Y tú, ¿qué llevarías en tu mochila?

Stefy Cohen |

1 mayo, 2017

Varias entrevistas nos dan luces acerca de qué es el mochileo, un viaje personalizado tan particular como lo quiera hacer quien lo realice. El mochileo es una filosofía, y cada viaje, es nuestra vida puesta en perspectiva.

Cuando viajamos, el mundo se nos presenta de frente con nuevos conocimientos, sensaciones y culturas. Si a esto añadimos otro tipo de magia, aquella que se logra añadiendo la aventura y autenticidad que proporcionan hacer el recorrido acompañados de una mochila, la satisfacción obtenida es indescriptible y la experiencia única.

Quienes han decidido en algún momento de sus vidas probar este tipo de viajes, opinan que es sumamente gratificante y que vale la pena salirse de la zona de confort para experimentarlos. Cinco jóvenes que han realizado recorridos con poco equipaje pero con muchas ganas de conocer nos comentan sobre los diferentes factores que separan el viaje de mochileo de uno tradicional.

1. Presupuesto

Viginia Con Su Backpack


Virginia con su “backpack” gigante en Suramérica, desesperada esperando bus. Durante tres meses, vivió con un presupuesto de $10.00 al día

Cuidar el presupuesto es inseparable del viaje del mochilero, porque el mochileo se caracteriza por un buen manejo financiero que haga sostenible los viajes por períodos extendidos.

Lo positivo es que el mochileo se ha puesto tan de moda que se han creado una variedad de opciones para ajustarse a diferentes rangos de presupuesto.

Primero, la estadía en hostales se ha convertido en una opción alternativa a los hoteles tradicionales y es muy útil para este mercado de viajeros. Dentro del hospedaje en hostales existe un mundo de opciones: unos ofrecen cuartos muy baratos con camarotes donde pueden compartir hasta seis personas –perfecto para los mochileros que viajan con un presupuesto muy apretado y no se quedan tanto tiempo en una ciudad–, mientras que otros tienen un precio y calidad de servicios un poco más elevados, sin dejar de ser una opción relativamente barata.

Segundo, los medios de transporte de una ciudad a otra también ofrecen una gama de opciones. Para los mochileros que cuidan cada uno de sus centavos, hay opciones muy accesibles para el viaje en bus.

En Europa, se ha incursionado con las líneas de bajo costo entre ciudades y hasta entre países. Hoy en día, existen líneas aéreas como Ryan Air o Easy Jet que pudieran ofrecer vuelos tan baratos como París por 40 euros o Malta por 12 euros desde cualquier ciudad europea. Las líneas de bajo costo operan en un first-come-first-serve basis para distribuir sus puestos y permiten equipaje pequeño y liviano.

Como en el caso de muchos mochileros, el presupuesto ha sido un factor decisivo en la forma de viajar de Virginia Campo, quien hace tres años realizó su primer viaje de mochileo sola, uno que duró tres meses y en el que recorrió 16 países y 44 ciudades viajando por tren, carro, bicicleta y avión, durmiendo en hoteles, hostales y sofás o cuartos de conocidos por internet. “Fue una aventura increíble… no solo significó un logro sino una inversión en mi crecimiento como persona”, nos dice.

El año pasado, Virginia emprendió un viaje por Centro y Sur América. Por tres meses, vivió con un presupuesto de $10.00 al día, aplicando el cuidado de los recursos económicos de cualquier viaje de mochileo para convertirlo en un reto. Como emprendedora social, buscaba investigar acerca de las oportunidades que existen para las mujeres de comunidades rurales en Latinoamérica y utilizó su viaje de mochileo para entender acerca de una realidad muy latente en nuestro continente, mientras recorría siete países y 20 ciudades.

2. Flexibilidad

Cristina Cardoze De Kelly

Durante un verano, cuando cursaba sus estudios universitarios en el extranjero, Cristina Cardoze de Kelly realizó un viaje de “mochileo” con una amiga. Las enseñanzas y vivencias obtenidas forman parte de su bagaje cultural y, años después de haber realizado esa aventura, la aprecia y recomienda.

El viaje del mochileo es, en esencia, un viaje flexible, pues permite variar el itinerario y preferencias dependiendo del lugar donde uno se encuentre.

Esto lo comprobó Cristina Cardoze de Kelly, quien emprendió un viaje durante el verano de 1996. Con 20 años, ella y una amiga de universidad empezaron su recorrido de un mes por Europa con el libro de guía “Let´s Go Europe” y un boleto de tren abierto que les permitía subirse y bajarse unas doce veces. Aunque tenían una idea general de qué lugares querían visitar, no contaban con reservas ni días específicos en cada lugar.

La particularidad que les ofrecía el medio de transporte les permitió acortar o prolongar sus estadías dependiendo de cuánto les gustaba una ciudad. Este fue el caso de Praga, ciudad que las cautivó y a la que originalmente tenían planeado ir por poco tiempo. Al llegar, fueron muy bien recibidas por una familia checa con la que convivieron y de la que aprendieron mucho gracias a que pudieron alargar su estadía al no sentir estrés por cumplir con un itinerario. “Es un tipo de viaje que recomendaría”, nos dice Cristina, quien se movilizó de ciudad en ciudad con gran flexibilidad y una mochila donde llevaba lo esencial para sobrevivir y disfrutar al máximo de cada lugar, mientras visitaba museos, iglesias y descubría nuevas culturas.

3. Comunicación

Aunque un viaje de mochileo se puede hacer en grupos pequeños, de dos o tres personas, es muy común que un mochilero viaje solo, lo que le permite establecer una relación mucho más íntima con el lugar donde se encuentra y tener experiencias realmente introspectivas –pensar y conectarse con el momento que está viviendo–.

Por otra parte, estar solo hace que un viajero sea más propenso a entablar conversaciones con los locales, lo que resulta en algo muy positivo: establece comunicación con los oriundos del lugar y llega a tener una perspectiva muy especial de su destino. Aunque como visitante está experimentando un lugar por primera vez, puede empezar a entender acerca de cómo es vivir allí a través de las historias de los locales. Las conversaciones, entonces, se convierten en portales hacia la cultura del lugar.

Fue a través de sus conversaciones con locales, en uno de sus viajes de mochileo, que Sebastián Castro consiguió su trabajo como reportero de CNN. Sebastián empezó a mochilear a los 18 años de edad y realmente le agarró el gusto a la experiencia, a la aventura de embarcarse solo, sin preocupaciones por un horario.

Su viaje más trascendental fue aquel que hizo al sur de África, donde aprovechó para conversar y hacerles preguntas a los locales con los que compartía. Le contaban datos tan relevantes con perspectivas tan diferentes, que empezó a filmar las conversaciones –que para este punto ya se habían convertido en entrevistas–. Cuando CNN vio los videos de Sebastián, le ofrecieron un puesto como corresponsal en Costa Rica, y ahora es iReporter. Y todo fue gracias a los vínculos formados a través de cuentos y conversaciones en sus viajes como mochilero.

4. Networking

Luis Felipe ´Pipe´ Henríquez se encontraba en Relic cuando reconoció en un extranjero una cara familiar. Relic, el bar del Hostal Luna´s Castle en el Casco Antiguo, es popular entre los extranjeros y los mochileros que vienen a Panamá, por lo que el encuentro entre dicho individuo, que lo saludó por su nombre, no hubiese sido tan sorpresivo de no ser porque se trataba del dueño del hostal favorito de Pipe en Portugal. Por coincidencia, ambos se reencontraron y se reconocieron como viejos amigos.

Nos cuenta Pipe que ser de Panamá le ha abierto las puertas en sus viajes, pues los europeos siempre sienten curiosidad por nuestra tierra y es más fácil entablar conversación. Conectarse con los locales, asegura, permite al mochilero recibir datos clave acerca de lugares que son poco conocidos para los turistas, pero parte importante de la cultura local.

Alejandro Pinto, Virginia Campo y Luis Felipe ´Pipe´ Henríquez

Alejandro Pinto, Virginia Campo y Luis Felipe ´Pipe´ Henríquez son mochileros de corazón. Sus viajes por diferentes partes del mundo les han permitido apreciar de cerca diversas culturas y ganar experiencias fantásticas.

Con herramientas sociales como Facebook, por su modo de viaje y de conexión con los lugareños, el mochilero puede ir creando una red de conocidos alrededor del mundo. Esta red, entonces, es una comunidad de personas que comparten la filosofía de tener la mente abierta para compartir con otras personas.

Además de Facebook, www.couchsurfing.org es el sitio virtual predilecto para networking y conexión entre los mochileros, un portal mediante el cual los mochileros pueden acceder a una comunidad de locales que les ofrecen hospedaje de manera gratuita a los visitantes.

Couchsurfing es la combinación entre cadena de favores + hospitalidad montada en una plataforma web. Este año, Pipe fue hospedado a través de Couchsurfing por una pareja en Munich cuando viajó para ver la final de la Champions League.

Cuenta Pipe que su visita fue una experiencia completamente diferente de lo que hubiera sido, porque él llegó donde personas que lo recibieron como a un amigo. Ahora los tiene en Facebook y, si vinieran a Panamá, les daría el tour completo de la ciudad como lo hizo con su amigo, el dueño del hostal en Portugal.

5. Perspectiva

Un viaje solo; un viaje con poco presupuesto; un viaje con flexibilidad; un viaje donde te conectas con otras personas; un viaje muy, muy particular. El viaje de mochileo ofrece una perspectiva acerca de la vida como pocas otras experiencias.

Distrito De Los Mochileros

El “mochileo” es un tipo de viaje diferente que permite conocer la cultura e idiosincrasias del lugar visitado, a través de una gama amplia de experiencias, viviendo el momento. En Tailandia, el “Khaosan Road District” es reconocido como el “distrito de los mochileros” por su gran afluencia de este tipo de viajeros.

Cuenta Alejandro Pinto que el mochileo realmente te enseña a vivir el momento. Y se refiere a vivir el momento apreciando cada detalle del lugar que visitamos, cada actividad que realizamos, cada rasgo de la cultura con la que convivimos. El viaje del mochileo es acerca de dejarse ser parte de la experiencia, de estar realmente en el presente, y no en la foto ni tarde para la siguiente actividad.

Hay una percepción equivocada acerca de la seguridad de los viajes de mochileo, o tal vez del estilo de vida de las personas que emprenden un viaje así. Pero a través de los distintos ejemplos descritos, le hacemos honor a un estilo de viaje que realmente no es acerca de cuán bajo es nuestro límite económico ni cuántas mudas de ropa llevemos, sino acerca de cómo se quiere interactuar con nuestro destino.

El mochileo puede ser una experiencia tan personal y tan personalizada como uno se permita tener. El mochileo es acerca de visitar y comprender, de ampliar nuestra perspectiva de la vida y del mundo en el que vivimos. Poniendo cualquier prejuicio a un lado, lo exhortamos a planear un viaje de mochileo, ya sea solo, con su pareja, o con algunos amigos. Y lo instamos a retarse, a conectarse con los lugares, con las personas, y con usted mismo.

Consejos de mochileo

1. Viajar en grupos de máximo tres personas.

2. Tener una idea general del destino, mas no rutas específicas. 3. Consultar Lonely Planet para las mejores recomendaciones. 4. Buscar hospedaje en Couchsurfing.org

Destinos populares para viajes de mochileo

1. Europa: Madrid, Barcelona, Londres, París, Roma, Venecia, Florencia, Berlín y Praga.

2. Suramérica : Buenos Aires, Santiago, Lima,Río de Janeiro, Sao Paulo y Bahía.

Fotos:
Tito Herrera
Cortesía de Virginia Campo
© Bertrand Gardel / Hemis / Corbis

 

  • Este artículo fue publicado originalmente en la edición de septiembre de 2012 de En Exclusiva

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