Sin saberlo, tú y yo estamos en la nube

Leonidas Anzola |

1 marzo, 2015

¿Qué es la nube? ¿Qué beneficios nos brinda? ¿Qué precauciones debemos tener al utilizarla? La tecnología nos lleva a otra dimensión y debemos conocer lo que ya utilizamos.

Cuando escuchamos la palabra nube probablemente pensamos en aquellas lecciones del colegio donde aprendimos nombres originarios del latín como cirrus, cúmulos y estratos. Estos son algunos términos que describen aquellas formaciones de gotas de agua sobre polvo atmosférico que se pueden observar como muy blancas y elevadas, o verticales y redondeadas o, inclusive, horizontales y grises. Son muy visibles para nosotros y las podemos señalar con facilidad.

[quote align=’right’]“Algún día la computación podrá ser organizada como un servicio público”
Científico John McCarthy, 1960[/quote]Sin embargo, un nuevo término ha sido introducido en los últimos años: la nube computacional (“cloud computing”, como se le conoce en inglés). Esta nube, al contrario de las que naturalmente conocemos, no la podemos ver y mucho menos señalar. Sabemos que existe porque todo el mundo habla de ella en referencia a la tecnología, pero no necesariamente comprendemos todo lo que significa para nosotros.

La nube computacional no apareció repentinamente, es el resultado de la evolución a través de muchos años de desarrollo tecnológico que inició con las primeras comunicaciones entre computadores en los años sesenta. La motivación para conectar computadores surgió de la necesidad de crear una red global para compartir programas y datos y se ideó con el proyecto ARPANET (acrónimo de Advanced Research Projects Agency Network, por las siglas de sus primeras palabras y la sílaba inicial de la última en inglés) fundado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica, en 1969. Este principio básico de conexión progresó con el pensamiento de que algún día los computadores proveerían un servicio público, al igual que los servicios de agua y de electricidad. Solo faltaría abrir un grifo o encender un interruptor para obtenerlo, siempre que se tuviese presente pagar acorde al uso o consumo. ARPANET ha derivado en lo que hoy en día conocemos como el Internet.

La nube #2

En el año 2003, se reafirmó el concepto de la nube como un servicio cuando Nicholas Carr publicó en el Harvard Business Review un artículo que resaltaba cómo posiblemente la historia se repetía al comparar la nube computacional con el desarrollo del servicio de suministro de electricidad. Este originó inicialmente con diversas tecnologías y voltajes, aislado a ciudades privilegiadas y sin compatibilidad alguna. Hoy en día vemos que se ha estandarizado por continentes, es sumamente accesible y es transparente para aquel que la necesita y usa. La nube computacional está madurando en esa misma dirección. Tenemos acceso a una serie de servicios de tecnología por los que podemos pagar una cómoda suma mensual o anual para utilizarlos, aunque algunos se proporcionan aún de forma gratuita. Solo requerimos de un dispositivo para conectarnos y listo, ese es el grifo o interruptor que nos permite el acceso. Los servicios que la nube computacional nos ofrece actualmente pueden ser de almacenamiento, acceso a aplicaciones, capacidad de procesamiento, entre otros.

Si bien es cierto que hasta aquí se entiende por qué se tiene como objetivo crear una red para proveer servicios computacionales, no se explica de dónde surge la idea de llamarle nube. El término nube es una metáfora de cómo se describe simbólicamente el Internet en los diagramas de redes de computadores. Se representa como una nube para establecer una abstracción que simplifica o esconde la complejidad de la infraestructura del Internet y todos sus componentes.

Esta nube nos beneficia

Existen muchas ventajas que ofrece la nube computacional, algunas nos benefician a nosotros y otras a los proveedores de estos servicios. Las que nos benefician están relacionadas principalmente con el fácil y rápido acceso a un número casi infinito de aplicaciones o servicios que tenemos a nuestra disposición, como aquellas que nos permiten escuchar música, automatizar tareas de oficina, ver películas, participar de juegos, comunicarnos socialmente, almacenar y respaldar información, etc. Podemos activar y empezar a usar estas aplicaciones desde la comodidad de nuestros hogares u oficinas sin la ayuda de técnicos altamente especializados. Las nuevas versiones o las actualizaciones son provistas de una manera transparente para nosotros, ya que la mayoría son automáticamente distribuidas e instaladas. Tenemos la ventaja de utilizar un sinnúmero de dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas y portátiles para acceder a estas aplicaciones en el lugar y de la forma que necesitemos. Podemos también pagar por los servicios tecnológicos acorde a lo que necesitamos y consumimos, además de que estos deben obtenerse a costos más económicos que los tradicionales, puesto que son ofrecidos de una forma masiva y eficiente.

Igualmente, la nube computacional beneficia significativamente a los proveedores de aplicaciones de varias maneras: por una parte, les brinda economías de escala al poder desplegar o aprovisionar de forma consolidada capacidades de procesamiento y almacenamiento rápida y eficientemente para un número plural de usuarios. Al contar con instalaciones centralizadas, se pueden pronosticar y habilitar rápidamente más capacidades para las aplicaciones, permitiendo también actualizar fácilmente sus versiones. Adicionalmente, se conoce que la utilización de las capacidades de un computador individual son subutilizadas cuando solo brindan servicios a unos pocos usuarios, pues incluso a veces se utiliza solo del 20% al 40% de la capacidad total de un computador. Para comprender esto se puede pensar como analogía en que cada persona utilice su computador personal según su habitualidad, probablemente de forma esporádica, o por el contrario que se junten todas las capacidades de computadores personales existentes permitiendo el uso de estas al que lo necesite y cuando lo necesite. Esto permitiría aprovechar mucho más eficientemente la capacidad y reduciría los costos de energía.

La nube #3

Otra ventaja es que no existe una barrera física para la ubicación de estos servicios, ya que pueden ser provistos desde cualquier país o continente. Con ello se pueden obtener recursos que pueden ser más económicos y accesibles en una región que en otra. También se logra crear un entorno robusto que sobreviva a todo tipo de desastres por la diversificación de las instalaciones a lo largo y ancho del globo.

Finalmente, la nube computacional permite crear un nuevo modelo de negocios de escala global que les permite a los proveedores de tecnología obtener ingresos recurrentes y pronosticables, replicando así los modelos de servicios públicos y eliminando costos de distribución.

En los cielos también hay nimbos

Como bien sabemos, no todo lo que conocemos, vemos y usamos será transparente para nosotros. En los cielos también hay nubes tormentosas conocidas como nimbos. En la nube computacional hay nimbos que considerar y tener muy vigilados.

Uno de los elementos de mayor atención debe ser el relacionado con el cuidado y derecho de uso de nuestra información, ya que la misma está fuera de nuestro control y custodia. Inclusive, no conocemos en qué país y bajo qué leyes se rige la misma, mucho menos qué recursos legales podríamos aplicar de identificarse un abuso. Es necesario, entonces, aunque tedioso, leer las condiciones de uso de la aplicación o servicio que estamos considerando utilizar. En algunos casos, los proveedores literalmente establecen que son dueños de toda la información que coloquemos en sus sitios y que les damos el derecho a hacer uso de ella. Si no estamos de acuerdo, no debemos subscribir el servicio. Es más complicado aun cuando la información que manejamos es de otras personas.

Otro factor que debe considerarse es la seguridad de nuestra información. Al estar en la nube, no solo es fácil de acceder para nosotros, también lo es para el resto del mundo. Se debe tener claro que existe un riesgo de que el proveedor de la aplicación no la proteja debidamente. Por eso, debemos considerar siempre proveedores reconocidos, de experiencia y capacidad para brindar estos servicios. De la misma forma debemos seguir buenas prácticas de seguridad utilizando claves de acceso complejas. En el caso de empresas, por ejemplo, se recomienda hacer pruebas de vulnerabilidad y no considerar colocar en la nube información personal o de terceros que por su sensibilidad temamos que caiga en manos inapropiadas.

Los servicios de la nube computacional se proveen por medio del Internet y es importante tener esto presente también. La disponibilidad de la aplicación y servicio está sujeta al tráfico y la capacidad del Internet en el momento en que queramos utilizarla. Esto es algo que tampoco controlamos, ya que depende de la utilización que tenga en el tiempo y la calidad del servicio del proveedor de comunicaciones. Igualmente, ataques generalizados a las redes por “hackers” podrían afectar nuestro acceso a estos servicios.

Finalmente, así como funcionan los servicios de electricidad, eventualmente seremos dependientes de los servicios de la nube y probablemente al costo que el proveedor decida. Nuestra información, ya sea en fotos, videos o datos, estará accesible siempre y cuando nos recordemos de pagar una tarifa periódica. De lo contrario, parte de nosotros y de nuestra historia podría desaparecer para siempre. Por lo tanto, es recomendable mantener una copia de lo más importante de nuestra información en nuestras computadoras personales o en un medio de bajo costo como un CD o memoria USB. En el caso de servicios en la nube para empresas, es importante considerar una cláusula que permita escapar a la relación contractual y que se devuelva rápidamente nuestra información.

Al reflexionar sobre lo que la nube computacional representa para nosotros es fácil comprender que desde hace mucho tiempo ya hacemos uso de ella como servicio y que, en el caso de algunos, quizás no lo veíamos así. Es algo que nos beneficia significativamente, pero que controlamos muy poco. En la medida en que evolucione, tendremos mucha más dependencia de la nube al encontrarle más ventajas de uso.

Algunos servicios en la nube, de uso común para la mayoría

  • Correo electrónico –  Gmail, Yahoo, Zimbra
  • Almacenamiento – Dropbox, Skydrive, Google Drive, iCloud
  • Aplicaciones de oficina – Salesforce.com, Docusign, Office 365, Cisco Webex
  • Redes sociales – Facebook, Linkedin
  • Álbumes de fotos – Picasa, Photobucket
  • Música en demanda – Spotify, Google Music, Amazon Cloud player

  

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