Contemporánea, simple y exquisita…
Un estilo muy limpio y contemporáneo hacen de esta original residencia, con espacios abiertos y muebles eclécticos, un aposento diferente que refleja claramente el gusto de sus propietarios.
Enamorada de Panamá se considera esta familia radicada en nuestro país desde hace un poco más de cuatro años. “Mi esposo por negocios viajó a Panamá y, al entrar al puente marino del Corredor Sur, quedó prendado con la silueta de la ciudad y más tarde con la agradable forma de vida y la gran tranquilidad que se disfruta aquí”, nos comenta esta chispeante mujer con especial brillo en sus ojos y amplia sonrisa. Estos fueron motivos suficientes para el posterior traslado de toda la familia, formada por los padres, tres adolescentes y un hermoso perro llamado Beto.
Ubicada en un desarrollo apacible y separada del área de gran actividad de la ciudad encontramos esta edificación, de dos niveles, con altos techos de tejas y largos aleros, cuya fachada presenta ciertos detalles diferentes pero casi imperceptibles a las otras viviendas que forman este atractivo “compound”.
Un estilo nítido y diferente
“Mantener el estilo arquitectónico del proyecto en los alzados exteriores fue el único requisito solicitado por los promotores”, nos comentó su propietaria, permitiéndoles crear un ambiente muy propio en los interiores.
Dos interesantes puertas de madera, sencillas pero realmente exquisitas en su diseño y el trabajo de ebanistería, que recuerda una pieza de cestería al estar las maderas suavemente entrelazadas entre ellas, nos permiten el acceso. Entramos e inmediatamente sentimos una sensación de amplitud y serenidad. El vestíbulo, que a su vez sirve de sitio de distribución, se crea con una pared free standing que, al estar apoyada únicamente en su base, nos permite atisbar algo del interior de la estancia donde reina el blanco, color que se impone en las paredes y cielos de los interiores.
Desde este punto, y atravesando una galería por la que nos dirigimos a la sala, llama la atención el área que aquí establecen monumentales paredes creando una doble altura, truncada en sus costados por dos estructuras que forman una especie de interesantes puentes colgados en el nivel superior. El recinto es coronado en su parte superior por un cielo en forma de arco de medio punto que se desprende perimetralmente del techo central.
“Mi padre era arquitecto, de joven hizo un internado en el Rockefeller Foundation, en Nueva York. Las formas simples, limpias y los espacios abiertos eran muy su línea. Este género contemporáneo está en mi, yo crecí en una vivienda muy similar a ésta, por lo que cuando comenzamos a pensar en el diseño de la casa yo estaba perfectamente definida en el estilo que quería manejar en los interiores”, comenta ella muy animada.
El mobiliario utilizado en este recinto es de tipo ecléctico y está colocado definiendo muy bien dos áreas. En una, los muebles son de estilo actual y se aprecia el uso del vidrio, el acero inoxidable y la madera tratada de manera muy sencilla. En la otra, los muebles son muy antiguos, heredados de la familia, con maderas torneadas y tachones. El uso del color blanco se repite en el tapiz del mobiliario unificando ambas áreas y, junto con los limpios pisos de piedra tipo limestone, se crea un amarre total del conjunto. Grandes obras de arte cuelgan de las paredes impartiendo el único toque de color al recinto.
Pasamos entonces a la oficina. En este recinto la propietaria pasa muchas horas ya que está escribiendo su segundo libro de cocina, tema que le apasiona. Una vez terminado sus estudios de nutrición y alimentación, en Louisiana State University, y de pastelería, en Europa, regresó a su país con la idea de que allí viviría para siempre, sin considerar que el destino le jugaría una pasada diferente, aunque no desagradable. Así, desde el principio planeó que éste fuera “su” rincón, un entorno que le gustara, muy sereno, “que no me pese”. Aquí los pisos están cubiertos por listones de madera de almendro colocados at random y de manera sesgada, las paredes están pintadas en blanco y el mobiliarios es de líneas muy limpias, usando siempre la madera, el vidrio y el acero inoxidable.
Al final de la galería hallamos el family room, lugar de reunión de la familia donde se juntan todos luego de un día de trabajo o del colegio, para conversar y escuchar música. En este aposento se mantiene una uniformidad en los materiales utilizados en el interior de las alcobas: madera para los pisos y color blanco en las paredes. Sofás forrados en canvas blanco, una mesa de acero inoxidable y vidrio, y sillas también cubiertas en material blanco forman el mobiliario. Un enorme puff en azul rompe con los tonos monocromáticos.
Regresamos al inicio de nuestro recorrido y nos llama la atención una especie de torreón acabado en azul encendido que habíamos pasado por alto al ingresar en la residencia. Esta pieza sirve de estructura para la escalera, que posteriormente nos llevara al segundo nivel, y también esconde un excepcional powder room. Este baño de visitas es de forma circular. Muy interesante nos parece la puerta de acceso que mantiene la forma singular de las paredes. El revestimiento del piso es de limestone y está colocado de manera concéntrica. En el punto central ha sido colocada una vela que nos llama la atención. Una pequeña banquita trabajada en mármol sigue el perímetro del círculo de las paredes que mantienen el color blanco.
El comedor es una estancia perfectamente cuadrada a la que ingresamos por un par de puertas corredizas. Aquí se ha empleado la madera y el vidrio de una forma muy atractiva: los vidrios parecen estar sostenidos solo por los largueros laterales y se les ha dado un tratamiento esmerilado para ofrecer privacidad al recinto. Lámparas indirectas proveen al área de una agradable iluminación. El blanco de las paredes es interrumpido solo por un nicho, longitudinal, revestido en madera, donde se exponen varias piezas de plata. Una gran mesa cuadrada en madera oscura y sus ocho sillas colman perfectamente el lugar.
Acero inoxidable, madera, piedra y vidrio también son los materiales utilizados en los revestimientos y gabinetes de la cocina, pero aquí el esquema de colores cambia totalmente con relación al empleado en las otras áreas de la casa. Los pisos están cubiertos de limestone en tonos grises, el mobiliario está revestido en madera muy rubia y algunas de sus puertas son de acero inoxidable y vidrio, todo lo cual, junto con los electrodomésticos recubiertos en acero, resalta sobre el fondo oscuro del granito de las paredes. Este es como el laboratorio, ya que es aquí donde se producen todas las recetas que luego pasarán al libro.
Grandes ventanales han sido orientados en todas las estancias del área social para poder disfrutar de una amplia y maravillosa terraza con extensos aleros sostenidos por una interesante estructura de madera, apernada y plantada de forma repetitiva en un perfecto orden, desde donde cuelgan hamacas en tono natural. Muebles de mimbre en tonos oscuros, enfundados en tapices en crudos, se integran al maravilloso panorama formado por la transparente piscina y el exuberante y bien logrado jardín tropical de verde follaje, salpicado por rojos, amarillos y naranjas de las flores que lo atavían. “Al iniciarse los trabajos de los patios exteriores nuestro propósito era reproducir el entorno de los ríos de Panamá, ya que a toda la familia nos parece divina la sensación de libertad que ofrece la naturaleza e integrarnos a ella nos embruja”, nos comenta la propietaria con un aire de orgullo por la labor realizada.
Pasos sueltos, revestidos en planchas de limestone que parecen suspenderse del torreón azul encendido que rompe con el color blanco reinante en toda la residencia, nos dirigen al segundo nivel, área de habitaciones de la familia.
Un saloncito de estar íntimo nos recibe y, a su vez, nos distribuye a las diferentes piezas. Aquí, al igual que en la planta baja, los pisos de las áreas de movimiento están revestidos de losetas de limestone.
Atravesamos uno de los puentes colgantes para dirigirnos a la recámara principal, una alcoba de proporciones agradables donde todo el decorado se maneja de igual forma que en los otros aposentos. Los pisos están revestidos en listones de madera de almendro muy bien brillados, las paredes han sido pintadas en color blanco, los muebles utilizados son de maderas oscuras y su diseño es sencillo y de líneas muy limpias. Las ventanas llevan persianas de madera para controlar la iluminación y nuevamente apreciamos el blanco en el color de los tapices. El baño principal está revestido de paredes y pisos en enormes planchas de limestone en tonos grises. Nuevamente apreciamos el uso del acero inoxidable en los accesorios y grandes láminas de vidrio templado crean las divisiones necesarias, manteniendo la transparencia y claridad al área. Muy escasos son los elementos ornamentales, solo velas y orquídeas decoran este recinto.
La uniformidad en el uso de materiales y colores se repite en las recámaras secundarias, diferenciándose solamente por los detalles que le han fijado sus jóvenes custodios, ofreciéndoles un carácter particular a cada una de las habitaciones.
En estos interiores encontramos un ejemplo típico del estilo contemporáneo, donde se emplean espacios abiertos, las líneas en los diseños son limpias y sencillas, el manejo de materiales se estandariza, se reduce el uso de los ornamento decorativos y de los tonos de pinturas, sirviéndose de plantas y del arte para dar los toques de color necesario.
Una integración total
Para esta familia, que se ha radicado en nuestro país con grandes deseos de integrarse y disfrutar del hábitat que los rodea, esta residencia ha sido un ingrediente fundamental en el proceso. Se sienten satisfechos al haber podido lograr una decoración interior sumamente cómoda, práctica y moderna, muy a tono con lo que estaban acostumbrados, en un lugar apacible y muy tranquilo de esta maravillosa ciudad.
*Vickie de Dahlgren es diseñadora de interiores
Fotos: Silvia Grunhut / Space 67.