La integridad es la base para el éxito personal y profesional pero, ¿qué exactamente es integridad y cómo la analizamos? Para explicar un poco mejor la visión de Banco General sobre el tema, entrevistamos al Sr. Raúl Alemán, Presidente de Banco General, con más de 40 años de trayectoria en esta institución financiera.
Sr. Alemán, ¿cuál es la ventaja de la integridad a nivel personal?
Integridad es la consistencia entre las acciones de una persona y sus valores. Los valores son aquellos principios que orientan nuestro comportamiento y, a su vez, nos permiten escoger o apreciar algunas cosas sobre otras.
A nivel personal, la integridad es el principal elemento que le permite a una persona ser exitosa en la vida, definiendo éxito no como una medida de los bienes que acumulamos, ni de las posiciones que alcanzamos, sino por el logro de un sentimiento, muy particular, de tranquilidad y paz con nosotros mismos.
En este contexto, el éxito es más dependiente de “el cómo” logramos nuestras metas y objetivos, que de “el cuánto” y “el qué”.
Al ser la integridad el elemento que hace consistente nuestras acciones con nuestros valores, a través de ella logramos estar más en sintonía con los elementos que nos proporcionan paz interior.
De igual forma, si una persona vive en conflicto entre sus actuaciones y los valores, con seguridad no logra paz interna y vive en constante estado de estrés.
¿Cómo se traduce esto a nivel empresarial?
Un ejemplo en las empresas se nota en los equipos de trabajo, que aún con conocimientos y destrezas diversas, si comparten los mismos valores su interacción es mucho más efectiva que si el grupo está conformado por personas que tienen valores y comportamientos diferentes, que típicamente los hace disfuncionales, conflictivos y de bajo rendimiento.
En Banco General consideramos que la integridad es una tremenda ventaja competitiva y es el eje de nuestra cultura corporativa, porque la integridad genera CONFIANZA, que a su vez es la base fundamental de nuestro negocio.
De igual forma, la integridad atrae y retiene talento, pues las personas íntegras se sienten muy bien cuando interactúan dentro de una cultura basada en valores y con pares que comparten estos valores.
Integridad como base de actuar de una organización es un excelente negocio a corto, mediano y largo plazo, y hay una clara correlación entre una empresa con altos niveles de integridad y rendimiento.
¿Cuáles son las claves de la integridad?
La integridad realmente se aprende en casa, se refuerza en la escuela y se pone en práctica en el trabajo.
Lo que los niños aprenden dentro del núcleo familiar es básico en la formación de su carácter y gran parte de este aprendizaje se realiza por observación.
Evidentemente, los maestros y profesores de igual forma tienen un papel importante que jugar en el desarrollo del carácter y los valores de los jóvenes, quienes ultimadamente enfrentarán su prueba de fuego en el entorno profesional.
El ejemplo y la forma de comportarse de los padres es probablemente el elemento que mayor impacto tiene en la creación del carácter y los valores que los hijos, una vez crecen, deciden escoger.
¿Qué valores y principios aumentan la competitividad a las personas y/o las organizaciones?
Evidentemente, la integridad, la transparencia y la honestidad son valores fundamentales para desarrollar personas con carácter y consistencia en sus actuaciones, lo que las hace más competitivas.
En las organizaciones, los valores tienen que desarrollarse y practicarse desde las más altas esferas de la organización hacia abajo para que puedan ser efectivos. El comportamiento de los directores y de la alta administración es fundamental para crear condiciones de una cultura basada en valores y altamente competitiva a través de todos sus colaboradores.
En momentos difíciles, ¿qué importancia tienen estos valores?
Hay una fábula que se titula La rana en una cazuela con agua y que explica claramente cómo los valores bien cimentados en momentos difíciles nos ayudan a tomar la decisión correcta.
La fábula cuenta acerca de una rana nadando en una cazuela de agua que se está calentando a fuego lento; el agua se pone tibia y a la rana le parece agradable y sigue nadando. Sube la temperatura y el agua se calienta, pero la rana no se inquieta, y al subir más el calor ya la rana no tiene fuerzas para salir hasta que acaba hervida. Si a la rana la hubiéramos sumergido de golpe en una cazuela caliente, seguro que ella hubiera saltado y salido del recipiente.
En el libro The Integrity Advantage, la primera característica con que se identificaron a las personas íntegras es que para ellas LAS PEQUEÑAS COSAS CUENTAN, lo cual se aplica a la fábula anterior.
La integridad no se pierde de un solo golpe sino poco a poco, con comportamientos en temas de bajo impacto que uno tiende a justificar, lo que hace que cuando tiene la prueba de fuego no la pase.
Las personas íntegras reconocen que estas cosas pequeñas cuentan y, por ende, no mienten o hacen trampa en las cosas pequeñas, y como resultado no son corrompidos por las grandes tentaciones.
¿A qué debemos apuntar como sociedad?
Como sociedad debemos apuntar a la transparencia y a la ética como los valores fundamentales para lograr que nuestro crecimiento económico sea real, bien distribuido, y sostenible a largo plazo. Debemos apuntar a que la integridad sea el eje que sostiene estos valores.
Sin integridad, cualquier logro es falso y vacío. Por más capacidades, inteligencia y buena actitud que tenga una persona, sin integridad sus resultados nunca serán positivos.
Debemos ser muy exigentes con la rendición de cuentas y con promover los valores como la base fundamental de nuestro sistema educativo.
Sr. Alemán, ¿cómo se trabaja esto en Banco General?
En el caso de Banco General, los valores son aquellos principios que deben guiar el comportamiento de todos nuestros colaboradores. Estos valores están definidos en la Visión de la organización: “Empresa líder, reconocida por su solidez, ética, innovación, dedicación al cliente, prácticas de sostenibilidad y solidaridad con la comunidad”. Los valores que promulgamos son integridad, confidencialidad, solvencia moral, respeto, honestidad, transparencia y solidaridad.
La consistencia de adherirse y practicar diariamente estos valores son la base de nuestra cultura empresarial, o sea, ese conjunto de creencias, costumbres y pautas que desde la Junta Directiva y la Alta Dirección de la empresa guían el comportamiento de todos nuestros colaboradores.
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