Singapur, una ciudad verde y apasionante
Un recorrido apasionante por esta pintoresca isla de bosques tropicales, clima húmedo y jardines verdes donde el desarrollo es evidente, permite adentrarse en una sociedad joven pero muy rica gracias a la mezcla de culturas que existen en el país.
Singapur es un país donde prima el orden, la educación y el desarrollo. Una nación pequeña y joven que, en el 2015, celebró 50 años de su independencia y lo hizo por todo lo grande. En nuestro caso, el país nos causaba gran curiosidad, pues –pese a que Panamá es más de cien veces el tamaño de Singapur– habíamos escuchado que tenía grandes rasgos de similitud con nuestro querido Istmo: el clima, la riqueza cultural, la variedad culinaria y mucha diversión. Desde que salimos del aeropuerto, al respirar reconocimos nuestro típico clima tropical húmedo. De ahí en adelante emprendimos un recorrido con nuestra familia, hijos pequeños incluidos, por este país asiático que nos dejó maravillados.

Singapur es una ciudad muy moderna y vistosa. Tres de sus íconos y atracciones turísticas más reconocibles son el Helix, puente peatonal con osada arquitectura; el hotel Marina Bay Sands, con sus tres imperdibles torres; y el Museo de Arte y Ciencia, cuya singular forma de flor abierta cautiva el paisaje.
Singapur, un tigre de Asia
En nuestra aventura asiática, descubrimos un Singapur diferente, no el del puerto más activo del mundo con miles de grúas, ni el de los 64 rascacielos con más de 140 metros de altura que adornan el horizonte de la ciudad; tampoco el del tercer país con mayor renta per cápita del mundo, cuya economía atrae todo tipo de multinacionales. Nos sorprendió un Singapur que entra por los ojos y produce gran admiración. Esta pequeña y joven nación es considerada una de las potencias de Asia por la velocidad en el desarrollo de su industrialización, junto con Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán. Singapur siempre fue, por su ubicación, un punto geográfico deseado por inmigrantes asiáticos y europeos, donde predominan las minorías de chinos, malayos e indios. La grandeza de sus puertos viene desde el siglo 19, una historia muy similar a la de Panamá.
Luego de la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, Singapur volvió a quedar bajo el mando de la corona inglesa y no fue hasta el año 1965 que logró su independencia. Cualquiera pensaría que su juventud sería símbolo de subdesarrollo, pero el progreso sostenible del cual son protagonistas y que ha resultado de los programas estatales y privados de industrialización de los últimos 38 años, es admirable. Si pidiéramos la receta para Panamá, el primer ingrediente sería una restructuración económica basada en la educación, de la mano de incentivos a la industria privada que, en Singapur, constantemente invierte en tecnología para optimizar sus procesos.
La gente es feliz en Singapur y parte de la satisfacción radica en el nivel de vida. Junto con los programas de industrialización, hasta los taxistas comentan de las soluciones de vivienda gubernamental. Con vivienda, educación y trabajo no es extraño pensar que sea considerado uno de los mejores países para vivir en Asia, quizás hasta en el mundo, más aún si consideramos que figura en los primeros lugares de educación, sanidad, transparencia y competitividad a nivel global.
Un detalle de Singapur que llama la atención a los visitantes, además de que no venden chicle en ningún establecimiento y que la ciudad está limpia por todas partes, es cómo lograron tener una conciencia de nación y respeto en una población dispar de inmigrantes. De aproximadamente cinco millones de habitantes, alrededor de dos millones son extranjeros, en una nación donde se hablan cuatro idiomas oficiales con el inglés como principal.

Los árboles electrónicos son enormes estructuras que ofrecen un verdadero espectáculo dentro de todo el verdor y amplitud de los Jardines de la Bahía.
La ciudad de los jardines
Para quien llega por primera vez a Singapur, aparte de temas macro como el crecimiento económico y el alto nivel educativo, lo primero que impresiona es su belleza y riqueza natural: ¡hay vegetación exuberante y muy bien cuidada por todos lados!
Los Jardines de la Bahía, ubicados en un recinto de más de 100 hectáreas en el centro de la ciudad, son una parada obligatoria. Al inicio, los jardines al aire libre tienen un recorrido con temática histórica que representa las diferentes culturas que residen en el país. Los jardines colonial, chino, malayo e indio tienen vegetación y elementos decorativos de cada país.
Luego de cruzar esta parte, nos adentramos en la Cúpula de las Flores, el recinto cubierto donde está el invernadero sin columnas más grande del mundo, con vegetación de todos los continentes. Miles de plantas decoran este increíble lugar que tiene un techo en forma de domo imponente, con una temperatura interna de 23 grados centígrados todo el año. Vegetación del páramo, orquídeas y hasta tulipanes se pueden apreciar en este espectacular sitio. Hay plantas carnívoras y un árbol llamado Baobab de África, el más grande de la exhibición, que pesa 32 toneladas y florece solo en las noches.

En la exhibición del Bosque Nublado hay caminos diseñados en forma circular alrededor del tronco central de este enorme espacio, donde se pueden apreciar hermosos jardines y magníficos árboles, todo bajo una enorme cúpula de vidrio.
Al lado, está la exhibición Bosque Nublado, que contiene la cascada bajo techo más grande del mundo. Las plantas que recubren la columna central del recinto están forradas en plantas del bosque. Para subir a la cima hay caminos diseñados en forma circular alrededor del tronco central. Al finalizar, la experiencia se torna aún más educativa gracias a un interesante video sobre el calentamiento global y los efectos que está teniendo en el planeta. Poder apreciar la maqueta del jardín completo, donde explican cómo fue creado, es toda una lección de conservación: el agua que utilizan para regar las plantas es recogida de la lluvia y almacenada en tuberías subterráneas que luego la distribuyen por el sistema de riego.
Debo mencionar los árboles electrónicos a la salida, enormes estructuras con jardines verticales que constan de paneles solares en la parte superior, lo que les permite iluminarse y cambiar de color de noche, ofreciendo un verdadero espectáculo.
Gastronomía y más…
Singapur es un país que ha sabido aprovechar cada oportunidad, potencializando su alto nivel de gastronomía, entre otros atractivos que lo han posicionado como un lugar turístico de primera que fue visitado por más de 15 millones de personas el año pasado. Hay lugares preciosos donde sumergirse en la cultura y probar los sabores verdaderos de Singapur. Orchard Road, por ejemplo, es un distrito comercial que se centra en los 2.2 kilómetros de distancia que tiene la calle. Al estilo Hong Kong, con centros comerciales, tiendas de departamento y restaurantes, Orchard Road es un destino prometedor para quienes disfrutan de las compras. Las fachadas de los edificios siempre están bellamente iluminadas.
En esta misma área, para promover la gastronomía local en julio se celebra el Singapore Food Festival. Y ninguna visita a Singapur estaría completa sin entrar a uno de sus miles de patios de comida o atreverse a probar las ventas de comida callejera. Estos centros se llaman Hawker Centers, siendo el más reconocido el Chinatown Complex Food Center, donde hay más de 260 puestos de comida tanto de platillos autóctonos como de otros tipos de cocina traídos por los diferentes grupos de inmigrantes.
Diversión para todos los tamaños

En la isla de Sentosa hay diversión para grandes y chicos. Es allí donde se encuentra el segundo parque de Universal Studios en Asia.
La existencia de lugares de diversión para grandes y chicos es algo que también sorprende a cualquier visitante y, en nuestro caso, nos permitió apreciar otra cara de Singapur. Visitar el Monte Faber, donde se aborda un teleférico que lleva a la isla Sentosa, fue una grata experiencia. Para propios y extraños, Sentosa –sede del segundo parque de Universal Studios en Asia– es un auténtico paraíso de la diversión.
Entre las más divertidas atracciones de la isla se encuentra el Luge, un conjunto de carros que se deslizan por la montaña en una pista que baja por toda la vegetación tropical. La experiencia puede parecer algo extrema, pero hay suficiente seguridad incluso para que los más pequeños compartan el carro con sus padres. La subida de regreso se hace en una telesilla, como las que se usan para esquiar, que ofrece una vista panorámica de la isla y del resto de la ciudad. ¡Vale la pena subirse, aunque sea únicamente para apreciarla!
El canopy es también una actividad muy recomendable dentro de Sentosa. Empieza en un bosque tropical, al estilo Gamboa, y termina cruzando el mar y aterrizando en una plataforma encima de arena blanca, como las de nuestras mejores playas del Atlántico.

Ir de compras en Singapur es una fantasía. La tienda por departamentos ION, ubicada en el distrito comercial Orchard Road, se complementa con una oferta inigualable de tiendas con marcas de lujo y variados restaurantes.
Desde tours por la naturaleza en Segway, adentro de una selva con olores y colores muy similares a los de Panamá, hasta un curioso museo, el Trick Eye Museum, que engaña a cualquier ojo, Sentosa es un paraíso de diversión que ofrece hoteles cinco estrellas, canchas de golf y magníficas playas de arena dorada para quienes se aventuran a salir de la bahía de Singapur y apreciarla desde afuera.
Nuestra visita a Singapur terminó con una visita al zoológico, catalogado como uno de los mejores en un bosque tropical húmedo en el mundo, y que cuenta con el primer oso polar nacido en el trópico que, por cierto, tiene una piscina aclimatada donde nada con rapidez, a pesar de sus 1,200 libras de peso. Nos encantó ver de cerca a los osos pandas y tigres, mientras en un safari nocturno imaginábamos cómo sería tener en nuestro país, con la misma temperatura y humedad, a estas criaturas maravillosas.
Y así, casi sin quererlo, nos despedimos de un país que sobrepasó todas nuestras expectativas y nos enseñó lo que, con ahínco, dedicación, mucha disciplina y tenacidad, ha logrado una población en un territorio muy similar al nuestro, con el que siempre nos comparan y que en muchos aspectos nos podría servir de ejemplo.
Fotos: iStock Photos