Bruxismo el estrés de los dientes

Vanesa Restrepo de Rinkel |

26 septiembre, 2012

Definido como el hábito de apretar los dientes o hacerlos rechinar involuntariamente, el bruxismo afecta entre un 50% y un 85% de la población, sin distinción de género ni edad. Según la Dra. Jacqueline Orillac, especialista en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial, de estos porcentajes hay una parte que sabe y reconoce que aprieta o rechina los dientes y otra que lo hace sin darse cuenta. “Creo que en algún momento de la vida todo el mundo lo hace no importa si se es niño, adolescente, adulto, anciano, hombre o mujer”, explica.

Así lo demuestran los casos de Martha, Juan y Verónica, quienes tenían bruxismo sin estar conscientes de ello. Martha, una psicopedagoga de 60 años de edad, cuenta que hace un tiempo comenzó a notar que sus dientes superiores habían sufrido un ligero desgaste en su línea inferior; Juan, un joven economista de 28 años de edad, dice que desde hace seis años empezó a sentir dolores de cabeza constantes y una fuerte tensión en la mandíbula al levantarse en las mañanas; mientras que Verónica, una madre de cuatro hijos, confiesa que vivía despertando a su esposo con el rechinamiento que hacían los dientes de ella mientras dormía. Hoy en día, los tres usan placas miorrelajantes.

¿Pero, por qué se produce el bruxismo? Contrario al mito popular de que aquel que rechina u oprime los dientes es porque tiene lombrices, el bruxismo es una condición multifactorial, aunque se cree que el estrés y la ansiedad pueden ser dos de sus factores principales.

Otras de sus posibles causas son:
• Fiebre (en el caso de los niños)
• Mordida incorrecta
• Restauración de diente mal adaptada (el paciente trata inconscientemente de bajar la superficie de la restauración)
• Mala alimentación (deficiencia de calcio)
• Alto consumo de cafeína
• Drogas
• Alcoholismo
• Tabaquismo

El bruxismo puede ser temporal o permanente y también asintomático o sintomático, ya que no todas las personas aprietan o rechinan sus dientes todo el tiempo. Algunas lo hacen durante el día sin ser conscientes de ello, aunque el bruxismo relacionado con el sueño es a menudo el mayor problema, ya que es el más complejo de controlar.

Aquellas personas que no friccionan los dientes de manera continua no experimentan grandes daños. En cambio, aquellas que sí lo hacen pueden llegar a sufrir tensión e incluso depresión. Asimismo, físicamente pueden sentir fuertes dolores de cabeza, de cuello, insomnio, desórdenes de la articulación temporomandibular, sensibilidad en los dientes y desgaste prematuro de la dentadura, que dañan sus piezas y destruyen su esmalte.

La mayoría de los casos de bruxismo se encuentra en adultos a quienes, a diferencia de los niños, les cuesta más trabajo habituarse a sus síntomas y consecuencias. Sin embargo, esta fácil adaptación del niño a los dolores del bruxismo hace que su detección sea más difícil en ellos, ya que normalmente el pequeño no se queja de dichas molestias.El bruxismo infantil tiende a desaparecer alrededor de los 10 años, mientras que es común verlo en el adulto hasta mediados de los 40 años.

Tratamientos
Esta afección hasta el momento no tiene cura.Sin embargo, existen maneras de controlarla y aliviar sus molestias.

  1. Relajación
    Debido a que el bruxismo está ligado al nivel de estrés que la persona maneje, es importante que el paciente aprenda a relajarse ya sea a través del ejercicio, la aromaterapia, el yoga o la meditación. También están los tratamientos de relajación para la mandíbula, como las compresas frías o calientes, los relajantes musculares, los antiinflamatorios, los esteroides y los ejercicios para estirar los músculos mandibulares.
  2. Férulas Dentales
    Las férulas dentales o placas miorrelajantes se pueden encontrar en acrílico o silicona y, a pesar de que no eliminan el bruxismo, evitan el contacto entre los dientes minimizando el desgaste en la dentadura.

Pese a que cada vez se están realizando más investigaciones sobre esta anomalía, el bruxismo sigue siendo desconocido para muchos.Una visita regular al odontólogo podría evitar la detección tardía de esta condición que, en la mayoría de los casos, se presenta de forma inconsciente hasta ser notada luego de producir molestias más severas.

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