Cuando tu cuerpo está en tu contra: Las enfermedades autoinmunes

Dra. Ana Melissa Anzola |

14 diciembre, 2018

El sistema inmune es un sistema de defensa que tiene como principal función protegernos, ya sea del ataque de bacterias, virus y parásitos o, incluso, de células cancerígenas. Es un sistema que compartimos casi todos los seres vivos y que, a la vez, es único para cada uno. Es complejo, dinámico y continuamente está en un balance entre “descanso” y “ataque”. Sin él no podríamos sobrevivir.

Aún existe mucho por descubrir sobre su funcionamiento, pero bastante de lo que se sabe se debe a enfermedades que se producen cuando este sistema falla. Cuando hay ausencia total del sistema, los que padecen la enfermedad son conocidos como “niños burbuja” y suele ser mortal. Cuando el sistema se activa de manera exagerada, se crea toda una rama de enfermedades conocidas como enfermedades autoinmunes.

¿Qué son?

Las enfermedades autoinmunes son la consecuencia de un sistema inmune con una respuesta exagerada a cualquier estímulo que decide atacar células no patógenas. Normalmente, el sistema inmune tiene la capacidad de reconocer entre células y elementos que son parte del cuerpo y separarlas de los patógenos o elementos nocivos; sin embargo, en ocasiones este sistema sufre un fallo y confunde a las células que nos pertenecen con otras que son peligrosas y las ataca. Este ataque, dependiendo de qué parte del cuerpo afecte, es el que produce la enfermedad autoinmune particular.

El sistema inmune en tu contra

Se sabe que los casos de enfermedades autoinmunes se encuentran en aumento en las últimas décadas. Aunque nacemos con un sistema inmune, este es inmaduro y necesita que nos expongamos a bacterias, virus e incluso parásitos para madurar y tener la capacidad de responder correctamente ante patógenos. Sin embargo, en el último siglo, la existencia de antibióticos, baños higiénicos, sistemas de limpieza de desechos y procesos como la pasteurización hacen que nuestro sistema inmune esté menos expuesto a ataques que antes. Aunque esto es solo una teoría, conocida como la Teoría de la Higiene, es una de las más aceptadas para explicar en parte por qué han aumentado en número estas enfermedades. Curiosamente, las enfermedades autoinmunes son más raras en lugares con poco desarrollo, donde estas medidas higiénicas son precarias.

¿Quién puede padecer de estas enfermedades?

Dependiendo de la enfermedad puede haber más riesgo de padecerla si se tienen ciertos factores. Por ejemplo, muchas de estas enfermedades son más comunes en mujeres que en varones. Algunas tienen la capacidad de ser heredadas. De igual manera, las etnias pueden ser otra causa. En general, muchas de estas enfermedades son más comunes en las razas nórdicas, pero algunas personas de la raza negra tienen más riesgo de padecer algunas como el lupus; mientras que los asiáticos tienen mayor riesgo de padecer de ciertas vasculitis como la enfermedad de Takayasu. Incluso, estos padecimientos pueden variar por la edad, ya que existen grupos de enfermedades que afectan a niños; en tanto que otro grupo suele afectar a ancianos. Sin embargo, muchas veces puede no existir un riesgo particular. Cualquier persona puede padecer una enfermedad autoinmune en cualquier momento de su vida.

¿Cómo sé si tengo una enfermedad autoinmune?

El problema principal de las enfermedades autoinmunes es que su aparición suele ser muy sutil y sus síntomas inespecíficos. Muchas veces se retrasa el diagnóstico y puede ser todo un reto identificar la enfermedad. Usualmente, se inicia con episodios de debilidad, dolor muscular, articular o ambos, inapetencia y fiebre de bajo grado, síntomas que también se podrían ver en cualquier cuadro viral. En algunas ocasiones puede ocurrir inflamación de articulaciones, presencia de múltiples úlceras, inflamación de los ojos, pérdida muy llamativa de cabello o “rash” particulares en la piel, lo que ayuda a dirigir el diagnóstico, pero pueden pasar meses o años antes de que se presenten estos síntomas más específicos. Lo principal que nos hace sospechar de una enfermedad autoinmune es la presencia de todos estos síntomas, o muchos de ellos, que se mantengan por un tiempo prolongado.

Mucho más conocidas de lo que se cree

Aunque usualmente se asocian las enfermedades autoinmunes al reumatólogo y la mayoría son tratadas por estos especialistas, existen algunas enfermedades autoinmunes muy comunes que padece gran parte de la población y que requieren de manejo junto a otros especialistas.

La diabetes tipo I o “diabetes de los niños” (aunque puede ocurrir incluso en la edad adulta), ocurre por destrucción de las células productoras de insulina del páncreas. La tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves se producen por destrucción o inflamación, respectivamente, de la glándula tiroides y pueden llegar a requerir terapia hormonal. La psoriasis sin afectación articular es una enfermedad autoinmune de la piel. La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son consecuencia de autoinmunidad contra el sistema digestivo,  además de que existen enfermedades que atacan al sistema nervioso, como la esclerosis múltiple.

¿Se pueden curar?

No se sabe a ciencia cierta qué causa estas enfermedades y hasta la fecha no tenemos forma de rediseñar el sistema inmune de modo que, por su naturaleza, son crónicas. Aunque en algunos casos pueden permanecer “dormidas” por años, también pueden reactivarse, lo que se conoce como “brote”. No suelen ser enfermedades fatales, pero pueden tener un impacto importante en la calidad de vida, por lo que es necesario evitar los brotes. Esto se logra mediante tratamiento inmunosupresor para controlarlas y poder llevar una vida normal.

En resumen, existen más de cien enfermedades autoinmunes y muchas veces se solapan en síntomas y hacen muy difícil el diagnóstico. Una vez se padecen no tienen cura, pero pueden ser controladas manteniendo el sistema inmune lo suficientemente inactivo para no atacar al cuerpo, pero sin llegar a suprimirlo del todo para evitar infecciones. Mantener este equilibro mediante medicamentos inmunosupresores es el trabajo principal del reumatólogo.

Fotos: Getty Images

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