Padres de la era virtual: ¡a conectarnos con nuestros hijos!
¿Qué hacer cuando nuestro pequeño de 8 años sabe más del ciberespacio que nosotros? ¿Cómo guiarlo a través de este nuevo mundo? ¿Cómo establecer reglas, sin conocer los riesgos? Si bien ser padres nunca ha sido tarea fácil, los vertiginosos cambios tecnológicos de los últimos años lo han hecho aún más complicado. Lo que antes les habíamos enseñado para protegerse, pudiera no ser ya suficiente.
El Internet es una de las maravillas más grandes de nuestra época. La Red de Redes nos ha conectado de forma tal, que prácticamente ya nada es inalcanzable. Nos asomamos al mundo a través del monitor de nuestra computadora: accedemos a bibliotecas y universidades, las noticias nos llegan al instante, transacciones de negocios se generan en segundos y lo último de la ciencia está al alcance del teclado.
Pero este universo cibernético tiene su lado oscuro y, quizás, el mayor de sus peligros radique en su misma esencia: el anonimato virtual. Si bien cualquiera puede ser víctima de personas mal intencionadas, los niños, por su inocencia y curiosidad natas, son el blanco más fácil.
Los niños y el Internet: su seguridad está en nuestras manos
Sin lugar a dudas, el mayor riesgo que corren nuestros niños en esta era virtual es que se les niegue el acceso a las nuevas tecnologías. El Internet es esencial para su educación, sus carreras futuras, para su vida. Por un lado, es la mayor recopilación del saber humano que jamás haya existido. Su riqueza es incalculable: una fuente de información viva, vasta y muchas veces en tiempo real. Ellos han nacido en una época de mensajes instantáneos, donde “chatear” con amigos es parte integral de su entorno social.
Además, nada más tentador que aquello que se nos prohíbe o que, en lugar de hablarse claramente, se mantiene en las sombras como algo tabú. Así como les enseñamos a no hablar con extraños o a no cruzar la calle sin antes mirar, debemos ahora brindarles las herramientas necesarias para desenvolverse en el mundo virtual. Lo ideal es comenzar desde pequeños y tocarles el tema en cada una de las etapas de su crecimiento, donde sus intereses y, por ende, los riesgos, varían.
Curiosamente –o tal vez por su novedad o porque muchos adultos no están familiarizados con las nuevas tecnologías–, vemos cómo los padres regulan aquello que sus hijos ven en la televisión o en el cine, pero no ponen reparo alguno respecto al Internet. Esta conexión libre y carente de supervisión puede ser realmente peligrosa. La mejor protección para su hijo en línea es usted.
Algunos riesgos que corren nuestros niños en la era virtual
En primer lugar, a diferencia de otros medios de información, Internet está dirigida por los usuarios. Son estos, y no editores establecidos, quienes crean buena parte de su contenido. De esta forma, el Internet es un reflejo de la sociedad. Los adultos tenemos –o deberíamos tener– el criterio para movernos en ese universo donde se encuentra de todo: desde bibliotecas completas, hasta minuciosas instrucciones para hacer una bomba. Los niños no lo tienen y necesitan de la guía de adultos para comprender los posibles riesgos, prevenirlos, saber cómo reaccionar en caso de tropezarse con ellos y navegar seguros. No siempre podrán estar acompañados de un adulto.
Por esa razón, el riesgo más grave que corren los niños es la falta de información. Si analizamos las estadísticas, vemos que más del 50% de los usuarios de Internet son menores. La mayoría utiliza Internet en el hogar, 50% sin supervisión. Si nadie les ha explicado los peligros del medio, algo está fallando. Es por eso que comienzo el listado de riesgos con:
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Siete reglas básicas para los niños
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Una variante de este tema son los sitios con nombres similares a los comúnmente visitados, pero con contenido inapropiado. Un ejemplo típico es el sitio de pornografía www.whitehouse.com. El problema de entrar a un sitio de estos es aún más grave si se tiene en cuenta que, una vez se tenga registrado nuestro servidor, seremos el blanco de todo tipo de virus y SPAM (correo basura).
Si bien la pornografía y material de contenido sexual han recibido mayor atención, existe otro tipo de información tanto o más peligrosa. Como ejemplo podemos mencionar los sitios que venden armas, objetos de contrabando, juegos de azar, promueven actividades como el uso de drogas o la xenofobia, o fomentan desórdenes alimenticios como la anorexia.
Cómo protegerlos
Sin duda alguna, la mejor forma de protegerlos es educarlos. Existen infinidad de herramientas y soluciones técnicas diseñadas para proteger a los niños y jóvenes en la Red: desde el asesor del contenido del navegador, hasta diversos filtros, herramientas de monitoreo y control. Sin embargo, ninguna es 100% efectiva, ni sustituye la comunicación con los hijos.
Algunos «tips» para los padres |
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Herramientas técnicas
Todos los días sale al mercado un nuevo programa para ayudar a los padres a controlar y monitorear el acceso de sus hijos a la Red. Algunos limitan el tiempo de navegación, el tiempo de juego, bloquean el acceso a Internet durante horas predeterminadas, evitan la descarga de archivos que puedan contener virus, envían a los padres los reportes del uso, etc. Lo importante es saber sus necesidades y estudiar las opciones. Mucho va a depender de la edad de los niños. Escojan siempre programas flexibles que se puedan personalizar.
Bloqueadores. Estos programas usan listados de sitios inapropiados y bloquean su acceso. Sin embargo, es imposible estar al día con lo que se publica en la Red y las actualizaciones varían según el fabricante.
Filtros. Los filtros utilizan palabras clave para bloquear sitios a los que se tiene acceso. Una de las fallas es que bloquean páginas que no son necesariamente ofensivas, tan sólo por contener palabras o derivados considerados inapropiados. Algunos productos permiten al usuario seleccionar qué tipo de sitios o palabras considera se debe bloquear. Siempre opte por aquel que le brinda flexibilidad.
Filtros de salida. Son programas que restringen la información personal que provenga de esa computadora. Desafortunadamente, si los niños deletrean sus datos con pequeñas alteraciones, pueden “engañar” al programa.
Monitores. Los programas de rastreo permiten a los padres seguirle la pista a sus hijos cuando navegan, saber cuánto tiempo pasan en línea, jugando, “chateando”, etc. Una vez instalados, guardan registros de la actividad realizada en esa computadora –que luego se puede imprimir– o los envían por correo electrónico donde se les indique, dependiendo del tipo de programa.
En un sitio de protección de adolescentes, leí que siempre es una buena idea instalar estos programas y luego “olvidarnos que lo hemos hecho”; algo así como las cámaras de seguridad de los bancos: nadie ve las grabaciones hasta que hay un robo. De esta forma, únicamente en el caso extremo que tengamos que usar la información, contaremos con ella.
Estas herramientas pueden ser de ayuda desde el punto de vista de la restricción y detección, pero las medidas más eficientes para prevenir los riesgos, quedan fuera del ámbito técnico: no hay filtro o programa para monitorear que supla una buena comunicación entre padres e hijos. Ni siquiera toda la información del mundo será suficiente, si los muchachos carecen de educación y formación como individuos que es lo que realmente los protegerá en el mundo virtual o el real.
Cuando nuestros niños navegan por Internet, aprenden y desarrollan habilidades que van a necesitar en el futuro. Ellos se convierten en conquistadores del ciberespacio: exploran nuevas ideas, descubren nueva información. En este mundo globalizado, el Internet les abre ventanas y los conecta con el universo. Los niños navegan con un gran sentido de la curiosidad, confianza y con ganas de explorar. No los debemos coartar, pero si darles las herramientas para que lo hagan con seguridad. Internet es un instrumento absolutamente maravilloso y esencial. Sólo hay que saber cómo utilizarlo.
* Mirie Mouynés es propietaria de Allegro
¿Inocencia virtual? La realidad en cifras
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