Bangkok: un increíble tesoro por descubrir

Yazmín de Cortizo |

19 marzo, 2005

Bangkok, joya de Tailandia, es una ciudad que ha cautivado a muchos. Luego de visitarla en dos ocasiones, la autora nos brinda un interesante panorama de su inigualable riqueza cultural, de su arquitectura única y de su gente.
Tailandia es un país históricamente afortunado. Su gente, con toda razón, se enorgullece de no haber sido nunca colonizada; y de ahí es que probablemente nace ese carácter tan abierto y amigable del tailandés. Y es que aunque Tailandia tiene mucho que ofrecer al visitante, tal vez lo que más se recuerde con cariño al final del viaje no sean sus templos maravillosos, ni su comida espectacular, ni las compras interminables y a excelente precio, sino su gente maravillosa, simpática, amable y respetuosa que saluda, se despide o agradece llevándose las palmas de las manos frente al corazón y, a veces, frente a la cara.

Su capital, Bangkok, goza de un nombre más largo, pero para los tailandeses es simplemente Krung Thep, que significa: “Ciudad de los Ángeles”. Bangkok emerge como una ciudad cosmopolita, con sus grandes rascacielos, avenidas, centros comerciales y el congestionamiento vehicular típico de las grandes urbes. Pero dentro de ese mundo moderno encontramos los templos budistas de gran esplendor, y nos asombramos al ver monjes con sus cabezas afeitadas y túnicas sencillas, de color azafrán, viviendo de la limosna. A los monjes les está prohibido realizar actividades que sean para su bienestar material, lo que incluye manejar dinero y cultivar. Por lo tanto, todo lo que sea para ellos debe ser ofrecido por personas generosas, incluyendo la comida. Un dato interesante es que los monjes no pueden ser tocados por mujeres.

El budismo es la religión más practicada en Tailandia. Cerca de un 95% de la población es budista. Para tener un mejor panorama del budismo y sus majestuosos templos, la primera parada que un visitante debe incluir en su itinerario es el Gran Palacio Real. Este punto sobresaliente de Bangkok es un gran complejo en la calle Na Phra que está rodeado de altas paredes blancas y ocupa una enorme área de aproximadamente una milla cuadrada. Desde la calle solo se pueden ver algunos majestuosos techos, por lo que es necesario entrar en el complejo para poder disfrutar de la arquitectura tailandesa, altamente detallista y rica. También se encontrarán edificios con arquitectura europea de estilo neoclásico.

Para este recorrido es necesario vestir ropa apropiada: no se permiten camisas sin mangas ni pantalones cortos para entrar a los templos. Pero no se preocupe, porque si no va preparado a la entrada le prestarán ropa para cubrirse. Es importante recordar que dentro de los mismos templos hay que quitarse los zapatos y, de sentarse en el piso, nunca colocar los pies hacia la imagen del Buda pues cada una, por más pequeña que sea, se considera sagrada. Los tailandeses son gente profunda y tradicionalmente respetuosa, no exclusivamente con las imágenes de Buda sino también con la Familia Real. Por esto, se espera que los visitantes respeten a su rey, que es el Jefe de Estado dentro de la monarquía constitucional establecida desde 1932, así como al resto de los miembros de la Familia Real.

En el mismo complejo del Gran Palacio Real se encuentra “La Capilla Real”, llamada Wat Phra Kaeo, la cual alberga al Buda de Esmeralda, la más sagrada figura de Buda en Tailandia y a la que le atribuyen el garantizar la prosperidad e independencia de la nación. A pesar de que lleva el nombre de Buda de Esmeralda, está construido de piedra de jade.

El recorrido por el Palacio Real puede ser largo y agotador debido a su gran extensión, sobre todo si es en un día típicamente caliente y húmedo. Lleve unos zapatos extremadamente cómodos y mucho material fotográfico para poder retratar unas construcciones que parecieran sacadas de un cuento de hadas. El esplendor y la magnificencia se desbordan por todas partes con un trabajo finamente opulento, rico en tallas, en estatuas y figuras míticas.

Cerca del Palacio Real no podrá dejar de visitar el gran templo Wat Pho donde se encuentra un gigantesco Buda recostado que tiene 46 metros de largo y 15 metros de altura. La planta de los pies de la imagen está cubierta de concha nácar. Este templo fue el primer lugar de instrucción pública y a veces es llamado “la primera universidad de Tailandia.”

Si al final de este recorrido por los grandes templos de Bangkok se siente extenuado, no hay nada mejor que ir por un relajante masaje tailandés, una verdadera especialidad. No es nada raro entrar a un centro comercial y encontrar hombres y mujeres dando masajes en los pies por una suma irrisoria. Los salones de belleza y los hoteles también son sitios predilectos para estos menesteres. En el spa del famoso Hotel Oriental podrá escoger entre una gama de masajes con los más exquisitos aceites aromáticos y, luego, finalizar con un delicioso té caliente.

Si bien es cierto que los masajes son un placer carnal, el otro goce que los terrenales podemos disfrutar de manera fenomenal en Bangkok es la comida. La comida tailandesa es reconocida a nivel mundial por sus platos exóticos, tan así es que en los últimos años Tailandia se ha vuelto –al lado de otros países como Francia e Italia– un destino gastronómico. ¡Y no hay que ser diestro en el uso de los palitos de madera! El tenedor y la cuchara son los utensilios con los que se suele comer y aparecen juntos, a la izquierda del plato, en los restaurantes elegantes. La comida se sirve estilo familiar, en grandes platos.

Los cocineros tailandeses producen una variedad suculenta e infinita de platillos con arroces, fideos, pollo, pescado, carne de cerdo, camarones y los ingredientes más frescos y de temporada. Hay que estar preparado para probar platos con una dosis alta de picante. También el coco hace de las suyas como ingrediente fundamental. Los platillos agridulces también forman parte de esta vasta cocina. Pero no solamente los platos elaborados son exquisitos en Tailandia. Existe una gran variedad de frutas exóticas como el mango, la piña, la sandía y otras que nunca hemos probado que son simplemente un regalo sobrenatural.

La oferta gastronómica en Bangkok va más allá de la comida tailandesa. Por su población china (el 10% de la población en Tailandia proviene de China), la comida china es un éxito en los restaurantes. Pero también existen innumerables e insuperables restaurantes de comida occidental como lo es el restaurante italiano Zenotti, así como muchos más de primerísima calidad.

Aparte de la abundancia de comida, Bangkok es un paraíso para ir de compras. Lo que no consigue en Tailandia, difícilmente lo podrá encontrar en el resto del mundo. Sedas, platería, finas artesanías en madera y bambú, cerámica, trabajos en madre perla, elegantes joyas, hermosos cubiertos, antigüedades, ropa de niños y adultos, y prácticamente todas las creaciones de famosos diseñadores las podrá conseguir en Bangkok. Bangkok también está marcado por ser un centro de productos pirateados. Algunos son, como todo y en su gran mayoría, no de muy buena calidad, pero hay artículos que a veces al comprador le cuesta trabajo distinguir si no es original. Solamente el bajo precio es señal de que no lo es.

Chatuchak es un enorme mercado con todo tipo de mercancía, desde plantas, vegetales, hasta ropa. Abre únicamente durante los fines de semana. Aquí, como en todas partes menos en las grandes tiendas, hay que estar listo para negociar el precio. Generalmente se puede obtener un descuento hasta del 30%; todo depende de la habilidad que se tenga para negociar y del humor del que vende, así que ¡a disfrutar el arte de comprar!

Hay otros lugares comerciales como lo es el barrio chino. En el centro comercial de Narayana Phand se encuentra una extensa variedad de artesanías. Hay un mercado conocido como “Floating Market” o “el Mercado Flotante”, donde se toma un barco por el río Chao Phra. Es un paseo que se ha vuelto turístico y donde podrá comprar vegetales y frutas frescas dentro del bullicio y vaivén de las canoas.

Por otra parte, no he conocido ningún hombre que quiera irse de Bangkok, a menos que lo haga con un par de camisas hechas a la medida y traídas puntualmente hasta el hotel. El acabado de la ropa es nítido y los sastres tailandeses son capaces de reproducir cualquier moda con las más selectas telas. El precio por la confección, incluyendo la tela escogida, es tremendamente económico. Dificulto que en otra parte del mundo se encuentre tanta calidad con precios tan razonables. Pero si de almacenes elegantes se trata, no debe dejar de ir al centro comercial “Emporium”, donde todas las finas marcas están representadas.

Hace poco un grupo de panameños de diversas organizaciones ecológicas tuvo la oportunidad de visitar este inigualable lugar y me cuentan que sus experiencias fueron indescriptibles. Y es que, aunque su viaje estuvo ligado al trabajo, ya que asistían al tercer congreso de la Unión Mundial de la Conservación de la Naturaleza (UICN) junto a otros 4,000 delegados del mundo, vivieron de cerca lo que Bangkok es capaz de brindar.

Ropa, zapatos, casa y comida se dice que es lo que hace falta para vivir. Pues en Bangkok todo esto se le ofrece al visitante en abundancia, con un excelente servicio y hospitalidad. Llevaderos, y de una gran paciencia son los lugareños, y convierten a la capital en un ambiente mágico donde se disfruta cada minuto. No en vano Tailandia significa la tierra de la libertad, y es que en ella se respira la tolerancia de la vida y sus idiosincrasias.

Fotos:
Cortesía de Irving Bennett, Yazmín de Cortizo y Virginia de Gerbaud.

Preguntas frecuentes:

1.     ¿Cómo ir?La travesía le puede durar un día entero. Una de las alternativas es ir de Panamá a Nueva York (5 horas), de Nueva York a Narita, Japón (14 horas), y de Narita a Bangkok (6 horas). Otra alternativa es ir de Panamá a Los Angeles (7 horas), de Los Angeles a Taiwán (13 horas), y de Taiwán a Bangkok (3 horas).

2.     ¿Por cuánto tiempo ir? Lo mínimo que alguien se debe quedar en Bangkok es cinco días, pues deberá dedicar un día al Palacio Real, un día al “Floating Market”, un par de días a las compras, y otro día para los restaurantes y museos.

3.     Cuánto cuesta? Se podría decir que Bangkok es una ciudad económica. Aunque el pasaje y la estadía cuestan dependiendo de dónde decida alojarse y en qué clase viajar, allá se consiguen las mejores cosas a excelente precio.

4.     Cómo vestir? El clima es bastante parecido al de Panamá, húmedo caliente, por lo que es recomendable llevar ropa liviana y casual.

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