Cuando aventura y pasión se unen en profesión

Ana Sofía Alemán |

24 diciembre, 2008

Los invitamos a dar un paseo por un mundo de vidas profesionales exóticas que cualquiera pensaría pueden existir sólo en la imaginación de algún niño de siete años, pero que resultan ser la realidad de tres panameños especiales…

Optar por un trabajo no convencional no siempre es fácil. Sin embargo, tomar el camino menos transitado puede llegar a ser muy gratificante y hasta divertido, a juzgar por la experiencia de quienes un día decidieron perseguir sus sueños profesionales y hacerlos realidad.

Mónica Guzmán: Diversidad y energía en su máxima expresión
Usted está de vacaciones con su familia en Disney World, y deciden participar en los juegos acuáticos que han organizado alrededor de la piscina de su hotel. ¿Cómo se imagina a quien está encargado de entretenerlo? Ahora digamos que está viendo el programa Survivor, y nota que las pruebas de los participantes, por más peligrosas que parezcan, siempre resultan seguras y apropiadas. ¿No le intriga saber quién logra que eso sea posible? Detrás de éstas y muchas otras facetas del entretenimiento, ahí vive Mónica.

Después de la secundaria Mónica dejó Panamá para irse a Missouri, Estados Unidos, a estudiar danza y teatro. Como parte de su programa, trabajó para el hotel Boardwalk en Disney World, donde entretenía a los huéspedes en el área de la piscina. Ahí tuvo todo tipo de experiencias como conocer a John Travolta y hasta salvar dos vidas. Pero Mónica soñaba con bailar y actuar, por lo cual después de graduada se mudó a Nueva York en busca de oportunidades. Allá se puso en contacto con los organizadores del programa Survivor – en Panamá. Así, Mónica pasó a vivir en la isla Contadora y rodeada de gente de todas partes del mundo. Su trabajo consistía en asegurarse de que las pruebas de los participantes fueran apropiadas para sus condiciones, por lo cual buscaba tesoros, se tiraba de lanchas ¡y hasta de helicópteros! Hoy en día, la vida de Mónica aún refleja la idiosincrásica intensidad de su espíritu: es productora de televisión, maestra de pilates y la cara de Maggi para Centroamérica, todo al mismo tiempo. Esto es sin incluir las coreografías que monta como agente libre, las obras de teatro en las que participa, y su relación con sus alumnas de pilates, que es casi una de psicóloga-pacientes. ¿El secreto detrás de su energía infinita? “NUNCA comenzar nada con pereza, pues esa negatividad daña el resultado final”.

Ricardo Watson: Al pie de la historia, tras el lente de una cámara
¿Recuerda cuando el Presidente estadounidense Richard Nixon renunció a su cargo tras el escándalo de Watergate? Ricardo estuvo ahí. ¿Vio reportajes de la boda de la Princesa Diana? Ricardo la presenció, en vivo. ¿Cómo se enteró que Bill Clinton había negado, y después admitido, su aventura con Mónica Lewinsky? Ricardo lo oyó directamente de la boca del Presidente. ¿Qué memorias guarda de la Madre Teresa de Calcuta? Ricardo pasó dos semanas con ella en India. ¿Boquiabierto? Estos eventos son sólo algunos de los instantes claves de nuestra historia reciente que los ojos de Ricardo Watson han presenciado sin intermediarios. Seguramente debe estar preguntándose: pero ¿cómo lo logró?

Un egresado de La Salle de Colón, Ricardo obtuvo su bachillerato en comunicaciones del American University en Washington D.C. De ahí, la vida lo guío hacia la fotografía, la cual ha sido su “pasaporte al mundo”. Al completar su título, fue contratado por la revista Time como agente libre de fotografía. Así, participó en eventos del gobierno de Estados Unidos desde principios de los setentas hasta hace tres años. Durante la época de Clinton, con quien mantiene una excelente relación, fue miembro del United Press International, agencia de noticias que le permitió acompañar al Presidente en su día a día, ¡muchas veces en aviones del Air Force One! “Para mí fue un gran honor y privilegio cubrir la Casa Blanca”, comenta Ricardo. También fotografió hitos históricos en otros 47 países. En el 2005, Ricardo no se resistió a la tentación de regresar a su familia. Hoy en día cuenta con su propia empresa en Panamá, la cual creó el software “Imágenes” que ya está en el mercado y, en conjunto con colaboradores multinacionales, está diseñando otro para mejorar la comunicación con personas autistas. Planea volver a África el próximo año para documentar la vida de niños huérfanos de padres con sida.

Halit Khoshen: Entre el reino animal y el mundo humano
Gorilas, el África, naturaleza virgen, atardeceres casi ficticios, ningún ruido urbano: ¿pensó en Tarzán? ¿Quizás en Diane Fossey? No hay necesidad de recurrir a las películas o a la literatura. De Panamá salió Halit para sumergirse en ese místico ambiente. “Mi pasión por los animales nació conmigo. Desde pequeña sentía la necesidad de protegerlos a todos.” Así explica ella misma lo que la inspiró a explorar Uganda, Kenia, Zambia, y el Congo. Pero ¿qué hacía una panameña metida en sitios tan remotos? La pregunta más apropiada es ¿qué no hacía?

Aparte de viajar y conocer, Halit trabajó para H.E.L.P, un santuario de chimpancés en Congo. Ahí estaba encargada del funcionamiento diario del centro, el entrenamiento de los voluntarios, la alimentación de los chimpancés residentes, entre otras tareas. ¿Y su vida personal? Tenía muchas amistades, entre ellas la de Gina, una chimpancé que, después de varios años de infructuosos atentos de embarazo, se despidió de Halit agarrándole la cabeza y acercándola a su barriga varias veces seguidas, y que Halit supo que 3 meses después de haber dejado ella el santuario, dio a luz a Moana. Para ese entonces, ya Halit estaba de vuelta en Panamá donde, en sus propias palabras, “los animales silvestres en cautiverio también necesitaban de una voz que hablara por ellos, y de una mano amiga.” Aquí fue contratada como la Administradora del Zoológico del Parque Municipal Summit, donde su enfoque primordial ha sido enseñarles a los cuidadores y al público a tratar a los animales como individuos, no como objetos. Halit ha logrado cambios grandes y muy positivos en el comportamiento de nuestros animales.

Perseguir nuestra felicidad es parte de la naturaleza humana. Para muchos, la profesión por la que optamos es un ingrediente clave en la fórmula para ser felices, pues hay que convivir con ella largas horas, a diario, y durante casi toda la vida. Pero cómo cada quien alcanza el sentimiento de plenitud en su vida laboral varía considerablemente de persona a persona. Estos cuatro panameños le han dado rienda suelta a sus sueños, dejando que éstos los guíen por caminos profesionales diferentes a los de la mayoría y, precisamente en la singularidad de sus carreras, han encontrado mucha satisfacción.

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