Planificación financiera personal: ¿tienes tus finanzas bajo control?

Son muchas las personas que sufren de los siguientes males: alto nivel de endeudamiento, gasto excesivo, disciplina de ahorro inexistente e irresponsabilidad financiera. Es muy importante tener presente que nuestra actitud hacia el manejo de nuestro dinero hoy define nuestra condición de vida a futuro, y es fundamental aprender a conservarlo y multiplicarlo para nuestro beneficio y el de nuestra familia.

Tener un plan financiero personal es una parte fundamental de nuestro plan de vida. La planificación financiera personal es el proceso continuo a través del cual una persona analiza a profundidad su situación financiera, define sus objetivos financieros de manera clara y realista, y crea los planes necesarios que le permitan lograr dichos objetivos en el futuro. Nuestro plan financiero será nuestra guía y mapa de ruta que definirá el camino de nuestro dinero y es crucial tener la debida disciplina para implementarlo correctamente y evitar desvíos.

El proceso de la planificación financiera consiste en los siguientes pasos:

1. Definir tus objetivos financieros a detalle y determinar su prioridad: Haz una lista de los objetivos que guiarán tus acciones en el futuro y establece la prioridad con la que deben ser alcanzados. Los objetivos deben ser cuantificables y específicos. Por ejemplo, tener un tercer hijo y las necesidades financieras que conlleva (gastos de salud, cuidado y educación); cancelar los US$5,900 que mantengo en deudas pendientes; comprar una casa propia hasta por un monto de US$225,000; retirarme cómodamente a mis 55 años; comprar un auto nuevo por un costo de US$35,000; pagar por la educación universitaria de mis hijos, entre otros.

2. Analizar tu situación financiera actual: Luego de haber definido tu norte (objetivos por lograr) es necesario examinar y estar consciente de tu realidad financiera. ¿Cuánto tienes actualmente y cuánto te hace falta? ¿Cuánto tienes disponible en tu cuenta de ahorros, en inversiones u otros bienes? ¿Cuánto son tus obligaciones fijas? No basta un simple: “Yo solo sé que mi salario no me alcanza”.

Es de mucha importancia crear y evaluar un estado de resultados y balance de situación personal de manera similar como se hace en las empresas. En tu estado de resultados se procede a detallar tus ingresos (salario que devengas de tu empleo u otros ingresos producto de negocios e inversiones) y tus gastos (vivienda, salud, alimentación, educación, seguros y recreación, entre otros) y la ganancia o pérdida que se genera en un periodo de tiempo determinado ya sea mensual, semestral o anual. Por otro lado, en tu balance personal, se detallan todos tus activos (cuentas bancarias, depósitos a plazo fijo, inversiones en valores, bienes inmuebles y artículos de valor, entre otros), tus pasivos o deudas (tarjetas de crédito, préstamos y otras obligaciones) y tu patrimonio.
Del estado de resultados, uno puede claramente definir si no se cuentan con los ingresos suficientes, o si bien hay un rubro en el cual existe un sobregasto. Por ejemplo, si mantienes un exceso de gasto en comidas y bebidas fuera de casa o en artículos que no son de necesidad, entre otros. En el balance personal, se puede evaluar si se tiene un alto nivel de deuda por la cual se está pagando una suma elevada de intereses, o si bien contamos con muy pocos activos. Por ejemplo, la falta de inversiones en valores como acciones, bonos o fondos mutuos.
Igualmente, es de valor agregado crear un archivo que contenga todos tus registros financieros y que este incluya tus declaraciones de renta, estados de cuenta, información sobre pólizas de seguros de vida, de salud y de propiedad y contenido, así como de daños a terceros, testamentos y otros documentos legales de importancia relacionados a tu vida financiera.

3. Establecer metas financieras claras y plan de acción: Con base en el análisis de tu situación financiera, luego se procede a establecer metas financieras puntuales. Por ejemplo, la necesidad de reducir en un 20% tus gastos mensuales o bien incrementar tus ingresos mensuales por US$500. También se definen los planes de acción necesarios para alcanzarlos. Por ejemplo, salir menos a comer fuera de casa, llevar control de y reducir los pequeños gastos diarios que al final del año suman (los snacks que se consumen de máquinas y esos capuchinos que compramos); evitar comprar ese quinto par de zapatos negros que realmente no necesitas o bien solicitar un aumento de salario –si se justifica– o iniciar alguna actividad o negocio que genere un ingreso adicional.

4. Realizar un estimado de proyección de ingresos: Es importante realizar un análisis de sus ingresos a futuro y tomar en consideración proyecciones de aumento en tu salario, si tu plan financiero incluye comenzar un negocio que genere un ingreso adicional, si recibirás ingresos producto de inversiones realizadas en valores como bonos, acciones, fondos mutuos o de depósitos a plazo fijo. En el caso de las inversiones en valores, es muy importante considerar el beneficio agregado del interés compuesto, que es el interés que se calcula no solo sobre el capital inicial sino también sobre el interés que se ha acumulado a través de la vida de la inversión. Igualmente, se debe considerar alguna herencia por recibir e ingresos inesperados como, por ejemplo, la valorización de una inversión a través del tiempo. Recuerda, así como existe la posibilidad de que se generen ingresos inesperados, también es sumamente importante tener siempre presente que existe la posibilidad de eventos inesperados que pueden tener un impacto negativo en nuestros ingresos. Por ejemplo, la pérdida de nuestro empleo, la reducción en salario, los gastos médicos imprevistos, entre otros. Es una sana práctica tener ahorrado y disponible la liquidez necesaria para solventar al menos un año de tus gastos fijos mensuales (un fondo de emergencia), en caso de que se pierda de manera abrupta e inesperada tu principal fuente de ingreso.

5. Definir plazo: Es necesario establecer un cronograma que defina en orden de prioridad los objetivos que se desean alcanzar. Los mismos se deben segmentar a corto (de uno a dos años), mediano (de dos a cinco años) y largo plazo (de cinco años en adelante). Es importante que los objetivos de corto plazo, por ejemplo, comprar un nuevo automóvil, no impidan el logro de los objetivos a mediano y largo plazo como, por ejemplo, adquirir una residencia o bien sus planes de retiro.

6. Establecer presupuesto: Son muchas las personas que viven bajo el lema “carpe diem”. Estos piensan solo en la gratificación de hoy y gastan su dinero sin tomar en cuenta la necesidad de tener un presupuesto formal y las consecuencias en sus finanzas a futuro de no tener uno. Un presupuesto financiero es la cantidad de dinero que se necesita para poder cumplir con los gastos generales de nuestra vida cotidiana. Es más bien un estimado de los ingresos y gastos que se pueden producir en un periodo de tiempo determinado. Es importante hacer un estimado realista y debidamente fundamentado de los costos en los que se puede incurrir para lograr sus objetivos, ya que un estimado erróneo puede causar que el dinero por ahorrar o las inversiones por realizar no sean suficientes. Por ejemplo, es esencial tomar en consideración la inflación o aumento de precio de un bien o servicio, en un futuro, en nuestros cálculos. Tal sería el caso de la educación universitaria en el exterior. Para aquellos con interés de presupuestar para su retiro, es importante tener presente que los beneficios que brinda el Seguro Social deben ser considerados como un complemento al dinero que usted vaya ahorrando a través de los años, ya que son muy pocos los que pueden vivir cómodamente con ese ingreso únicamente. Los asesores financieros usualmente estiman que uno necesitará por lo menos un 70% del ingreso anual recibido en los últimos años laborables para mantener su estilo de vida al retirarse.

7. Ejecutar y monitorear: Una vez hayas creado tu presupuesto, es importante tener la disciplina de cumplir con el mismo, darle el debido seguimiento periódico y monitorear su avance, para poder hacer las correcciones necesarias en caso de que ocurra algún desvío de sus objetivos. Es una buena práctica llevar control de todas las facturas de los gastos que se realicen mes a mes, lo cual permite llevar un seguimiento adecuado al presupuesto establecido. Existen varias aplicaciones que se pueden descargar desde un teléfono móvil que facilitan llevar un mejor control de sus gastos. Por ejemplo, You Need a Budget (YNAB) y Mint.
Tener un salario elevado que le permite gastar de manera holgada no es garantía de éxito financiero y, a su vez, generar un salario modesto no es indicación de tener desventaja. Uno es rico por lo que ahorra, no por lo que gasta. Sin importar su nivel de ingreso, el hecho de establecer un plan financiero no solo le ayudará a cumplir sus metas financieras de manera exitosa sino también le proveerá una mejor calidad de vida. De acuerdo con un estudio del Olin Business School, de la Universidad de Washington en St. Louis, aquellas personas que toman los pasos necesarios para planificar su futuro financiero mantienen un mejor estado de salud (menores niveles de colesterol y mejores exámenes de sangre) que aquellos que no lo hacen. De igual manera, se reduce el estrés y la ansiedad.
Toma el control de tus finanzas y nutre constantemente tu inteligencia financiera y la de tu familia. Mientras más conozcas acerca de temas financieros, mejor será tu capacidad para tomar decisiones sobre planes que impactarán tu bienestar financiero en el futuro. Involucra a tu cónyuge e hijos en temas financieros del hogar para que juntos desarrollen una cultura de ahorro y tengan la debida actitud hacia el dinero.

Marjorie Pich de Arguello

Gerente de BG Valores