Cuando los cólicos son más que eso…

Dr Ernesto Álvarez Durnov |

15 marzo, 2019

Todos hemos escuchado a alguien quejarse de los cólicos, esos dolores a nivel pélvico que empiezan tras el paso de la adolescencia, después del inicio de los primeros periodos menstruales. Lo que para muchas jóvenes y para la sociedad en general parecería normal, para quienes sufren de endometriosis puede significar la primera señal de alerta a la cual se debe prestar la debida atención.

Pero, ¿qué es la endometriosis y por qué es importante diagnosticarla a tiempo?

La endometriosis es una enfermedad caracterizada por la aparición de tejido endometriósico, parecido al del interior del útero, pero fuera de su entorno natural. No tenemos estadísticas en Panamá, pero sabemos que se encuentra en aproximadamente del 10 al 15% de la población femenina mundial, o sea que es una patología muy frecuente. En resumen, el tejido que produce sangre menstrual (endometrio), con cada menstruación, sale fuera del útero y coloniza los tejidos cercanos, produciendo áreas enrojecidas y obscuras en trompas, paredes del útero, ovarios e intestinos. Este tejido, anormal, se encarga de liberar sustancias que promueven la inflamación, lo que conlleva a dolor y producción de adherencias (cicatrices) internas que deforman estos órganos y, con el tiempo, afectan su función.

Conforme van pasando los años, los síntomas menstruales se vuelven más intensos e inclusive pueden iniciar ciertos dolores fuera del ciclo menstrual. Al iniciar las relaciones sexuales, estas pueden ser dolorosas y en extremo incómodas, lo que puede resultar en problemas con la pareja. En esos momentos, los tejidos (o focos) endometriósicos que ya invadieron las trompas, ovarios y los alrededores del útero, se vuelven más frecuentes, más grandes y producen más inflamación, resultando en un daño cada vez más severo a los órganos reproductores femeninos; tanto es así, que si a estas edades no se controla la enfermedad, hay posibilidad de que el daño anatómico y la inflamación por la endometriosis lleve a la infertilidad femenina o dificultad para lograr un embarazo.

¿Cómo podemos saber si tenemos o no endometriosis?

Lo más importante es estar alertas sobre los síntomas más comunes desde la adolescencia. Nunca subestimar cuando una hija, amiga o pareja cuenta que tiene cólicos durante la menstruación y, de ser muy fuertes, realizar un buen examen físico para encontrar signos sospechosos de esta enfermedad, incluso en mujeres vírgenes sin afectar su futura sexualidad.

Los estudios de imágenes son engañosos. Muchas veces un ultrasonido, una tomografía o una resonancia magnética del área pélvica salen normales porque las lesiones pueden ser invisibles en estas imágenes, no porque no existan. En la actualidad, no contamos con laboratorios ni estudios que confirmen una endometriosis, por lo que cuando tenemos una alta sospecha, debemos iniciar el tratamiento médico o realizar una laparoscopia pélvica.

¿Cómo se trata la endometriosis?

El manejo consiste de tres esferas: la primera es el abordaje quirúrgico; la segunda, los medicamentos, y la tercera y más importante, el cambio de estilo de vida.

La laparoscopia pélvica se encarga de buscar y eliminar todos los focos endometriósicos. Es una cirugía en donde, con anestesia general, se introduce un lente de 5 mm a través del ombligo y se observa toda la cavidad abdominal. De encontrarse focos endometriósicos, se tratan en el mismo acto, por lo que este procedimiento es de diagnóstico y terapia a la vez. Es muy importante realizar este tipo de cirugía con toda la experiencia y técnica avanzada, ya que de su resultado depende el futuro reproductivo de esa mujer.

El manejo médico consiste en la implementación de ciertos medicamentos que suprimen la menstruación y disminuyen la velocidad de crecimiento de la endometriosis. Generalmente, se utilizan cierto tipo de anticonceptivos, pero no todos actúan en contra de la endometriosis e incluso hay algunos que pueden empeorar el curso de la enfermedad.

El cambio de estilo de vida es muy importante, ya que múltiples estudios han demostrado que la alimentación juega un papel importante en el desencadenamiento y crecimiento de esta enfermedad. Se debe mantener una dieta balanceada, eliminando los alimentos procesados y suplirlos adecuadamente. El ejercicio intenso también es crucial, puesto que ayuda a controlar los episodios de dolor y, con el tiempo, mejora la calidad de vida.

No siempre lo más importante es el tratamiento del médico, también se necesita mucho apoyo psicológico, nutricional y de grupo. Para esto, en nuestro país contamos con la Asociación Endometriosis Panamá, que busca educar a toda la población y brindar ayuda a estas mujeres. Al final, la meta es disminuir el dolor y mejorar la fertilidad para que quienes sufren esta terrible enfermedad vivan más felices.

Por: Dr. Ernesto Álvarez Durnov
Ginecología y Obstetricia
Hospital Punta Pacífica

Asociación Endometriosis Panamá: www.aenpa.com

Foto: Getty Images

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