Descubriendo los tesoros de Panamá
A veces nos olvidamos de los tesoros que alberga nuestro país, aquellos que lo hacen más que especial, diferenciándolo de los demás y convirtiéndolo en único. Muchos de estos se encuentran a la vuelta de la esquina y al haber crecido junto a ellos o, sorprendentemente, por desconocer su existencia, no llegamos a valorarlos y conocerlos.
Muchos sabemos que Panamá tiene el canal más espectacular del mundo; que gozamos de una ubicación privilegiada en el corazón de América y que está bañada por dos océanos, pero ¿cuántos sabemos que en Chiriquí se produce el café más costoso del mundo o que contamos con el único Instituto Smithsonian en toda Latinoamérica?
Aquí los dejamos con algunos tesoros que despertarán su curiosidad y que de seguro los motivarán a emprender la emocionante aventura de conocer mejor a Panamá.
Las riquezas precolombinas del Caño
Siempre hemos escuchado sobre los grandes imperios incas, mayas y aztecas con sus fascinantes ciudadelas precolombinas como Tikal, Chichén Itzá, Teotihuacán o Machu Picchu. Sin embargo, para sorpresa nuestra, hace nueve años la arqueología en Panamá hizo un descubrimiento sin igual al hallar un cementerio de seis grandes tumbas de personajes de alto rango, cubiertos de ajuares con objetos de oro, cobre, huesos de animales y piedra, en la zona del Caño, provincia de Coclé.
Fue tal el hallazgo, que mereció la portada de la revista National Geographic para América Latina, en su número de enero del 2012. Y, para más asombro, en 2013 encontraron el complejo funerario precolombino más grande que se haya descubierto en el istmo. La riqueza material y cultural de este encuentro definitivamente ha marcado el comienzo de una nueva era en la arqueología panameña. A raíz de este descubrimiento se creó la Fundación El Caño.
Albergue marino
Las ballenas se pueden avistar en diferentes épocas del año en varios puntos del planeta, como al norte de Estados Unidos, Argentina, Costa Rica, las islas Azores, Japón y otros países más. Las tortugas marinas pueden observarse en Venezuela, México, Brasil y Uruguay, entre otros lugares de América Latina, pero en Panamá se pueden apreciar ambas especies a la vez.
Entre julio y octubre, nuestro istmo se convierte en el hogar de las ballenas jorobadas que vienen de los hemisferios norte y sur para tener a sus crías y reproducirse en nuestras costas del Pacífico. Paralelamente, entre cuatro y cinco de las siete especies de tortugas marinas que hay en el mundo anidan en la costa pacífica a fines de agosto y, en el Caribe panameño, en marzo. Además, en la playa La Marinera e isla Caña, en el Pacífico, se dan arribadas, es decir, que pueden llegar de cientos a miles de tortugas al mismo tiempo.
El poder apreciar la grandeza del reino animal en primer plano es un privilegio que nos brinda Panamá. Ser testigos de este tipo de acontecimientos es un lujo.
El guardián de los dos océanos
¿Alguna vez han divisado dos océanos desde un mismo punto de tierra firme? Se podría decir que son pocos los lugares en el mundo que pueden disfrutar de este maravilloso regalo de la naturaleza y uno de ellos se encuentra en Panamá.
Desde el volcán Barú, en la provincia de Chiriquí, en un día despejado se pueden ver tanto el océano Pacífico como el Atlántico. ¿Qué les parece? Una panorámica que deja boquiabierto hasta al trotamundos más recorrido.
San Blas, el archipiélago intocable

El archipiélago de San Blas es una maravilla, al menos una vez en la vida debemos visitar alguna de sus prístinas islas.
Aguas cristalinas y suaves arenas como talco definen al archipiélago de San Blas, conformado por 365 islas. Además de su inmaculada belleza, este paraíso ubicado frente a la costa norte del istmo, sorprende por su estado prístino que se mantiene tal como cuando lo vieron por primera vez los conquistadores Rodrigo de Bastidas y Vasco Núñez de Balboa durante su travesía por la costa caribe panameña, a principios del siglo XVI. Territorio de los gunas, San Blas no ha dejado que la infraestructura del siglo XXI la toque, manteniéndola como un pedazo del cielo en la Tierra.
La ruta de los grandes
Panamax y postpanamax. Los barcos de carga más grandes del mundo cruzan el único canal interoceánico que existe en los cinco continentes: el Canal de Panamá. Ver estas montañas de metal sobre el agua, pasando por un estrecho pasadizo de concreto a tan solo unos cuantos metros de distancia de uno, es una experiencia única que solo Panamá puede ofrecer.
Dos océanos, un día
¿En qué país del mundo se puede desayunar a orillas de un océano y almorzar junto a otro en un abrir y cerrar de ojos? Hoy en día, en que los turistas quieren conocer lo más que puedan en el menor tiempo posible, Panamá les ofrece esta oportunidad inigualable. Así que, ¿por qué no se animan a desayunar en el Pacífico viendo el amanecer y luego bucear en el Atlántico? Les tomará un poco más de una hora.
El rey del café
¿Quién se iba a imaginar que en Panamá tenemos el café más costoso del mundo? Puede que tanto el café colombiano como el brasileño manden la parada entre los consumidores, pero para los conocedores y baristas en Panamá tenemos una de las variedades más exclusivas.
El café geisha, que se cosecha en las faldas del Volcán Barú en Chiriquí, sigue posicionado como el más caro del mundo al cotizarse al precio récord de 803 dólares la libra en una subasta durante el último Panama Fest. Pese a ser originario de Etiopía y ser producido en otros países, las cualidades de nuestro café geisha, mejor calificadas en el mundo cafetero, se deben al clima, altitud y tierra únicas de nuestro volcán. Sus sabores frutales y aromas florales lo convierten en un producto perfecto para los paladares más exigentes.
El Smithsonian latino

La isla de Barro Colorado es la meca del estudio de la biología tropical, con instalaciones al servicio de la ciencia a nivel mundial.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales es la única unidad del Instituto Smithsonian en América Latina. Esta envidiable cuna de sabiduría creada hace más de cien años acoge a más de 24 científicos permanentes y 1,400 científicos visitantes por año, quienes trabajan en la investigación de la biodiversidad de ecosistemas tropicales forestales y su relevancia para el bienestar humano. De él salen publicaciones para las más prestigiosas revistas de ciencias alrededor del mundo, al igual que becas para estudiantes de biología y otras ciencias. Su invaluable labor no solo es un servicio para nuestro país, sino para el mundo entero.
Hogar multicultural
Para una ciudad latina como lo es la ciudad de Panamá, lo menos que un extranjero espera al llegar es encontrar un lugar con una maravillosa diversidad cultural. Tal como en las principales metrópolis del mundo, la ciudad de Panamá cuenta con comunidades que moldearon el país, como la española, griega, hebrea, china, caribeña e indostana, entre otras, que no solo conviven pacíficamente, sino que forman parte de la cultura panameña, enriqueciéndola con sus tradiciones y costumbres. Panamá es un país de olas de inmigrantes y estos han definido nuestra cultura y podemos ver sus legados en las artes, arquitectura y música. Y eso nos hace únicos.
Panamá en formas y colores
Muchos extranjeros se preguntarán qué es ese extraño caparazón de figuras geométricas en colores vivos que resalta al cruzar el puente de las Américas y deslumbra los barcos que entran al Canal por el Pacífico. Es nuestro Biomuseo, diseñado por el mundialmente reconocido arquitecto contemporáneo, Frank Gehry, autor del Museo Guggenheim de Bilbao y la sala de conciertos de Walt Disney de Los Ángeles, entre otras obras, quien escogió a la capital panameña como el lienzo para su primera creación en su incursión a Latinoamérica, convirtiéndolo en uno de los íconos de la ciudad.
Este enorme museo de historia natural cuenta cómo surgió el istmo de Panamá, uniendo dos continentes, dividendo un gran océano en dos y formando una de las biodiversidades más generosas del planeta. Es, precisamente así, como lo representan las grandes figuras y colores de esta edificación. ¡Un gran país para la obra de un gran maestro!
La selva capitalina
Selvas abundan, pero ¿cuál de ellas se encuentra en una ciudad y, más aún, en el interior de una capital? Panamá tiene una de las selvas más grandes en el hemisferio occidental, pero lo que es más impresionante es que está situada dentro de la ciudad de Panamá, por lo que es una de las pocas capitales del mundo con su propia selva.
Somos el nuevo destino
La reconocida guía de viajes Lonely Planet acaba de elegir a Panamá como el cuarto mejor destino para visitar en 2019 dentro de su ranking “Best in Travel 2019: los 10 mejores países”. En él, describe al istmo como un país en donde “norte y sur se unen en una fiesta de biodiversidad tropical que celebra el magnífico BioMuseo. Oriente y Occidente convergen en el comercio global en expansión, con los cargueros más grandes del mundo cruzando el recién renovado Canal de Panamá”. Y continúa expresando que “este bonito y pequeño país tiene tantos tesoros –de playas de arena blanca a selvas tropicales, tierras altas brumosas y cultura indígena”. Asimismo, invita a celebrar los 500 años de historia de la ciudad de Panamá, una fiesta que, según Lonely Planet, nadie se puede perder.
El brillo de la rana dorada
Símbolo ecológico y cultural del país, el Atelopus zeteki o rana dorada, endémica de nuestro terruño, principalmente a lo largo de los arroyos del bosque y desde los alrededores de El Valle de Antón hasta el Parque Nacional Altos de Campana, era venerada por los indígenas por su especial coloración amarilla y asociada con piezas de orfebrería precolombina. Sin embargo, se estima que está en peligro de extinción.
Según Roberto Ibáñez, biólogo del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, se cree que una de las principales causas de la desaparición de sus poblaciones se debe a que han sido afectadas por un hongo patógeno. No obstante, existen poblaciones en programas de conservación en cautiverio como el Centro de Conservación de Anfibios de El Valle, en donde hay aproximadamente 650 individuos de esta especie. Este peculiar anfibio es una joya única de nuestra naturaleza que se debe proteger y valorar. No dejemos que deje de brillar.
Todas estas maravillas de las que goza nuestro país demuestran que Panamá no es solo un pequeño país que vive de la industria de servicios o de los cientos de buques que atraviesan sus aguas. Es más que eso. Es una caja de pandora esperando a ser abierta para compartir sus encantos con todo el mundo, sobre todo, con nosotros los panameños.
Fotos isla de Barro Colorado y de rana dorada: Cortesía de STRI
Foto de amanecer: Cortesía de Virginia de Gerbaud
Fotos Biomuseo, San Blas y Volcán Barú: Getty Images