Isla Coibita: Patrimonio Natural de la Humanidad
Coibita es una isla de gran riqueza natural que se ha conservado casi intacta. Se considera un laboratorio viviente para el estudio de la biología tropical, que promete aportar al mundo grandes hallazgos científicos, a través de las investigaciones del Smithsonian en Panamá.
No es cualquier isla. Sus aguas cristalinas y numerosas palmeras abrazan la costa de este paraíso de 240 hectáreas en el Pacífico panameño, localizado al suroeste de la provincia de Veraguas. Coibita, o Ranchería como también se le conoce, se encuentra dentro del área del Parque Nacional Coiba y goza del privilegio de haber sido declarada, junto al resto de las islas que lo conforman, Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, en 2005. La exuberancia de su vegetación y su rica biodiversidad terrestre y marina, casi virgen, la hacen única y merecedora de este reconocimiento internacional. Los arrecifes de la isla Coibita forman parte de las 1,700 hectáreas de arrecifes de coral de una belleza inigualable en este parque nacional.
Algo de historia
Las islas del parque nacional fueron ocupadas entre los años 250 y 1500 D. C. por grupos originarios de la cultura cueva. Eran unos indomables guerreros y navegantes. La presencia de estos en Coibita es evidente a través de un tipo de yacimiento prehispánico, que consiste en un corral de piedras volcánicas dispuestas de manera semicircular en la zona arenosa de playa Lagarto. Esta formación tiene buen potencial arqueológico para aprender sobre otra forma de pescar.
El descubrimiento de isla Coiba y su archipiélago se le atribuye al conquistador español Bartolomé Hurtado. Para el siglo XVI, el área era más utilizada como refugio de piratas y corsarios franceses e ingleses que atacaban la flota española y los poblados de la colonia.
Justo Arosemena se convirtió en el primer propietario de la isla Coibita, luego de que al Estado Soberano de Panamá se le adjudicó con todos sus islotes –mediante resolución de 17 de enero de 1862–, durante el período panameño de unión a Colombia. Con el establecimiento de la Isla Penal en Coiba –la mayor de las islas del parque–, en 1919 por el entonces presidente de la República, Belisario Porras, se logró que toda el área fuese conservada naturalmente. Pese a que Coibita nunca fue utilizada como campamento de presos, su cercanía con Coiba y el temor por la presencia de reclusos en esta contribuyó a su conservación.

Científicos del Smithsonian trabajando en Coibita.
Coibita fue legada al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) en el 2000, para mantenerla como un refugio para la fauna silvestre, para proteger y conservar los ambientes biológicos y culturales de la gran diversidad del Pacífico tropical oriental, así como para dedicarla a la investigación científica de esa diversidad en beneficio de la humanidad. El objeto de este legado se mantiene hoy en día.
Biodiversidad
Coibita se localiza en el centro de la diversidad marina del Pacífico oriental. La isla Coibita recibe la visita de tortugas marinas, ballenas jorobadas, tiburones, delfines, peces, aves marinas y hasta cocodrilos. El Parque Nacional Coiba es considerado como uno de los sitios más importantes para la crianza (por la gran abundancia de especímenes juveniles) y alimentación de la tortuga carey en esta parte del Pacífico y Coibita es uno de los sitios utilizados por ellas.
Pasear por la isla Coibita es observar lo diverso de su fauna al presenciar un camarón coibita (camaroncito Leslibetaeus coibita), dejarse sorprender por un mono cariblanco, loros, la serpiente coral, o admirar al ave colaespina coiba (Cranioleuca dissita), subespecie única del parque nacional.
Las aguas alrededor de Coibita y el parque nacional son atractivas para la pesca artesanal y deportiva. La misma solo puede realizarse a 1.8 km de la costa de las islas y se enfoca en atunes, dorados, pargos y meros (chernas). Los pescadores deportivos suelen llegar del Bongo, en Montijo, o el puerto Pedregal, en Chiriquí. En áreas más alejadas de las islas se pescan peces pico, como marlines y peces vela.
Coibita cuenta con bosques muy húmedos y manglares, y alberga el árbol sangrillo o sangre de drago, que crece en formaciones monoespecíficas (de una sola especie) en la desembocadura de algunos ríos en los que hay cierto grado de encharcamiento temporal. Su nombre científico es Pterocarpus officinalis.

Los bosques sin intervención humana proporcionan un laboratorio viviente para el estudio de la flora y fauna de esta sin igual isla.
Centro de investigaciones
La isla Coibita funciona como un laboratorio viviente para documentar la diversidad en la región y realizar monitoreos a largo plazo. Proporciona una plataforma para estudios en el golfo de Chiriquí y, en particular, el Parque Nacional Coiba. Es la base de operación para investigaciones sobre el fenómeno de El Niño y su relación con el blanqueamiento, la mortalidad de corales y el cambio climático, incluyendo la acidificación de los océanos. Allí se instalará una estación climática en tierra y agua para medir tanto la productividad como la acidez del agua y servirá de base de operación local del Programa MarineGEO (o Marine Global Earth Observatory), que consiste en una red mundial de socios del Instituto Smithsonian enfocados en entender cómo funcionan los ecosistemas marinos costeros y qué hacer para mantenerlos trabajando correctamente.
Los peces también son objeto de estudio en Coibita. Los científicos evalúan su diversidad, migración y distribución. Un estudio en particular se enfoca en la visión o forma de ver de los peces, porque es similar a la de los humanos. “La comprensión genética básica de la visión humana es relativamente nueva para la ciencia y los conocimientos adquiridos del estudio de peces tienen el potencial de abordar los trastornos de la visión de los humanos”.
Coibita se localiza a cinco minutos en bote de la isla Coiba y brinda un acceso cercano a otras islas del archipiélago donde se realizan estudios terrestres sobre los grupos endémicos de la isla, como los ñeques, los monos y las aves marinas. La taxonomía y la identificación de la diversidad marina figuran entre los puntos centrales del plan de manejo. La Dra. Miryam Venegas, investigadora del Smithsonian, también utiliza Coibita para estudiar la ecología reproductiva y patrones de dispersión del cocodrilo americano (Crocodylus acutus) en el Parque Nacional Coiba, con el fin de promover la supervivencia de la especie y el desarrollo de actividades de conservación en las áreas costeras de Panamá.
Juan Maté, gerente para Asuntos y Operaciones Científicas del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, explica que Coibita, en el corazón de Parque Nacional Coiba, ofrece una excelente plataforma para desarrollar investigaciones que generen información y ayuden a su preservación. Como Coibita se localiza a cinco minutos en bote de la isla Coiba, hay una oportunidad de una línea de investigación excepcional a través del equipo humano de investigadores permanentes y visitantes de STRI en los campos de biología marina, biología evolutiva, ecología forestal, taxonomía, paleontología y geología, arqueología y paleoecología, por mencionar algunos.
¿Cómo llegar?
Al Parque Nacional Coiba donde se encuentra la isla Coibita o Ranchería se puede llegar en 45 minutos desde la ciudad de Panamá, en vuelos chárter, o desde la ciudad de Santiago en 20 minutos. Si se va por carretera pavimentada de concreto hay que llegar hasta la costa. Es un trayecto de 5 horas (387 km) desde la ciudad de Panamá hasta playa El Banco. En una lancha rápida y con buen tiempo, el viaje toma alrededor de una a dos horas. Esta es la ruta que utilizan los investigadores del Smithsonian, pero hay otros puertos de acceso como Puerto Mutis, Santa Catalina, Pixvae y Puerto Vidal.
Hay que tomar en cuenta que, en el Parque Nacional Coiba del cual Coibita forma parte, existen ciertas restricciones. Se prohíbe la destrucción de la vegetación natural, la captura de animales silvestres, la recolección de muestras arqueológicas, piezas de minerales, plantas, flores, orquídeas o cualquier otro tipo de producto vegetal. Hay playas y sitios para acampar en Coibita que requieren un permiso especial que se consigue en la sede del Ministerio de Ambiente en el área de la playa Gambute, en la isla Coiba.
Un espacio para el desarrollo de la ciencia
Isla Coibita se presenta como un espacio prístino que podrá brindar nuevas luces en la investigación de especies, descubrimientos que estarían al servicio de la ciencia y en beneficio de la humanidad. Por circunstancias históricas, es una isla que ha conservado de una manera sin igual los ambientes en los cuales un sinnúmero de especies vive y busca refugio, permitiéndonos estudiarlas y conservarlas adecuadamente.
Imágenes cortesía de STRI (Smithsonian Tropical Research Center)