Bajo el piso de la Catedral

Wendy Tribaldos |

11 noviembre, 2016

Les presentamos un relato exclusivo de lo que está ocurriendo en uno de los sitios más emblemáticos de nuestro país. Conozca qué se ha encontrado, cómo marcha su avance y algunas primicias de cómo lucirá y funcionará nuestra preciada Catedral.

 

El arqueólogo Tomás Mendizábal le explica a Wendy Tribaldos importantes detalles de los descubrimientos encontrados en la Catedral Basílica.

El arqueólogo Tomás Mendizábal le explica a Wendy Tribaldos importantes detalles de los descubrimientos encontrados en la Catedral Basílica.

Pronto quedarán atrás los días en que, con enorme pena, tocaba presentar a locales y extranjeros la Catedral Basílica Santa María la Antigua. La iglesia es hoy parte de un ambicioso proyecto restaurativo liderado por el Instituto Nacional de Cultura, a través de la Dirección de Patrimonio Histórico. Se espera que sus trabajos culminen en diciembre de 2017.

La intervención era, a todas luces, necesaria. El edificio se encontraba en condiciones precarias, a pesar de ser considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1997. Pero sus dificultades no son cosa reciente: solo su construcción original demoró más de cien años, entre fuegos, cambios en sus planos y la falta de recursos económicos. Súmele a estos hechos adversos varias remodelaciones fallidas y diversas expoliaciones a lo largo de sus años y entenderá el por qué la Catedral mayormente avergonzaba en vez de enorgullecer a los residentes de Panamá.

La imagen muestra el retablo mayor protegido por andamios y mallas de seguridad, y una de las criptas de piedra encontradas en la prospección arqueológica. Contenía desechos del fuego de 1737.

La imagen muestra el retablo mayor protegido por andamios y mallas de seguridad, y una de las criptas de piedra encontradas en la prospección arqueológica. Contenía desechos del fuego de 1737.

Desde enero de este año tengo el privilegio de visitar el templo regularmente, en calidad de cronista oficial de su restauración. Esta iniciativa por parte del Comité Amigos Iglesias Casco Antiguo (CAICA) permitirá que Panamá cuente con fotografías y una narrativa detallada de los trabajos que se realizan, para que se conserven como parte del acervo histórico de nuestra nación.

¿Y qué es, entonces, lo que está ocurriendo? Los primeros meses de la restauración se han dedicado al rescate arqueológico de la Catedral, a cargo de los especialistas Tomás Mendizábal y Jonathan Hernández. Su primera tarea fue realizar veinte excavaciones en diversos puntos del interior y exterior del templo. Para no excavar a ciegas, los arqueólogos se guiaron por un sondeo geofísico que les permitió hacer una especie de “radiografía” del suelo.

El sondeo arrojó varias anomalías en el centro de la nave del templo, que alimentó las esperanzas de encontrar el túnel que insistentemente aparece en varios textos y leyendas urbanas. Sin embargo, nunca se halló en la excavación. Lo que sí se encontró fueron dos criptas de piedra de excelente confección, alineadas perfectamente en medio de la iglesia. En una se encontraron restos humanos; en la otra, más cercana al altar, solo se encontraron cenizas de materiales que se cree que provienen del fuego que azotó la Catedral en 1737. De sus dueños, no encontramos nada que los identificara; pero ciertamente deben haber sido de personajes muy importantes, por la calidad y posición de las criptas.

Receptáculo de gas para iluminación del templo, circa 1873. Fue eliminado en una remodelación del siglo 19.

Justo en el centro de la iglesia también se encontró un extraño receptáculo aproximadamente a un metro de profundidad. Visto desde arriba, asemeja una lágrima. En él convergían tuberías que viajaban a todas las columnas del templo, que también fueron descubiertas en la prospección arqueológica. Ello nos indica que la Catedral fue en algún momento de su historia iluminada con gas o kerosene, cosa que desconocíamos: el piso de cemento que se colocó en el templo, en 1875, tapó todo vestigio de este sistema, y no se mencionaba en archivos.

Mucho del trabajo arqueológico fue dedicado a catalogar más de 100 cistas o enterramientos catedralicios. Es importante mencionar que, al excavar estas tumbas, los arqueólogos descubrieron que la mayoría de ellas había sido violentada hace más de cien años. Esto probablemente ocurrió cuando se reemplazó el piso de ladrillo original del templo con el de cemento antes mencionado. Pocas tumbas corresponden a enterramientos primarios de cuerpo entero y se cuentan con los dedos de la mano a las que les conocemos dueño. Una de las pocas que se encontró debidamente identificada contiene los restos de Manuel José Hurtado, padre de la instrucción pública en Panamá.

Estatuilla de la Virgen María y el niño Jesús. Sobre ella, restos de cabello.

Botellita de perfume con una valiosa muestra de aire panameño del siglo 19.

Las cistas encontradas fueron hechas con una variedad de materiales, como por ejemplo cemento, ladrillo, piedra y mármol. Algunas poseen restos de ataúdes, sobre todo cuando estos fueron elaborados de metal. Sin embargo, la mayoría de los huesos ubicados en las cistas se encontraban en contacto directo con la tierra húmeda, lo cual les causó gran descomposición. Pero, a pesar de su precariedad, estos osarios son de gran importancia debido a que son la mejor muestra ósea de nuestro país, que data de entre 1700 hasta finales de 1800. Todo este material se maneja con gran cuidado científico; una vez concluido su estudio, los restos serán colocados en pequeños ataúdes en la cripta de la Catedral.

Crucifijo de metal encontrado en una de las cistas

Crucifijo de metal encontrado en una de las cistas.

No todos los huesos se encontraron en cistas propiamente dichas: por ejemplo, toda la zona cercana a la puerta principal de la iglesia es un revoltillo de tierra y huesos. Ello significa que esta área era dedicada principalmente para enterramientos masivos.

Han sido pocos los hallazgos de objetos en las tumbas, pero sí se han encontrado algunos elementos de valor: un crucifijo, una pequeña imagen de la Virgen y el niño Jesús, una moneda de 1712, una botellita de perfume que conserva una muestra de aire con más de cien años y un papel escrito con el apellido Lewis en su interior, un token del tranvía que recorría la antigua ciudad y un hermoso ataúd con decorativos de plata con la inscripción F.A.H. Todos ellos merecen ser guardados en un museo para su contemplación y estudio.

Botellita de perfume con una valiosa muestra de aire panameño del siglo 19.

Estatuilla de la Virgen María y el niño Jesús. Sobre ella, restos de cabello.

Las excavaciones arqueológicas también han comprobado que la Catedral se hizo en varios momentos constructivos, siendo la parte más antigua la que se encuentra cercana al retablo mayor. Fue allí que se halló la mayor sorpresa de la prospección arqueológica: el piso original del presbiterio, que probablemente date del siglo 18. Es de ladrillo rojo, que todavía se percibe, en el que claramente se ve incrustado un pedazo de mármol en forma de rombo.  Este hallazgo nos habla de una época donde en Panamá eran pocos los fondos disponibles para darle prestancia a la Catedral.

Hacia el centro de la nave también se encontró un muro asomado al suelo, que se muestra en la relación de la Catedral hecha por Nicolás Rodríguez, en 1748. Son los restos de una capilla mayor, que según los planos subía tres escalones sobre la altura de la nave.

El arqueólogo Jonathan Hernández enseña la baldosa de mármol que decora el presbiterio original del siglo 18.

El arqueólogo Jonathan Hernández enseña la baldosa de mármol que decora el presbiterio original del siglo 18.

Es uno de los dos coros que se planificaron para la iglesia, de esquemática muy española. Nunca se terminaron de construir, pues los planos se modificaron para hacer la iglesia más luminosa. El coro que finalmente se hizo se colocó en la parte trasera del templo, y fue eliminado en una remodelación del siglo pasado.

En paralelo con el trabajo arqueológico, se han adelantado estudios para la futura restauración de la fachada. Las deterioradas esculturas de madera que la adornaban ya fueron removidas y se encuentran embaladas en cajas a buen resguardo esperando ser restauradas. Adicionalmente, CAICA ha contratado a un historiador español que está buscando toda la documentación posible sobre la Catedral en Panamá y España. Los estudios han arrojado que es prácticamente definitivo que la fachada de nuestro actual templo se trajo piedra por piedra desde la vieja ciudad de Panamá. La diferencia entre ambas fachadas es de apenas dos centímetros, además de que su estilo constructivo es cónsono con la arquitectura de la primera ciudad de Panamá. La fachada de la Catedral, al igual que se ve hoy día en la iglesia Nuestra Señora de La Merced, es un recuerdo de la vieja ciudad incorporado a la fisonomía de la nueva Panamá.

 

https://youtu.be/9bV_t5gKQkY

Fotografías:  Aramis de Lora

Voces calificadas…

Por: Gladys Navarro de Gerbaud

Bajo el piso de la CatedralAl entrar y mirar a mi alrededor no podía creerlo. El sentimiento de ser parte de la historia –mientras esta se escribe– fue inigualable. Cada agujero abierto en busca de rescatar un pasado muy nuestro tenía su razón de ser. Cada explicación de lo que se ha ido descubriendo resultaba fascinante. Cada rincón recorrido me remontaba tres años atrás, cuando junto al presidente del Comité Amigos Iglesias Casco Antiguo, Ricardo Gago, recorrí esa misma Catedral –en completa decadencia– que hoy se encuentra repleta de andamios, herramientas de trabajo y una atmósfera de construcción que vaticina lo que todos anhelábamos: que más pronto que tarde tendremos una edificación restaurada que nos llenará de orgullo.

Gracias a estas andanzas, he tenido contacto con varios de los principales protagonistas de este capítulo a todas luces importante para nuestro devenir como nación. Estas voces calificadas nos permiten tener una idea más clara de lo que está ocurriendo y de lo que podremos esperar.

Ricardo Gago Salinero
Presidente del Comité Amigos Iglesias Casco Antiguo

Ricardo Gago ha estado involucrado desde el día uno en el proyecto de restauración de las cinco iglesias existentes en el Casco Antiguo. Incansable y siempre motivado, es un convencido de que el gigantesco trabajo para dotar a la Catedral del esplendor que se merece vale la pena.

¿Cómo ha sido el proceso?, le pregunto. “En el pasado, se han intentado restauraciones parciales, algunas buenas y otras muy malas: esta es la primera vez que se hace íntegramente. Es también la primera vez que se hace un estudio arqueológico completo de alto valor científico del templo. A estos primeros se le añade el hecho de que CAICA está financiando un estudio histórico de la restauración, con el fin de que queden fotos y una crónica del proceso a disposición del país”. Me consta lo que comenta Gago, pues en cada visita he sido testigo de cómo se documenta cada pequeño o gran descubrimiento, cada proceso por el cual pasa la Catedral mientras es liberada del desdeño en que se encontraba. Solamente la presencia de Wendy Tribaldos en el panorama, minuciosamente recabando para la posteridad esos fragmentos irrepetibles de lo que el tiempo va dejando, es un privilegio.

Pero, pidiendo prestada una analogía a fray Javier Mañas, así como “ningún hospital funciona sin quirófano”, ninguna catedral funciona sin altares, bancas y confesionarios, y es lo que no deja dormir a Gago. “El dolor de cabeza más grande que tenemos no es la restauración del templo, que es patrimonio de la Nación: es su equipamiento. La Catedral no tiene altares, imaginería, campanas…  Es la más pobre de las iglesias del Casco Antiguo, a pesar de ser la más importante. Cuando unos turistas nos visitan, la Catedral es siempre parada obligatoria. Sin embargo, no tenemos nada que mostrarles… ni para ellos, ni para nuestros servicios religiosos”.

¿Cuánto cuesta y qué involucra?, cuestiono. “Este equipamiento cuesta unos 4 millones de dólares. Para que tengan una idea, solo una campana cuesta 50 mil balboas, ¡y se requieren ocho! Y no solo estamos hablando de mucho dinero, sino también de que el tiempo se nos viene encima. La Catedral tiene que estar lista para la visita del Papa Francisco en febrero de 2019, pues él la va a bendecir”, comenta Gago, mientras insiste en la premura del tema: “Es necesario hacer el pedido del mobiliario en estos momentos. Los talleres escogidos para estos trabajos exigen que les entreguemos el 50% del valor pactado y todos han informado que tardan entre uno a dos años en su fabricación.  Por consiguiente, antes de diciembre de este año tenemos que colocar las órdenes de proceder”.

María Isabel Arrocha
Directora Nacional de Patrimonio Histórico

Para María Isabel Arrocha, el proyecto de restauración de la Catedral “pretende recuperar la belleza y dignidad original de la Catedral, adaptada a los lineamientos litúrgicos actuales”. Quien está al frente de velar porque el país preserve sus monumentos históricos, que son hitos de la historia de la humanidad, nos adelanta detalles específicos de este proyecto: “En la intervención se quieren destacar la fidelidad histórica, la durabilidad del edificio, la funcionalidad litúrgica y la belleza del templo”.

En relación a la parte exterior de la Catedral, es importante conocer que “todas las fachadas van a ser intervenidas. En la fachada frontal de piedra se realizará una restauración completa, sustituyendo los elementos de piedra muy deteriorados y recomponiendo volumétricamente otros. Se ha hecho un levantamiento minucioso de piedra a piedra para identificar su estado y poder proyectar una intervención específica para cada patología que se presente”. Aparte de esto, “se restaurarán el portón principal y las otras dos puertas que están en la fachada principal; se recuperará el entorno ajardinado, con las 10 palmeras reales que hubo en la calle Pedro J. Sosa, y se realizará una iluminación monumental que servirá para realzar la Catedral y simultáneamente embellecer todo el Casco Antiguo”.

En relación a la parte interior de la Catedral Basílica, Arrocha nos comenta que “se realizará una importante rehabilitación, comenzando por el Gran Retablo, que preside la Patrona de Panamá, Santa María la Antigua, que volverá a lucir con el esplendor inicial. Se van a mejorar las condiciones de la cripta. El nuevo coro seguirá las huellas del que se destruyó en 1962 y servirá para instalar un nuevo órgano”, continúa explicando. En relación a las facilidades que estarán disponibles para los visitantes, “el interior de la Catedral dispondrá de climatización y tendrá la iluminación que corresponde a un espacio religioso. La calidad del sonido será un elemento fundamental para conseguir la inteligibilidad y el confort de los fieles. También se han previsto unos aseos para los fieles y todo quedará accesible para las personas que tengan movilidad reducida”, concluye.

¿Cuál es la función de Patrimonio Histórico en esta restauración? “Velar por la conservación y restauración de los bienes arqueológicos y monumentos nacionales e históricos, en este caso la Catedral, mediante la aprobación de todo proyecto de obra, restauración y conservación de los mismos”, explica Arrocha, mientras detalla otros pormenores del modus operandi: “Esta Dirección aprueba la metodología de intervención, los alcances de la restauración, inspecciona los trabajos que realiza el consorcio para asegurar el fiel cumplimiento de los trabajos, los cuales tienen que ser acordes a una restauración científica y monumental por ser este edificio catalogado como Primer Orden, máximo nivel de protección que otorga la legislación panameña a un monumento”.

¿Qué va a ocurrir con todo el material arqueológico catedralicio que han encontrado? “Todo el material encontrado, según una catalogación posterior al final del monitoreo arqueológico de la obra, será incluido en la museografía del Museo de Arte Religioso. Consideramos que debido a la importancia de todo el material encontrado y a la monumentalidad de este edificio, se debe poder destinar a un museo que albergue el esfuerzo y los trabajos realizados en esta restauración”, concluye Arrocha.

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta
Arzobispo de Panamá

Para Monseñor Ulloa, la restauración que se está llevando a cabo “es un motivo de alegría para los fieles, que reconocen en este templo el centro de su comunidad cristiana, la sede de su obispo, una referencia importante en su vida de fe, pero creo que podemos alegrarnos todos los panameños sin distinción porque se trata, además, de uno de los más importantes testimonios de nuestra cultura y nuestra historia, algo que nos concierne a todos”.

Ya fuese sobre un andamio para observar de cerca la fachada, o recorriendo junto a fray Javier Mañas el recinto interior, Monseñor Ulloa es optimista sobre lo que sucede a su alrededor: “La restauración de la catedral era una asignatura pendiente del Patrimonio Cultural panameño y es una satisfacción que por fin un gobierno se haya decidido a abordarla. Estamos seguros de que se hará con rigor técnico y transparencia en todos los órdenes y todos podremos sentirnos muy satisfechos cuando se culmine la obra”, comenta sin reparo, mientras añade: “Naturalmente, para mí esta obra tiene un significado especial, y doy muchas gracias a Dios por ver ya los andamios abrazando los muros del edificio. La restauración de un templo es también la imagen de la restauración permanente que precisa nuestra vida centrada en el Evangelio, como comunidad eclesial y también individualmente. Una buena imagen porque somos imperfectos y necesitamos renovar nuestros propósitos y restaurar nuestra vida en Cristo una y otra vez. Esta obra es, además, extraordinariamente oportuna, y será una gran alegría poder recibir al Papa en el templo, ya en su mejor expresión cuando nos visite, si Dios quiere, con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud”, concluye Monseñor Ulloa.  

Todos podemos ayudar

Su depósito directo a la cuenta corriente 0343010891005 en Banco General será bien aprovechado para el equipamiento interno de la Catedral y es deducible de impuesto.

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