Más allá de la discapacidad

Juliana Valderrama |

18 octubre, 2019

Dos mujeres panameñas, ejemplo de superación, constancia y perseverancia, nos demuestran que no hay sueño inalcanzable. Gracias a su afán de superación y el apoyo de sus familias, Ximena y Ana Raquel se graduaron de la universidad, destacándose por su evolución personal y profesional. Ellas lograron algo que muchas personas consideran impensable y, ahora, son ejemplo en nuestra sociedad de cómo con dedicación todo es posible.

 Lo que para la mayoría son metas habituales en sus vidas, para las personas con síndrome de Down se convierten en retos que superar. Las historias de Ximena Varela y Ana Raquel García marcan un paso importante en el camino de la inclusión en nuestro país, pues estas dos jóvenes lograron lo que antes era inalcanzable, abriendo las puertas para que muchos otros con síndrome de Down perseveren y consigan hacer realidad sus sueños. Con esfuerzo, optimismo y constancia en la vida todo se puede lograr.

“Somos capaces de aprender”

La historia de Ximena, Mena, como le dicen de cariño, es una historia llena de motivación y sueños. La sonrisa de Mena es contagiosa y su dulzura ocasiona que quien se sienta frente a ella quiera saber más, conocerla mejor y compartir más sobre sus experiencias. Ximena se graduó de Fotografía y sustentó su tesis el 4 de junio de este año. Como fotógrafa, Ximena nos compartió que ha realizado varios trabajos y nos contó por qué ama la carrera que eligió estudiar: “Me gusta la fotografía de paisajes porque viajo y paseo. Me gusta tomar fotos porque a veces las personas ven una imagen y se sienten felices cuando la ven. Lo que más me gustó de la universidad fue compartir con mis compañeros y profesores. Trabajo como fotógrafa e hice tres libros de fotografía de comida”.

No todo en la vida es trabajo y así nos compartió Ximena un poco sobre lo que hace cada día. “Soy atleta de Olimpiadas Especiales y participo en la junta directiva de Olimpiadas Especiales. También me invitan a tomar fotos como prensa latinoamericana en los eventos. Soy de la junta de la fundación Best Buddy, que es una fundación que ayuda a las personas con discapacidad intelectual. Con la fundación Down Panamá, que ayuda a personas con síndrome de Down, hice una obra de teatro inclusiva con música de Rubén Blades”, nos compartió Ximena.

Su siguiente meta es convertirse en influencer, está al día con su perfil de Instagram y desde su segmento en el programa Tu Mañana entrevista a varias personalidades locales o invitados especiales. Recuerda algunas de las personas que ha tenido la oportunidad de conocer: “He entrevistado a personas como Emilio Regueira Pérez, Blandón, Yenia Nensen y a Erika Ender. Recientemente, salió la entrevista de Alfredo Hidrovo de la fundación Luna llena de tambores y va a salir la entrevista a Ricardo Velázquez”, nos contó Ximena, quien disfruta mucho lo que hace porque siente que aprende de otras personas.

En palabras de su mamá, Yolanda Eleta de Varela, Ximena es una niña que no para de sorprenderla. Los retos que ha asumido y logrado en su educación, y ahora en su trabajo, solo demuestran que no hay imposibles. “Como familia, hemos querido ofrecer a Mena las mismas oportunidades de aprendizaje, de educación y de trabajo que al resto de nuestros hijos. La clave ha sido motivarla siempre y ofrecerle las herramientas para su desarrollo integral, siempre asegurando que su autoestima estuviese intacta y sus deseos de superarse muy altos. Ximena ha sido una estrella en nuestra familia. En cada etapa de su vida, muchos nos aseguraban que ella no podría hablar bien, que no podría hacer deportes, que no aprendería a nadar, que jamás se graduaría del colegio secundario y tantas otras facetas que no alcanzaría jamás. Una y otra vez, Mena nos sorprendía, logrando siempre lo que se proponía. En el Colegio Brader logró graduarse con excelentes calificaciones y un auditorio de pie aplaudiéndola. En Olimpiadas Especiales, pasó de ser una atleta local a una ganadora de medalla olímpica en los Juegos Mundiales en Dublín, Irlanda, y posteriormente en Shanghái, China. Hoy podemos decir con orgullo, que junto a Ana Raquel, Mena ha sido la primera estudiante con síndrome de Down en graduarse de una carrera universitaria en Panamá. Durante sus años de estudios como fotógrafa, Ximena ha realizado tres proyectos de libros, participado en varias exposiciones de fotografía, incluso ganando primer premio”, compartió con mucho orgullo Yolanda.

A sus 30 años, Ximena disfruta trabajar, viajar, salir con sus amigos y su novio e ir al cine. Tienes tres sueños por cumplir que compartió: “Como atleta, quisiera ganarme varias medallas de oro para ir a otros países. Como fotógrafa, quisiera ser famosa a nivel mundial. Como persona, quisiera una casa con mi pareja. Y, bueno, uno extra es que me gustaría entrevistar a Joey Montana o a Carlos Vives”. Tal como nos contó su mamá: “Ella ha soñado en grande y por lo tanto ha logrado metas que otros considerarían inalcanzables”.

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Ximena no quiso terminar la entrevista sin compartir un mensaje: “Les diría a otros jóvenes con síndrome de Down que la única manera de salir adelante es estudiando, trabajando para poder conseguir sus sueños. Al pueblo panameño le diría que tienen que incluir a personas con discapacidad porque somos capaces de aprender”.

Encontrando su propósito

Al ver el trabajo de final de carrera de Ana Raquel, una chica con una sonrisa sincera y amable, comprendes que calar nueve huevos de avestruz, emú y ganso, con dibujos que ella previamente había pintado en su cuaderno, requirió mucho amor, dedicación y tiempo. La tarea no fue fácil como nos compartió, supuso de muchas horas de trabajo, concentración, delicadeza en sus manos y horas de aprendizaje intensivo. “Durante mi carrera, mi obra favorita fue la de final de carrera con los huevos. Algunos se quebraban, pero volvía a intentar. Usaba un lápiz similar al del dentista para calar los dibujos. Me gusta mucho el mar, los colores, los animales. Los colores que más me gustan son el azul y el rosado. En la universidad también estudié pintura, escultura y mi materia favorita fue la pintura mural”.

La exposición y presentación de su tesis fue el 29 de julio de este año, en la galería Mateo Sariel. Allí estuvieron los profesores al igual que sus padres, familiares y algunos amigos. Ese fue un día muy especial en su vida y en sus propias palabras, “ese día yo fui una reina”. Al recordarlo, Ana Raquel compartió que quisiera hacer otra exposición con pinturas, en su técnica favorita, el acrílico.

Para aprender a calar los huevos, Ana Raquel viajó acompañada de su mamá a Colombia: “Conocí a la señora Miriam Sandoval que me enseñó a calar los huevos, durante una semana. Tenía que hacerlo con mucho cuidado, para no romper los huevos. Me gusta hacer este tipo de trabajo”, explicó Ana Raquel sobre su aprendizaje.

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El 2019 ha sido un año lleno de metas cumplidas para Ana Raquel. A sus 22 años, recibió su título universitario, hizo su primera exhibición de arte e incluso vendió algunas de sus obras. Al igual que otros jóvenes de su edad, a Ana Raquel le gusta ir al cine, comer helado, compartir con amigos y pintar. Cuando piensa en otros jóvenes con síndrome de Down ella los invita: “Que luchen para seguir sus deseos, todos podemos aprender y ser personas útiles, pero antes sus familiares deben creer en ellos y les deben dar una oportunidad. Cuando empecé la universidad todo era diferente y tenía miedo, pero mi mamá me ayudó para que me dedicara más. Tengo el sueño de que quiero trabajar y me gustaría seguir aprendiendo a pintar mejor. Con lo que estudié puedo crear y hacer cosas nuevas como los huevitos”.

El siguiente paso, ahora que tiene su título universitario, es encontrar trabajo.  Por el momento, además de pintar, todos los martes trabaja en una escuela: “Voy una vez a la semana, los martes, a ayudar a los niños pequeños, tengo otras maestras que son mis compañeras”. En este lugar ella trabaja como ayudante y disfruta mucho compartir con los niños.

Adriana de Juliao es la mamá de Ana Raquel, quien durante la carrera universitaria la acompañó como tutora. “Estos años de universidad empezaron a darle un propósito diferente a la vida de Ana Raquel. A través del arte ella aprendió a expresarse. Hay que romper barreras y nosotros como padres no debemos dejarnos llevar por el no. Siempre he luchado para lograr las metas que la ayudaran, a Ana Raquel, a ser más autónoma. Yo les comparto a otros padres con hijos con cualquier tipo de discapacidad que busquen, luchen e indaguen, para que cada joven encuentre algo que le guste y pueda ser feliz. Sin duda, de esta experiencia quisiera transmitir que mi hija tiene talento; las oportunidades se encuentran, pero hay que luchar para conseguirlas. Mantengan la esperanza”. Definitivamente, Adriana es una madre que contra viento y marea ha trabajado al lado de su hija para mostrar al mundo una historia de inclusión.

Una profesora con corazón

Ana Raquel y Ximena con la profesora Mónica Gamboa el día de la graduación

Tanto Ximena como Ana Raquel tuvieron durante su paso por la Universidad de Arte Ganexa una profesora en común, Mónica Gamboa, quien les impartió diferentes materias a lo largo de sus años de carrera. Mónica compartió que después de trabajar como publicista decidió volver a estudiar y eligió artes plásticas. Mientras estudiaba conoció a Ximena y luego fue su profesora de Semiótica de la Fotografía. A Ana Raquel le dio varias cátedras, entre ellas Técnicas de Impresión y Apreciación del Arte.

Para Mónica, el proceso de aprender a darle clases a Ximena y a Ana Raquel fue muy bonito porque, como nos compartió, tuvo que preocuparse para aprender a enseñarles. Por una parte, en temas académicos, hacer las adecuaciones pertinentes en materia de exámenes y, a título personal, comprender que los alumnos con algún tipo de discapacidad son personas con los mismos derechos. “Si uno no está preparado, como docente o como institución, es necesario empezar a hacerlo, como lo hicimos nosotros. Aprender a cómo lidiar con situaciones diferentes que se puedan presentar. Con la graduación de Ana Raquel y Mena de la universidad se abre una puerta inmensa, pero se debe continuar trabajando para que no se vuelvan a cerrar y cada vez sean más las instituciones que apoyen la inclusión”.

“La enseñanza que me queda es que cuando uno quiere, puede, y para eso es necesario decir sí a la inclusión. Hacerlo es aportar un granito de arena a nuestra sociedad”, expresó con mucha emotividad quien jugó un papel importante moldeando la preparación académica de ambas jóvenes.

La graduación de Ximena y Ana Raquel marca un hito en la historia de la inclusión en Panamá, como comentó con orgullo el rector de la Universidad de Arte Ganexa, Ricaurte Martínez, el pasado 22 de septiembre en su discurso: “Hoy quisiera destacar también dos jóvenes que son las primeras licenciadas con síndrome de Down graduadas en Panamá y en muchos países de Latinoamérica”.

Meses antes de su emotiva graduación, tanto Ximena Varela como Ana Raquel García sustentaron sus trabajos finales, luego de años de trabajar para lograrlo. Conocer de cerca las historias de ambas jóvenes nos permite reflexionar y concluir que los derechos de las personas con discapacidad deberían ser tomados en cuenta de una manera prioritaria cuando de temas educativos se trata. Como las dos nos confesaron, su meta ahora es apostar por un Panamá más inclusivo donde las personas con discapacidad tengan las mismas oportunidades que ellas tuvieron y así seguir demostrando que cualquier persona puede hacer lo que se proponga dentro de sus capacidades. Un mensaje nada liviano y sumamente alentador, que con propiedad y convencimiento nos brindan Ximena y Ana Raquel.

 

Fotos de graduación: Ariel Atencio

Otras fotos de Ximena y Ana Raquel: Cortesía de sus familias

 

 

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