¿Estoy preparado financieramente para vivir solo?

Por: Maru Caballero, Bolsillo y Sencillo

“Mamá. Papá. Me voy a mudar”.  Si estás considerando mudarte de la casa de tus padres, pero desconoces  cómo organizarte financieramente, aquí te compartimos qué debes tener en cuenta.

¿Es el momento?

Nunca habrá momento perfecto. Sin embargo, te invitamos a reflexionar sobre estas dos preguntas para que puedas tomar una decisión financieramente viable.

Pregunta #1: ¿Has tenido ingresos estables en los últimos 12 meses? Es importante tener estabilidad laboral o una fuente de ingresos constante al momento de tomar esta decisión. Este es un compromiso importante que debes poder sostener en el tiempo.

Pregunta #2: ¿Tienes una buena gestión de tus finanzas personales?  Es importante que sepas hacer un presupuesto, que tengas una buena gestión de gastos, que no tengas deudas significativas y que administres de manera proactiva tus finanzas.

Decisiones importantes

Cuando llegue el momento, debes tomar decisiones, definir tus prioridades y decidir cómo te vas a independizar.

Algunos temas que debes analizar son, por ejemplo, si vas a vivir solo o con alguien más, si te conviene comprar o alquilar, y cuándo y dónde te gustaría mudarte. Todo depende de tu situación financiera y de tus objetivos inmediatos y a futuro.

Después de contemplar las distintas opciones, puedes hacer una lista que resuma lo que estás buscando, incluyendo: la cantidad de habitaciones y estacionamientos que deseas, las amenidades más importantes para ti y acceso a transporte público. Es importante que tengas definidas las prioridades que consideradas “no negociables”; es decir aquellas que no estás dispuesto a ceder.

Prepara tus finanzas

Primero, verifica cuánto requieres de abono en el caso que vayas a comprar o de depósito si vas a alquilar. Nuestra recomendación es que no financies este abono o depósito, sino que lo ahorres con tiempo y que sea un dinero separado de tu fondo de emergencia. No te debes quedar sin ahorros posterior al pago del depósito o abono.

Seguidamente, construye un presupuesto proyectado que incluya tus  gastos asociados a tu nuevo hogar, es decir, un presupuesto como “si ya estuvieras viviendo ahí”. En cuanto al pago de la hipoteca o alquiler, es recomendable que lo estimes como el 25% de tu ingreso actual.  En cuanto a los otros gastos, intenta estimar cuánto serán los nuevos compromisos que vas a adquirir y cómo se verá tu presupuesto una vez te hayas mudado.

Por último, haz un presupuesto exclusivo de todos los gastos relacionados a la mudanza, en el cual incluyas la compra de la línea blanca, muebles, utensilios, acarreos e incluso, hasta el primer supermercado. Este es un monto considerable que a veces olvidamos estimar, pero que requiere de planificación

para que no te endeudes cuando llegue el momento.

Ahora sí, ¿listos para “salir del nido”?