La crianza de los hijos empieza en el hogar…
A menudo escuchamos sobre el deber que tienen los padres de ofrecer a sus hijos una educación integral. Sin embargo, no se trata de una simple afirmación. La tarea de ser padres no es fácil, pues tiene que transformarse en hechos y acciones concretas.
Usted puede ayudar a que sus hijos tengan un sano crecimiento. He aquí algunas recomendaciones:
Realice que cada niño es diferente. Es deber de los padres de familia saber aceptar a cada hijo y permitirle, en un ambiente de respeto, afecto y comunicación, su desarrollo individual.
El juego es su trabajo, puesto que los niños aprenden y nos enseñan mientras juegan. Ellos necesitan tener tiempo para jugar. No hay necesidad de apresurarlos pues cada niño tiene un estilo y una velocidad de desarrollo personal.
Sea el modelo a imitar. Con relación a este proceso de formación en la crianza de los hijos, usted debe estimularlos mediante una conducta que puedan imitar. Los niños aprenden mejor a partir de las demostraciones y de los ejemplos.
Planifique cómo pasar tiempo con ellos. Dé a cada niño toda su atención cuando sea el momento de compartir. Muchas madres profesionales decidimos estar en casa. Esto no garantiza que seamos mejores que las que no pueden estar, lo que sí es cierto es que el tiempo que logremos dedicar diariamente a los niños promoverá la comunicación y nos podrá ayudar a prevenir problemas de comportamiento. Un dato importante: no es indispensable que usted entregue todo el tiempo libre del que dispone a sus hijos. Lo importante es la calidad. Es decir, permitir que sus hijos se den cuenta de que usted está realmente interesado en sus vidas. Por ejemplo, podría participar en juegos, salir al parque, contarles cuentos e historias, jugar con títeres, etc.
Los niños necesitan recibir recompensa como reconocimiento a sus actuaciones. Estas recompensas, estímulos y elogios deben ser individuales para que tengan relación con los intereses y valores singulares de los niños.
Propicie el diálogo en el ambiente familiar. Escuche y atienda las opiniones de sus hijos. Motívelos a que participen en las decisiones importantes de la vida en el hogar. Involucre a los niños cuando sea apropiado. Fije límites y deles a escoger dentro de los mismos.
Fomente la cooperación. Juntos pueden hacer planes para divertirse todos en familia, distribuir los quehaceres, tomar decisiones, alentarse mutuamente y expresar sus sentimientos y preocupaciones.
Cultive los sentimientos y virtudes humanas. Es importante darle valor a la vida en familia y hacer que sus hijos crezcan en el ámbito personal. Puede incentivarlos, por ejemplo, a participar en las reuniones y celebraciones familiares, llevarlos a talleres de autoestima y comunicación, a actividades deportivas y recreativas.
Tenga claro lo que desea para sus hijos y, sobre todo, lo que es mejor para ellos. Dé a cada niño lo que necesita para desarrollarse. Los niños aprenden de usted y el futuro de ellos depende, en gran medida, de lo que les brinde en el hogar.
Su familia es lo más importante. Cuídela estableciendo un ambiente de amor, que se adapte a los ritmos de desarrollo de cada uno de sus hijos, brindándoles la oportunidad de crecer y de hacerse responsables, cooperadores y con confianza en sí mismos.