Raúl Romero: Amigo del Presidente…
Los hispanos me van a poner en la Casa Blanca”, le dijo el entonces gobernador de Texas George W. Bush a Raúl Romero, en julio del año 2000, justo antes de que el ahora Presidente de Estados Unidos saliera a saludar al público. Se encontraban en el primer evento de la Convención Nacional Republicana, en Filadelfia, ante miles de hispanos que lo apoyaban. Pese al agotamiento físico y mental que tenía, a Romero no se le olvidaría esta frase. Habían sido muchos meses de arduo trabajo a cargo de esta trascendental actividad que buscaba enviar un claro mensaje al pueblo norteamericano: el candidato con menos probabilidades, en un país en paz y con una economía en repunte, podía ganar las elecciones. Todo, desde la primera reunión que tuvo con su amigo Emilio Estefan, en Miami, para planear el montaje de un espectáculo único con artistas de la talla de Celia Cruz y Albita, hasta los detalles de último momento para que todas las televisoras hispanas de Estados Unidos lo transmitieran en vivo, había valido la pena. Al día siguiente, la foto de George W. Bush abrazando a dos niños latinos aparecía en las primeras planas de The New York Times, The Washington Post y el U.S.A. Today. En noviembre de ese mismo año, cuando gracias a 1,500 votos hispanos en el estado de la Florida George W. Bush se convertía en el Presidente número 43 de los Estados Unidos, Romero volvería a recordar lo que meses atrás le había dicho.
Pero, ¿cómo un compatriota que vivió hasta los 17 años en El Cangrejo y caminaba todos los días al colegio La Salle termina siendo gran amigo y consejero del Presidente de Estados Unidos? Con mucha habilidad, inteligencia y, sobre todo, visión para aprovechar las oportunidades. Todo empezó en 1993. Tras cinco años de ejercer exitosamente como presidente y CEO de una de las empresas de ingeniería y construcción más importantes en Houston, Texas, S&B Infrastructure Limited, y de dirigir el Comité de Acción Política de la compañía, Romero estableció estrechas relaciones con prominentes empresarios latinos de dicho estado. Tanto Karl Rove, reconocido estratega político, como George W. Bush, quien iniciaba su carrera política enfrentándose, con 18 puntos de desventaja, a la entonces gobernadora demócrata Anne Richards, sabían lo importante que era el voto hispano en Texas. Por eso, fue una decisión bastante acertada contactar a Romero para lograr su apoyo. En su primera reunión, George W. Bush le solicitó a Romero que le pusiera en contacto con los 25 hombres de negocios latinos más importantes de Texas. A los pocos días, Romero los reunió en su oficina, no sin antes advertirle al actual Presidente que dependería de él ganárselos o no. Lo demás es historia. Luego del encuentro, ese grupo, encabezado por Romero, se convirtió en el núcleo latino que lo acompañaría durante sus batallas políticas para obtener dos veces la gobernación de Texas y luego, también por dos períodos, la presidencia del país.
Graduado de ingeniero civil con una maestría en ingeniería estructural de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Raúl Romero, de 51 años, ha demostrado que, cuando se quiere, se puede. En 1994, logró que el 26% de la comunidad hispana de Texas votara por George W. Bush para gobernador del estado, sobrepasando el 20% original que el equipo de campaña le había solicitado. En 1998, pese a tener una meta de 40%, logró reunir 49% del voto hispano para la reelección de Bush como gobernador del estado. Para las elecciones presidenciales del 2000, Raúl Romero estuvo a cargo del voto hispano a nivel nacional, logrando que un 35% de los latinos estadounidenses dieran su voto a George W. Bush, sobrepasando los cálculos de un 30% necesario. Y en las últimas elecciones, del 2004, Romero no podía quedarse atrás. Con una meta inicial de 40%, logró que el 44% del electorado latino estadounidense votara por George W. Bush, el porcentaje más alto logrado por un candidato republicano. Dentro del voto nacional, esto representó un incremento de 2.4% sobre las elecciones anteriores, algo muy significativo al saber que en el 2004 Bush prevaleció sobre Kerry con una ventaja de 2.5% de los votos a nivel nacional. Nuevamente los hispanos ponían su granito de arena.
Aparte de los votos que logró atraer con ayuda de una red que estableció y ha venido fortaleciendo desde el primer día en que habló con George W. Bush, Romero logró recaudar $1 millón en fondos latinos para la elección del 2000 y $5 millones para la del 2004. Definitivamente, ha jugado un papel esencial en el engranaje político de los últimos años.
¿Por qué lo ha hecho? ¿Por necesidad? ¿Por notoriedad? ¿Por poder? Ninguna de las anteriores. Su éxito empresarial en el sector privado es evidente. Tampoco es un hombre que le guste la notoriedad y, respecto al poder, le ha llegado de forma natural. Probablemente su apoyo inicial a George W. Bush nació del agradecimiento que sentía hacia su padre, cuya gestión sentía le había dado una nueva oportunidad a la democracia en Panamá, algo con lo que el actual Presidente también se siente muy identificado. Pero lo que seguramente lo ha vinculado más a este ambiente es su pasión por la política. “Mi hobbie es la política, así como el de otros es jugar golf”, nos comenta.
Y este “hobbie” lo ha llevado muy lejos. Por un lado, que hace un año la revista Poder lo nombrara “el latino más influyente en Estados Unidos, el hombre del Presidente” no es casualidad. Romero tiene conexiones directas no solo con Bush, sino también con muchos miembros de su gabinete y con sus más allegados asesores y amigos. Es más, de las 400 posiciones más importantes del gobierno estadounidense, aquellas que requieren aprobación del Senado para su nombramiento, 39 son ocupadas actualmente por latinos y, de ellos, 35 han sido directamente recomendados por Raúl Romero. A los otros 4 los conoce muy bien. Según le comentó el Presidente George W. Bush a un periodista acerca de Romero: “El es mi radar. Encuentra gente sumamente calificada que casualmente son hispanos”. Quizás esta sea la principal razón por la cual el mismo Romero, pese a haber recibido diversas ofertas para ocupar posiciones en la administración, haya decidido mantenerse “fuera” de la Casa Blanca. “Me necesitan más afuera que adentro, para ganar apoyo de la comunidad latina y reclutar gente valiosa”. Tales fueron los casos, por ejemplo, del actual fiscal general (Attorney General) y amigo personal de Romero, Alberto Gonzáles; del secretario de comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, a quien Romero presentó a Bush; de Anna Escobedo Cabral, tesorera del país; y de Eduardo Aguirre, director de la Oficina de Servicios de Migración. Aunque parezca mentira, ¡ya lo están llamando los candidatos del 2008 para contar con su apoyo!
Siendo tan cercano al Presidente Bush y conocedor de su estrategia política a nivel latinoamericano, le preguntamos qué planes había para los próximos cuatro años. “El Presidente Bush tiene mucha afinidad con Latinoamérica. No solo habla español muy bien y lo entiende a la perfección, sino que realmente comprende nuestra cultura. Su hermano está casado con una mexicana y sus sobrinos son hispanos. En su administración la participación latina ha sido sumamente numerosa e importante, mucho más que en otros gobiernos, con 9.8% de hispanos trabajando a tiempo completo y 13% haciéndolo en comisiones presidenciales de alto nivel. Esto dice mucho de su confianza en la comunidad latina. Lamentablemente, los sucesos del 11 de septiembre retrasaron los planes del Presidente de establecer un área de libre comercio y firmar tratados de libre comercio con los países latinoamericanos, pero este es un legado que él quiere dejar y lo piensa realizar durante este período”.
¿Y Panamá? ¿Cuál debe ser nuestra estrategia política a fin de lograr una relación más beneficiosa con nuestro vecino del norte?, le preguntamos. “La relación de Panamá con Estados Unidos tiene mucho potencial. Recomendaría que el país se enfocara en dos o tres puntos importantes para ambas naciones: lograr finiquitar el tratado de libre comercio; explorar la posible expansión del Canal, la cual traería beneficios directos tanto al país como a todas las demás naciones; y apoyar los temas de seguridad, contribuyendo a evitar el terrorismo internacional. Evitaría las posturas de confrontación, sobre todo en un mundo tan polarizado como el actual”.
Ser amigo y estrecho colaborador del hombre más poderoso del mundo da satisfacciones algo “distintas”, como el hecho de poder llevar a tu hermana a una cena privada con él y Laura, o invitar a tu mamá a que lo conozca; como poder visitar el “west wing” de la Casa Blanca tres veces distintas en un mismo día para asistir a diversas reuniones –tal como ocurrió el día antes de nuestra entrevista con Romero–; como sentirte “en casa” y tenerte que parar 10 veces en 5 minutos para saludar a conocidos y amigos mientras la secretaria del Presidente, a pocos metros de la oficina oval, te comenta: “se ve que usted y el Presidente se conocen desde Texas”; como visitar en varias ocasiones el rancho de la familia Bush, en Crawford, para compartir una barbacoa en confianza; como ser buscado en un jet privado para asistir a una reunión importante con el Primer Mandatario; o saber, por palabras de la propia primera dama, anécdotas tan íntimas como que, desde que se casaron, su esposo le lleva el café y el periódico a la cama todos los días.
La vida de Romero, quien tiene 34 años de vivir en Estados Unidos y en el 2001 se mudó de Houston a Washington, D.C. para evitar los interminables viajes de ida y vuelta, hoy está tomando otro rumbo. En diciembre, se retiró de S&B Infrastructure Limited para crear la empresa Alliance Consulting Group, de la cual es CEO y presidente, y poder dedicarse a la estrategia política y al mercadeo de proyectos a tiempo completo. El propio Presidente lo alentó muchísimo a dar este paso cuando el 14 de diciembre, dos días antes de que inscribiera su nueva compañía, Romero se lo comentara en una cena en la Casa Blanca.
Este giro profesional probablemente le brindará a Raúl Romero más oportunidades de visitar su querida patria. “Me encanta venir a Panamá y poder ver a mi familia, lo que ahora se me facilitará ya que tengo una cartera más amplia de relaciones públicas, políticas y privadas, no solo en el ámbito doméstico nacional, sino también en el internacional”. Quién sabe ahora, que planea visitarnos más, Romero tenga la oportunidad de atender una petición algo “inusual” que le hiciera George W. Bush a su amigo de más de una década. “Tienes que presentarme a más panameños”, le dijo en confianza a nuestro compatriota, quien ha sabido ganarse la confianza del Presidente de Estados Unidos con creces.
Raúl Romero ha ocupado importantes posiciones a solicitud del Presidente:
|
Fotos cortesía de Raúl Romero
Fotos de la entrevista: Ariel Atencio.