Un refugio chic y tropical

Vanesa Restrepo de Rinkel |

8 agosto, 2017

Como un sigiloso guardián de la belleza natural que lo rodea, se presenta esta cálida y chic residencia de playa, la cual nos deleita con su estilo “modern tropical island”.

Agua, aire y tierra se conjugan con el verde profundo de la vegetación local para crear el más inmaculado telón de fondo de esta hermosa villa en Pearl Island, cuyos 550 metros de construcción son una alabanza a la naturaleza con su ambiente “natural chic”, el cual busca mimetizar los materiales y colores con la isla.

Tropical y contemporáneo

El mar es protagonista en esta hermosa residencia de playa.

Construido hace un año y medio, este espectacular refugio de techos altos, líneas básicas, maderas lavadas y textiles frescos nos conecta de inmediato con el azul del mar. Bajando por un corto camino escalonado llegamos a la casa, cuya entrada principal da la espalda a la bahía, dejando que su interior tome el protagonismo.

Un mármol travertino corte a la vena nos recibe al pasar por su puerta, en donde un gran salón conforma la cocina, el comedor y la sala, desembocando en una gran terraza con piscina que se asienta sobre el fértil acantilado.

De una sola planta, esta casa playera fue exquisitamente decorada por el diseñador español Ignacio James Lamigueiro con un estilo modern tropical island, de paredes off white, puertas de madera tipo roble y muebles con algodones y linos, realzado con arte local y exóticos elementos decorativos extranjeros, traídos de los más lejanos rincones del mundo.

Desde el techo, tres lámparas de madera de nogal cafetero y cuerda, diseñadas por James y fabricadas artesanalmente en Colombia, iluminan cálidamente el gran espacio.

A la izquierda se encuentra el open plan kitchen, diseñado con mobiliario de corte limpio y equipado con lo último en línea blanca.

Su contemporáneo open-plan kitchen, de corte limpio, madera de piñón y la más moderna gama de electrodomésticos, es el espacio ideal para preparar los más deliciosos almuerzos familiares.

Seis bancos de madera sólida se despliegan a lo largo de la barra de la isla de la cocina, elaborada con un sobre de piedra en tono marfil en donde llama la atención la plancha redonda de sal rosada, traída del Himalaya por los dueños de casa.

Esta herramienta de cocina, que también puede ser presentada como elemento decorativo, es utilizada para asar alimentos, ya que cuenta con la capacidad de propagar calor como una plancha de hierro, pero brindando el punto justo de sal a los alimentos que se cocinan en ella.

En el centro, una rectangular pieza minimalista de madera de piñón, acompañada por seis sillas contemporáneas de madera y cuerda “vocación marinera”, conforman el acogedor y descomplicado comedor.

Pasando a su sala, a mano derecha, nos encontramos con un ambiente tropical y contemporáneo, cálidamente amoblado con un cómodo sofá básico de cuatro puestos con almohadones y dos acogedoras poltronas, todas con funda de lino-algodón color piedra.

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Combinando armoniosamente con ellas se encuentran un coffee table, una librería de estilo español para la televisión en madera de piñón y unas mesas auxiliares de madera de nogal cafetero que alojan la gran rodaja de piñón tallada a mano, convertida en bandeja o frutero, y la lámpara con base de tronco: dos elementos decorativos que nos hacen recordar un placentero paseo por la playa al atardecer.

Natural y funcional

La espaciosa terraza ubicada al pie de la piscina goza de una tolda retráctil traída de España y dos grandes sofás de guadua diseñados por el español Ignacio James Lamigueiro.

Se podría decir que el plato fuerte de esta moderna y chic residencia de playa es su terraza al fresco. Tan solo bajando un escalón nos recibe una enorme puerta plegable de vidrio, la cual abre paso a este espacioso lugar, con piso de mármol travertino de tipo poro abierto y tolda retráctil fabricada en España que, al retirarla, permite la entrada de la luz a través de su techo de vidrio.

En ella, una pequeña sala con dos enormes sofás, diseñados por James, con guaduas (bambú gigante) y cojines de telas frescas, le brinda un estilo “natural chic” al espacio, el cual sirve como punto de reunión al aire libre, ideal para ratos de esparcimiento con familia y amigos o, simplemente, para apreciar la incalculable belleza del hermoso paisaje marino.

Al igual que el resto de los muebles de madera de la villa, tanto la mesa de centro de la terraza como las bancas auxiliares también son creaciones de James, fabricadas de forma artesana en maderas macizas, exclusivamente para esta casa, por ebanistas colombianos.

A ras del piso se encuentra el infinity pool de 60 metros que mira no solo hacia un pequeño jardín en donde reposan cuatro sillones de exterior con aluminio en su estructura sino a las tranquilas aguas del Pacífico que, con su oleaje, acarician el verdor de la frondosa naturaleza de los pequeños islotes que se asoman en la bahía.

Una vista que quita el habla, es lo primero que se ve al entrar por la puerta de esta hermosa residencia ubicada en Pearl Island, la cual fue decorada por el diseñador español Ignacio James Lamigueiro, quien utilizó el estilo modern tropical island, mimetizando los materiales y colores con la isla.

Al lado de la piscina se encuentra un comedor de seis puestos protegido por un gran parasol, así como dos asoleadoras junto al agua, para quien desee descansar y divertirse bajo el sol o las estrellas.

Acogedor e íntimo

La villa cuenta con cuatro acogedoras recámaras con baños completos en pisos y paredes de mármol travertino de tipo poro sellado, mobiliario de madera y moderno lavamanos doble, distribuidas en una espaciosa habitación principal, dos para niños y un enorme cuarto de huéspedes con vista al mar.

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El cuarto principal evoca tranquilidad, frescura y confort con su acolchada cama de espaldar tapizado, su casual chaise-longue doble con throws en tonos marinos, su escritorio y su gran ventanal de puerta corrediza hacia el horizonte, dotado de un gran blackout motorizado.

Sea para dejar entrar los rayos del sol, apreciar el idílico paisaje sin pararse de la cama o tomar una tranquila siesta en absoluta oscuridad, este espacio íntimo de la casa es ideal para un descanso perfecto.

Cruzando el salón, al lado opuesto de la recámara principal, se encuentra la habitación de huéspedes −con cama king size de respaldar tapizado−, cuyo gran ventanal accede a la terraza.

Una ducha exterior, hecha en un muro de piedra y pérgola, junto al baño principal y el de huéspedes lo recibe después de un chapuzón en la piscina o una zambullida en el mar.

Ambas habitaciones cuentan con una ducha exterior con pérgola y muro de piedra para un refrescante baño al aire libre luego de venir de la playa o la piscina.

Continuando nuestro recorrido, volvemos a la sala principal para llegar a las habitaciones de los niños, ubicadas a lado y lado de la entrada principal de la casa.

Nuestra primera parada fue la recámara de los chicos, decorada en tonos azul rey con dos camas twin de dosel en madera de piñón y dos grandes baúles de madera que reposan en la punta de cada una de ellas, sobre una alfombra a tono de fique, en donde guardan sus juguetes y tesoros más preciados.

Atravesamos nuevamente el salón principal para terminar nuestro recorrido con la habitación de la princesa de la casa, la cual nos recibe con una cama king size de dosel en madera color beige, un escritorio de madera con silla vintage colonial francés y lámpara de piso de trípode, brindándole un toque de contemporaneidad al espacio.

Un baño de visita con mueble de madera y piso de mármol travertino tipo poro sellado, nos espera a la salida de esta habitación, completando el tour de esta “ventana hacia el mar”, que, a merced de la exuberante naturaleza que la rodea, se funde en ella con su gusto chic y tropical.

 

Fotos: Tito Herrera

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