Aprovechando los rayos de sol
Quizá pocos lo sepamos, pero Panamá está pisando cada vez más fuerte en el campo de la energía solar fotovoltaica para la generación de electricidad y, ahora, apostándole con firmeza a la tecnología solar térmica con calentadores solares de agua. Ambas movidas no solo traen beneficios tanto económicos como ambientales al país, sino a cada uno de nosotros.
El sol nos demuestra una vez más que sigue siendo nuestra fuente de vida y de energía, incluso para nuestras cosas más cotidianas. Imagínese vivir en una casa o trabajar en una empresa en donde se pueda prender la luz, el aire, el televisor, tener acceso a internet y calentar el agua usando los rayos solares.
O, mejor aún, imagine que las áreas más vulnerables del país y el mundo puedan tener acceso a la electricidad a través de la luz del sol. Pensaría que es ciencia ficción, ¿cierto? O que solo sucede en países desarrollados. Pues no. Para sorpresa de muchos, este tipo de energía renovable ya es una realidad en nuestro terruño.
La electricidad le dice “adiós” al combustible
Debido a su posición geográfica, Panamá tiene un gran potencial para el uso de la energía solar ya que se encuentra cerca del ecuador, permitiéndole recibir sol todo el año. Según José Ramón Gómez, especialista senior regional en energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esta tecnología se puede aplicar tanto en la autogeneración eléctrica como en zonas remotas en donde no puede llegar el tendido eléctrico.
Precisamente, el BID ha venido apoyando al Gobierno nacional en la estructuración de un nuevo programa de acceso universal de energía en el cual los paneles solares, en conjunto con esquemas de operación y mantenimiento sostenibles, llevarán energía a áreas alejadas, así como a 300 de las 580 escuelas que aún no tienen energía eléctrica en nuestro país.
Esta iniciativa refuerza la dirección que ha venido tomando Panamá en este campo, uniéndose a países como México, Brasil, Chile y Perú, entre otros de la región, que están desarrollando notables esfuerzos para lograr una mayor penetración de la energía solar en su red.
Son muchas las empresas que están autogenerando energía con fuente solar en Panamá. Por otro lado, en las áreas rurales Gómez destaca las islas Cartí, en la comunidad indígena de Guna Yala, en donde ya se han instalado más de 5000 paneles solares para su suministro eléctrico (en hogares, escuelas y puestos de salud), mejorando la calidad de vida de esta parte del país que nunca había gozado de los privilegios de la electricidad.

En las islas Cartí, en Guna Yala, ya se han instalado más de 5000 paneles solares para su suministro eléctrico.
Pese a que hoy en día es más barato producir energía con la tecnología solar pues sus precios han venido bajando en los últimos cinco años, Gómez explica que es importante tener en cuenta que para los sistemas eléctricos nacionales, por las complejidades que presenta el almacenamiento eléctrico, es necesario contar con fuentes de reserva.
“En los países de América Central estas reservas están dadas por los combustibles líquidos fósiles, mientras que en Panamá se presentan con el gas natural y la energía hidroeléctrica. Su razón principal es que a nivel de sistema se debe tener una combinación de fuentes, ya que de noche no hay sol, necesitando un respaldo para generar a nivel de sistema”, comenta.
Fusión mágica de dos elementos
A diferencia del uso de la tecnología solar fotovoltaica en Panamá, la historia de la tecnología solar térmica con calentadores solares de agua apenas comienza en el istmo. En parte, se debe a su cálido clima en donde hay menos necesidades de agua caliente que en otros lugares de Latinoamérica. No obstante, esto no es impedimento para explorar un modo más económico y saludable para calentar el agua de uso doméstico o industrial.
Llamado el «solvente universal», el agua es capaz de contener y transportar calor. Tal como los océanos, que absorben y retienen la energía del sol regulando las temperaturas y el clima de nuestro planeta, así trabajan los calentadores solares de agua. Uno de los grandes beneficios para el usuario es el económico, ya que puede proporcionar hasta el 80 por ciento de sus necesidades de agua caliente, incluso en clima frío, ahorrándole sustanciales facturas de electricidad y/o gas. Además, el proceso de repago varía entre un año y medio a cinco años, con una vida útil de unos 40 años o más.
Asimismo, estudios demuestran que las casas con energía solar se venden más rápido y a precios más altos que su competencia. Más importante aún, la energía solar térmica protege el aire, ya que previene la quema de combustibles disminuyendo las partículas y otros subproductos que lo contaminan, amainando efectos negativos al medio ambiente y en la salud.
Por esto, desde este año Panamá ha decidido no quedarse atrás implementando la iniciativa “Desarrollo de un mercado de calentadores solares de agua en Panamá”, promovida por la ley 37 que impulsa el uso de la tecnología solar y ejecutada por la Oficina para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente en coordinación con la Secretaría Nacional de Energía (SNE).
Su objetivo principal es promover la inversión de energías renovables con el fin de reducir emisiones de CO2, teniendo como meta la instalación de 16,600 m2 de esta tecnología durante los próximos 5 años, considerando que el desarrollo del mercado de calentadores solares de agua es asequible para el país, económicamente viable y que contribuirá a disminuir los gastos en electricidad y combustibles fósiles de los sectores participantes.
El proyecto, que beneficiará al sector hotelero, hospitalario, agroindustrial, comercial y residencial, cuenta con un presupuesto de 10 millones de dólares, de los cuales un millón novecientos mil dólares han sido donados por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) y ocho millones cien mil dólares serán una contribución en conjunto entre la SNE, el Ministerio de Ambiente, la Universidad Tecnológica de Panamá, el Panama Green Building Council y Banco General, quien pondrá fondos a disposición para el financiamiento del proyecto.
Video que muestra cómo funcionarán los paneles de tecnología solar térmica con calentadores solares de agua.
Calentando motores
Rosilena Lindo, gerente de proyecto de ONU Medio Ambiente, explica que junto con el Ministerio de Salud han seleccionado hospitales en Volcán, David, La Villa de Los Santos, Chitré, Panamá y La Chorrera para que puedan prestar los servicios de atención a los usuarios de estos hospitales (la mayoría panameños humildes), además de asegurar que el beneficio del proyecto de mercado de calentadores solares de agua llegue tanto a las empresas que requieran disminuir sus costos de consumo de combustible como a la población que no utiliza agua caliente en casa.
El proceso de diseño de los sistemas de calentadores solares de agua ya está en marcha con su primer piloto, instalándose este mes en una empresa privada de la capital y con 35 beneficiarios seleccionados entre los que se encuentran siete hospitales públicos, un asilo de ancianos, dos centros de educación infantil y una clínica de veterinaria estatal.
Sin embargo, el plan va más allá y desde ya están trabajando para hacer realidad cien proyectos pilotos. Según Lindo, solo esta medida logrará ahorrar 106,554 toneladas de CO2 (equivalente a desplazar tres termoeléctricas como la de Chorrera), así como $2,111,079 al año y 15,186,152 kwh al año para el usuario final.
La apuesta que el país le está haciendo a estos revolucionarios sistemas de energía es más que renovable, es un paso inteligente hacia el futuro y, tal como lo expresa Gómez, “la tecnología solar llegó a Panamá y a la región para quedarse. Es tendencia mundial y está relacionada con acciones de mitigación y adaptación al cambio climático”.
Se espera que en pocas décadas todos los usuarios tengan acceso a energías renovables. Por los vientos que soplan, la energía solar definitivamente es una alternativa viable para alcanzar este objetivo, ya sea para la generación de electricidad y/o ahora para calentar el agua.
Ambas funcionan con paneles, pero no son del mismo tipo. Aunque parezcan similares, sus componentes son totalmente diferentes.
La energía solar fotovoltaica que se usa para generar electricidad está hecha más que todo de selenio. Cuando le pega el sol, los electrones que se encuentran en la última capa de átomos empiezan a moverse y a saltar de posición, generando corriente eléctrica directa que después se transforma en alterna y esa es la energía que se usa. En este proceso se transforma la radiación del sol en electricidad.
En el caso de los calentadores solares de agua, el material que se utiliza usualmente es borosilicato, un metal oscuro que absorbe el calor del sol y lo transmite al agua. Es un proceso mucho más sencillo.
Fotos: Getty Images
Guna Yala y hospitales: Cortesía del BID y ONU Ambiente respectivamente