Oscar de la Renta, el hombre
Hombre emblemático, símbolo de la moda, reconocido a nivel mundial, Oscar de la Renta nos revela su lado humano y menos conocido, aquel que no se luce en la pasarela sino en la sonrisa de muchos niños.
Alto, esbelto, elegante, impecable… Oscar de la Renta aplaude al entrar al Hogar San Felipe donde un coro de niños lo espera cantando: “Ojalá que llueva café en el campo”. Este gurú de la moda internacional, cuyo nombre creó trabajando para distinguidas casas de moda como Cristóbal Balenciaga, Antonio Castillo y Elizabeth Arden, muestra una debilidad latente por los niños.
“Para mi, el privilegio más grande es ver a un niño sonreír”, dijo con su acento marcado y tono bajo al hablar. Su presencia en Panamá el 12 de abril de este año, no solo revolucionó a más de un admirador que a sus pies lo persiguieron día y noche, sino que demostró su gran pacto con la labor social. Trajo consigo un desfile de modas que presentó en el Figali Convention Center para recaudar fondos para la Fundación San Felipe.
Mas allá de la marca
De origen dominicano, Oscar de la Renta nació un 22 de julio de 1936. A temprana edad viajó a Madrid, España, para empezar labrando un camino intachable en el mundo de la moda.
Pero ni las pasarelas de Milán, París, España o Nueva York lo han podido desprender de sus raíces. Es en República Dominicana donde ha fundado dos escuelas-orfanatos ubicados en La Romana y Punta Cana. En estas, se atienden las necesidades médicas, escolares y alimenticias de niños provenientes de hogares sumamente pobres. Cuentan con clases especiales para los ciegos, sordos y mudos.
“Tenemos niños desde recién nacidos hasta de 15 años”, dice con orgullo en una entrevista que le concedió a En Exclusiva. Dentro de su mecanismo de ayuda, procura no romper lazos familiares existentes. “La sociología moderna nos enseña que por muy frágil o pobre que sea un hogar, nada reemplaza el calor de una madre”.
Cuenta que, al terminar el día en el centro, por más felices que estén los niños siempre optan por regresar a sus casas, aunque muchas sean de pisos de tierra y una sola cama donde duerme la madre y todos sus hijos.
En su plan de desarrollo social, pretende brindarle apoyo a estas madres, no solo cuidando de sus hijos sino, además, ayudándolas a conseguir trabajos dignos. Así, explicó, no se sienten inseguras de si mismas.
Pero su labor social no termina aquí. Hace 20 años adoptó un niño de estos orfanatos: Moisés de la Renta, que hoy en día sigue los pasos de su padre y aspira a ser diseñador de modas. “Lo conozco desde que tenía 24 horas de nacido”, dijo en una entrevista con The New York Magazine en febrero de este año.
Como padre, se siente que en Latinoamérica hay “muy buenas madres, pero a veces… no muy buenos padres”. Recalcó que tener un hijo es fácil, lo difícil es mantenerlo y ayudarlo a lo largo de su vida. “Hay que tener la voluntad adecuada. Si traes un niño al mundo, tienes que cuidar por él”.
Una estrella para el turismo
De la Renta, junto a Julio Iglesias, es dueño de un exclusivo resort en Punta Cana que abarca un terreno de 15,000 hectáreas en una zona playera al este de su tierra natal. Famoso por atraer a los “jet sets” de Estados Unidos, Punta Cana Beach Resort es reconocido como uno de los mejores sitios turísticos del mundo.
Para nuestra suerte, parece tener planes similares para Panamá. Aprovechó esta visita para explorar las posibilidades de invertir en el turismo panameño. Y como primer paso para marcar su huella en nuestro país, inauguró una boutique ubicada en Multiplaza Pacific. Es un hecho, estamos en su agenda.
Respecto a sus planes de fomentar el turismo panameño, lo único que podemos garantizar es que seguramente el medio ambiente jugará un papel muy importante. Oscar de la Renta es reconocido por su afición a la jardinería. Así se ha visto en Punta Cana, donde la ecología que rodea el resort es un punto a su favor.
Gran éxito, gran ayuda
El mensaje más importante que de la Renta ha querido transmitir, no solo en Panamá sino cada vez que este hombre de tono afable y sencillez inusual tiene una oportunidad, es que el progreso de los más necesitados depende del sector privado. “Yo encuentro un gran privilegio en que mis éxitos hayan podido ser destinados a ayudar a los que lo necesitan, y darles algo de felicidad”, dijo.
Quizás por eso una de sus fiestas favoritas es la Navidad en La Romana. “Si uno quiere aprender lo que realmente es el merengue, entonces hay que ir a ver a las niñas bailar en La Romana”, dijo de la Renta con una amplia y franca sonrisa en el rostro. “Yo siempre digo que al ayudar a un niño, por lo menos puedes pensar que estás ayudando a crear, en el futuro, un mundo mejor”.
Fotos: Ariel Atencio
Oscar de la Renta en persona
|