlos a la altura, que estos juegos se lleven de la mejor manera y, sobre todo, que se llenen los objetivos porque esto es un encuentro académico, por lo que debemos mantener no solo los estándares de hospedaje y alimentación, sino los estándares académicos“, informa Burgoa.

”Se trata de la más prestigiosa de las olimpiadas regionales, la más conocida internacionalmente, considerada una de las mejores del mundo y de las que más esfuerzo requiere“, dice Marrone.

Cada equipo consta de cuatro estudiantes que deberán resolver seis pruebas, tres por día en un período de cuatro horas y media. Y el resultado de ellas no solo depende del desempeño de los estudiantes, más bien resulta de un trabajo en conjunto de toda la delegación.

Los jefes de delegación arribarán al país el viernes 20 de septiembre y trabajarán sábado y domingo seleccionando los problemas que formarán parte de la competencia. Seguidamente, los tribunales de coordinación establecerán los criterios de evaluación y estos serán presentados a los jefes de delegación. El lunes 23, serán definidos los criterios y se llevará a cabo la inauguración formal con los estudiantes que arribaron el día anterior. El martes 24 y miércoles 25 de septiembre se les aplicarán las pruebas a los estudiantes.

El jueves 26, los jefes de delegación y los tutores corregirán y defenderán las pruebas ante los tribunales. El máximo puntaje de cada problema es de siete puntos y para esta defensa se requiere de igual preparación que para resolver el problema. ”Se dan discusiones matemáticas de altura en las que se requiere de gente preparada, pues se pueden dejar de ganar puntos por no saber defenderlos“, destaca Marrone.

Tomada una decisión por los tribunales, se da el anuncio de los ganadores y el programa académico finaliza con una cena de clausura. Continúa el programa social con actividades que permitan a los muchachos conocer a sus pares de otros países, hacer amistades, compartir ideas y hacer planes para las próximas olimpiadas.

Definitivamente, este mundo de las matemáticas no es para cualquiera, pero estudiantes talentosos y perseverantes están demostrando que puede llegar a ser una actividad extracurricular muy valiosa que incentiva la disciplina y el razonamiento creativo, con resultados que van más allá de nuestras fronteras.


Fotos:
Francisco Málaga y retoque por Kiosco Creativo
Lili Luo

 

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