Un Panamá de aventuras
Si de recorridos atractivos se trata, Panamá cuenta con los suyos. Aunque algunos poco conocidos, contamos con varios destinos recreacionales que nos brindan experiencias diferentes. Solo hay que mirar hacia dentro.
Definitivamente, no necesitamos salir del istmo para disfrutar de actividades que nos dejen boquiabiertos o cargados de adrenalina puesto que nuestro país nos las ofrece. Con un poco de curiosidad e interés por buscarlas, las encontraremos. Por el momento, les brindamos tres sitios ideales para salir de la rutina y, en algunos casos, para gozar de una pequeña aventura.
La Corona de El Valle, caminando el antiguo cono de un volcán
Muchos conocen El Valle de Antón. Han veraneado ahí por años, gozando de sus hermosos paisajes, respirando su aire puro y realizando actividades campestres, pero lo que muchos no saben es que algunos de los lugares menos accesibles pronto abrirán sus puertas con La Corona de El Valle.
Este proyecto, impulsado por Caminando Panamá, una fundación sin fines de lucro creada por el experto en senderismo, Adrián Benedetti, es un proyecto piloto de turismo de aventura rural. “Hasta ahora, la gran mayoría de los senderos que fungen como atractivos turísticos están ubicados dentro de áreas protegidas, propiedades privadas, comarcas o territorios comunales. Este es el primer proyecto que incorpora áreas protegidas dentro de una ruta cuyos tramos son las vías principales de transporte para miembros de comunidades rurales”, explica Benedetti.
Por otro lado, añade que la ruta podrá ser recorrida entera, en tramos o en circuitos, acomodándose al gusto del usuario y convirtiéndola en un eje inicial al cual se le pueden desprender muchas trochas más que podrán extender la cantidad de experiencias turísticas disponibles (entre ellas, caminar hasta el Atlántico) y, como resultado, proveerles todavía más beneficios a las comunidades rurales.
El enorme trillo casi le da la vuelta entera a El Valle, abarcando unos 30 kilómetros. Inicia en la entrada de la Piedra Pintada/India Dormida y termina del lado del cerro Gaital, punto más alto de El Valle, con unos 1,135 metros sobre nivel del mar.
La idea de este sendero es la de unir algunos de estos caminos en una ruta con los objetivos de proveer a El Valle con el potencial de alargar la estadía de visitantes; crear una ruta que pueda ser usada por residentes para fines recreativos como correr y caminar; incorporar a las comunidades ubicadas justo afuera de El Valle en la economía turística del área y usar el camino como una herramienta educativa para compartir con visitantes y locales datos interesantes sobre la geología, ecología e historia humana de lo que hace miles de años fue un gran volcán.
Brian Andersen, voluntario de Peace Corps (Cuerpo de Paz), fue la persona encargada del trabajo de campo durante el último año. Entre sus responsabilidades estaban la de hacer el diseño final, realizar reuniones comunitarias en lugares por donde va la ruta, así como supervisar y trabajar en la construcción de los senderos.
Para él, este proyecto no solo trae un beneficio económico a los locales sino a su vida diaria, ya que varios de estos trillos son usados por moradores cada día, mejorando sus vías de acceso a las escuelas, al centro de salud y a otros sectores del lugar. Por otro lado, expresó que, “La Corona de El Valle brinda la oportunidad de apreciar vistas impresionantes, en especial, la forma de su volcán, así como de pasear por comunidades rurales de personas que no tienen experiencia en turismo, pero que están en proceso de aprendizaje. Por otro lado, los visitantes pueden pasar cerca de fincas y ver el estilo de agricultura panameña, lo cual hace la experiencia más enriquecedora”. Sin embargo, confiesa que para él la parte más bonita es El Filo, un camino nuevo que conecta el sendero del cerro Cara Iguana con otro existente que se usa para tener acceso a las comunidades de Macano y El Roble.

Los tramos de la ruta de La Corona son usados por moradores para sacar sus productos agrícolas
Y si bien es cierto que caminar en medio de la naturaleza, gozar de sus bondades, descubrir nuevos paisajes valleros y puntos panorámicos es en sí una bellísima experiencia, recorrer a pie el cráter de un volcán extinto es algo que no se hace todos los días.
Cuevas de Bayano, desconocidas y misteriosas

Jacqueline de Ardito Barletta ha realizado interesantes viajes de aventura por Panamá
¿Alguien ha oído hablar de las Cuevas de Bayano? Yo, nunca. Pero, para mi sorpresa, muchos extranjeros y cada vez más panameños, amantes de explorar lo nuestro, las han visitado y han regresado deslumbrados.
Para conocerlas, existen giras de un día organizadas por varias empresas turísticas. Todo comienza temprano en la mañana a orillas del lago Bayano, un embalse artificial creado entre 1972 y 1976 cuando el río Bayano fue represado para construir la Central Hidroeléctrica Ascanio Villalaz, la cual es hoy la segunda fuente de mayor energía de Panamá.
El lago abarca 350 kilómetros cuadrados y queda cerca de Darién, principalmente en el territorio de la comarca Madungandí, a poco menos de dos horas de la capital en carro. De allí se toma una piragua por 45 minutos vía a las cuevas, desde donde se pueden divisar los hermosos árboles petrificados, osos perezosos de tres dedos, garzas, cormoranes, aves como el Martín Pescador y otras especies.
Al llegar a las cuevas, ubicadas en la isla de Majé, distrito de Chepo, el turista, con chaleco salvavidas puesto, es recibido por una comunidad indígena con guías experimentados, quienes los conducen a una pequeña casa en medio de un terreno, para informales sobre el recorrido que van a realizar en las cavernas. Cascos y linternas de cabeza son brindados a los visitantes con la estricta instrucción de portarlos siempre en su aventura cavernícola.
Las cuevas de Bayano son un grupo de tres cuevas situadas al sur del lago. La primera es la más grande, con aproximadamente dos kilómetros de largo por donde el río Seco se abre paso, permitiendo en la época de invierno que los botes naveguen hasta su interior. La segunda y tercera son menos accesibles, ya que se debe gatear para explorarlas.

Para realizar el recorrido en necesario utilizar la indumentaria apropiada
Dignas de una típica caverna, las cuevas de Bayano tienen paredes de caliza, estalagmitas y estalactitas (gotas de agua carbonatada alargadas y puntiagudas) como toda una obra de arte gótico. “Estas gotas tienen un brillo que parece escarcha por el mineral que se concentra en ellas”, nos contó Jacqueline de Ardito Barletta, quien ya había recorrido cuevas en otras partes del mundo.

En el interior de las cuevas se aprecia un espectáculo de colores, formas y texturas
Junto a su familia, Ardito Barletta cuenta que permaneció unas dos horas en el interior de las cavernas en donde fue “muy cool” caminar sobre una superficie pedregosa, dentro de túneles oscuros, anchos, estrechos, empinados y llanos. También se sumergió en el río con fondos pandos y profundos y le tocó escabullirse entre las rocas. “En algunas partes el agua nos llegaba hasta el cuello”, recuerda quien también ha disfrutado de otras aventuras como la que a continuación exploramos…
Nadando con el enemigo
Esta experiencia ciertamente es para los valientes. No cualquiera se arriesga a bucear y menos a hacerlo en compañía de una de las especies más temidas del océano: el tiburón. No obstante, en este mundo hay gente para todo y aquí en Panamá tenemos un destino para ellos: Coiba.
Ubicado en el Pacífico, el Parque Nacional de Coiba es un archipiélago compuesto por 38 islas e islotes con 240 km de costas. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se ha convertido en un destino popular para los amantes del buceo y el snorkeling o buceo de superficie.
Sus cristalinas aguas son el hogar de cientos de tiburones de punta blanca y, en ciertas épocas del año, de tiburones ballena, que contrario a lo que muchos creen y que en más de una ocasión ha podido comprobar Ardito Barletta, son inofensivos. Tras cumplir este reto varias veces y querer volver, nos comenta que es una aventura en nuestro país que realmente vale la pena experimentar. “Es muy emocionante verlos, porque uno puede bucear toda la vida y nunca verlos”. Asimismo, enfatiza en el extraordinario volumen de peces grandes y la gran actividad marina que hay: “¡Es impresionante!”.
Coiba cuenta con diferentes puntos de buceo. Ardito Barletta estuvo en Buffet, el cual encierra un ecosistema envidiable. Allí, no solo nadó entre tiburones sino entre miles de anguilas y otros bancos de peces.
Y, pese a que parece una aventura hecha solo para jóvenes y buzos avanzados, esta es una que la puede realizar cualquier persona que sepa bucear o que le guste el snorkeling ya que no se requiere de una inmersión profunda. Un dive master lo acompaña y guía en la excursión. Solo hay una regla de oro: no molestar a los animales. “No se les puede tocar ni darles de comer. Tampoco se puede tomar nada del medio, ni siquiera conchas, ya que es un parque nacional”, afirma Ardito Barletta.
Quien quiera lanzarse a esta aventura, debe llegar primero a Santa Catalina, un pueblo que atrae a surfistas de diferentes partes del globo, y luego tomar un bote por una hora hasta Coiba. Pese a que podría parecer lejos, los que lo han hecho no se arrepienten.
Mirando hacia dentro
Antes de salir al extranjero en busca de “ese algo más”, dele primero un chance a nuestro terruño, el cual definitivamente está lleno de aventuras, en montañas, cuevas y mares. ¡No se arrepentirá!
La Corona de El Valle…
- ¿Cuándo? La meta es terminar la ruta completa para el verano de 2020.
- ¿Quiénes? Integrantes de Caminando Panamá y voluntarios locales.
- Ya listo… Se han realizado todas las mejoras en la ruta para hacerla más accesible (construcción de tramos nuevos y mejoras en los existentes).
- En proceso… Próximos a terminar de colocar la señalización.
- Faltan… Dos fases: (1) Diseñar y colocar letreros interpretativos en puntos de interés y mapas en los accesos a la ruta. (2) Capacitar a los guías locales sobre cómo usar la ruta y a los miembros de las comunidades para que puedan brindar servicios de hospedaje y alimento.
- Más información o si desean apoyar: caminandopanama.org
Las cuevas de Bayano…
- Son, definitivamente, una aventura cargada de auténtico ecoturismo, diseñada para quienes les gusta el suspenso.
- Si le temen a los insectos, a las ranas y a los murciélagos… pueden encontrarlos más de lo que les gustaría. Estos últimos, vuelan de un lado a otro y no se les debe apuntar con la linterna para no asustarlos ni cegarlos.
- Pero, como decía el Chapulín Colorado, “que no panda el cúnico” (o que no cunda el pánico)… hay zonas abiertas por donde atraviesa luz natural, exponiendo la belleza interior de las cuevas. Además, hay chorros de agua que salen de las rocas y una piscina natural en donde pueden nadar y refrescarse.
Para esta húmeda y misteriosa experiencia deben estar listos para mojarse y llevar:
- Ropa deportiva o impermeable hasta la rodilla
- Manga larga para la travesía en panga
- Zapatos cerrados o de trekking
- Bloqueador solar
- Bolsa plástica o zip lock para meter las cámaras
- Guantes en caso de no querer tocar las rocas
- Muda extra de ropa para cambiarse
Fotos y videos:
La Corona de El Valle: Cortesía de Fundación Caminando Panamá
Foto de grupo de voluntarios en montaña y video: Elijah Wittun
Las cuevas de Bayano y Coiba: Cortesía de Jacqueline de Ardito Barletta