Volviendo a lo esencial

Vanesa Restrepo de Rinkel |

13 agosto, 2021

El minimalismo, un concepto que nos invita a despojarnos de las cosas materiales que no necesitamos y a vivir solo con las que verdaderamente nos llenan como seres humanos, ha resurgido y, esta vez, con mucha más fuerza.

Mucho ha resultado de la inesperada experiencia que a todos nos ha tocado vivir, pero quizás uno de los efectos menos esperados de la pandemia ha venido sin envoltura ni adornos, manifestándose en lo más simple y básico.

Y es que la incertidumbre y vulnerabilidad que sentimos durante nuestro encierro prolongado nos llevaron a replantear lo verdaderamente importante en nuestras vidas: la salud, los principios, la unión familiar, saborear el presente y vivir en armonía con la naturaleza. También nos permitieron darnos cuenta de que, para vivir plenamente, podíamos prescindir de muchas cosas que, lejos de aligerar nuestra rutina diaria, nos ponían innecesarias cargas físicas, mentales y hasta emocionales.

Minimalismo vs. hiperconsumismo

Durante los últimos meses, casi sin darnos cuenta, muchos comenzamos a pensar de manera minimalista y a seguir esta corriente que busca revaluar nuestras prioridades y conservar solo lo que realmente apreciamos, amamos y nos inspira, soltando todo aquello que no aporte a nuestro bienestar.

La pandemia obligó a muchas personas a evaluar sus hábitos de consumo.

En el plano material, a diferencia del hiperconsumismo —un consumo desmesurado que busca lo novedoso y resulta en el pluriequipamiento de los hogares—, el minimalismo nos enseña a vivir en sintonía con las cosas materiales e, incluso, con el medio ambiente.

Y, contrario a lo que algunos piensen, el minimalismo no es un estilo de vida nuevo. De hecho, surgió a finales de los 60, inicialmente a nivel artístico con las ideas del arquitecto alemán Ludwig Mies Van der Rohe y su máxima “menos es más”, donde los espacios sobrecargados dieron paso a formas básicas, limpias y de paleta monocromática, que fueron calando en todos los aspectos de la vida, mas sin alcanzar el protagonismo del que parece estar gozando ahora.

Menos es más…

Muestra del auge de esta corriente puede verse en la gran influencia que ha tenido el dúo minimalista conformado por Joshua Fields Millburn y Ryan Nicodemus a través de su página web: www.theminimalists.com. Sus libros, podcasts y su documental de Netflix, Los Minimalistas, Menos es Ahora, se suman a las iniciativas que han puesto al servicio de cerca de 20 millones de personas que los siguen para saber sobre qué ideas y acciones les han funcionado para llevar una vida plena con menos.

También este apogeo del minimalismo es palpable con solo conocer el fenómeno mundial en el que se ha convertido la escritora japonesa y gurú del orden, Marie Kondo, quien ha escrito cuatro libros, vendidos en más de 30 países, uno de ellos, bestseller, sobre el arte de organizar nuestro hogar y quien, además, tiene cautivados a millones de espectadores con su reality de Netflix ¡A ordenar con Marie Kondo!

¿Pero por qué y cómo Ryan Nicodemus, Joshua Fields Millburn y Marie Kondo viven el minimalismo? Para Ryan Nicodemus fue un cambio radical. Como él mismo cuenta, antes de emprender ese camino era, a los ojos de los demás, un hombre exitoso que ganaba grandes sumas de dinero. Pero… no era feliz: “Tenía todo lo que había soñado. Estaba viviendo el sueño americano, pero mi vida estaba llena de estrés, ansiedad y descontento. Era miserable y llegué al punto en que no sabía qué era lo que realmente importaba. Lo que sí sabía era que había un gran vacío que llenaba como muchas personas lo llenan usualmente: con cosas”.

El método Marie Kondo es utilizado por millones de personas en el mundo para mantenerse organizados.

En ese entonces, Joshua Fields Millburn, su amigo desde hacía 20 años parecía sentirse feliz por primera vez en mucho tiempo, pese a que en un mismo mes se había separado de su esposa y había perdido a su madre.

Joshua le explicó a Ryan lo que significaba el minimalismo y cómo había simplificado su vida. Lo introdujo a una comunidad de minimalistas que, pese a tener diversos gustos e intereses, compartían el mismo estilo de vida, una llena de sentido y pasión únicamente con las cosas que les aportaban para lograr dichos objetivos. Así que Ryan decidió arriesgarse, despojándose de aquello que no le añadía valor a su vida y hoy afirma ser un hombre pleno que hace la salvedad de no estar en contra de las cosas materiales, pero sí de las que encadenan.

Por su parte, Marie Kondo, quien aboga por una austeridad bien fundamentada, incentiva a sus seguidores a descartar lo que no les traiga felicidad o lo que para ellos haya cumplido su ciclo de utilidad.

Muchas personas practican el minimalismo no solo en casa, sino también en la oficina, para mantenerse organizados.

Asimismo, su mantra: “Ordena tu espacio, transforma tu vida”, basado en su método KonMari, ha puesto de moda el orden, el cual se centra en organizar lo que decidamos conservar por categorías y no por lugar; en especial, con respecto a la ropa que, con su característico doblado en vertical y por colores, tiene fascinados a sus seguidores.

Esto, según la organizadora profesional, optimiza mejor el espacio de los cajones y permite ver la ropa con mayor facilidad. No se equivoca. Estudios realizados por psicólogos de diversas latitudes concluyen que un espacio ordenado aumenta la productividad, optimiza el tiempo y aleja el estrés y las distracciones.

Más prácticas minimalistas

Otra de las prácticas minimalistas que ha llegado con gran revuelo en los últimos años y que hemos acogido cada vez más, es la propuesta de las tres erres (3R): reducir, reutilizar y reciclar. Al reducir lo que compramos, reutilizar lo que tenemos y reciclar aquello que desechamos para ser transformado en algo útil, creamos hábitos de consumidor responsable y minimizamos nuestro impacto negativo en el medio ambiente.

Por otro lado, hemos visto el aumento en el número de plataformas que promueven el eslogan “menos es más”, así como otras enfocadas en la paz y claridad mental que transmiten los objetos perfectamente ordenados.

Otra tendencia es la decoración minimalista que, según los expertos, nos relaja en nuestro hogar.

 

La filosofía Inbox Zero es otra costumbre minimalista, que consiste en vaciar la bandeja de entrada de los correos electrónicos al acabar cada jornada laboral mediante la clasificación según su utilidad, con el fin de llevar un mayor control sobre ellos y evitar la distracción.

Un ejemplo más es el batch cooking (cocinar por lotes) que gana cada vez más adeptos, cocinando un solo día lo que se va a comer en toda la semana, minimizando la corredera y el estrés de tener que pensar a diario lo que se va a cocinar.

Rompiendo el paradigma actual

Romper cualquier tipo de patrón de comportamiento no es tarea fácil y menos si de ponerse restricciones se trata. Si bien es cierto que dar el primer paso hacia un nuevo estilo de vida como el minimalismo puede traer recelo, también puede ofrecer una vida plena sin la demasía de ataduras materiales, ya que si algo nos ha enseñado esta corriente es que a menudo, estos excesos, terminan por afectar negativamente tanto el bienestar individual como el colectivo.

Por esto, no estaría de más hacer un alto para analizar todo aquello que nos produzca una sensación de inconformidad y, ¿por qué no?, intentar sacarlo de nuestras vidas. ¿Cree que podría romper su modelo actual de vida para volver a lo esencial? ¡Nunca sabrá si no trata!

 

Recomendaciones para adoptar prácticas minimalistas

Si quiere arriesgarse a seguir el concepto liberador del minimalismo o adoptar algunas de sus prácticas, aquí le dejamos algunas recomendaciones para empezar a transformar su estilo de vida:

  • Conserve o descarte: Pregúntese primero si el elemento que va a conservar verdaderamente lo necesita o lo hace feliz. ¿Con qué objetivo y qué tan frecuentemente lo utilizará? Puede empezar por lo más fácil “haciendo policía” en su clóset de tanto en tanto. Este ejercicio lo ayudará a dar el siguiente paso con otros objetos de su hogar.
  • Uno entra, otro sale: Al adquirir un elemento nuevo, despójese de otro que no desee más.
  • Evite duplicar: A veces compramos varios elementos iguales “por si acaso”, pero la mayoría de esos duplicados terminan archivados en una gaveta u olvidados.
  • Minimice el ruido visual o estético: Elimine cualquier objeto que le moleste al verlo, se encuentre fuera de contexto o rompa la armonía del espacio.
  • Dele valor a su tiempo: Dedíquese principalmente a las actividades que disfruta. Comparta su tiempo con quien realmente se sienta a gusto y le sume como persona. Su tiempo es oro y nadie se lo va a devolver.
  • Priorice sus gastos: Haga una lista detallada de las cosas en que gasta su dinero, así podrá darse cuenta si está haciendo gastos innecesarios que pueda cortar. El dinero sobrante podrá ser ahorrado o direccionado hacia algún objetivo que realmente sea importante para usted o cercano a su corazón.

Fotos: Getty Images

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