Buenas nuevas…

Gladys Navarro de Gerbaud |

9 noviembre, 2015

En unas cuantas semanas estaremos despidiendo los primeros quince años de este milenio. Todavía recuerdo, como si fuese ayer, todos los enredos y preparativos que surgieron con la llegada de la famosa fecha, debido a que nadie sabía a ciencia cierta qué sucedería al arribar a nuestros calendarios el intrépido año 2000. Ciertamente, ningún sistema colapsó ni sufrimos una hecatombe mundial, pero mirando hacia atrás siento que estos quince años han aportado buenas nuevas para la humanidad, algunas de las cuales les presentamos en esta edición.

Uno de los temas que han cambiado drásticamente nuestras existencias tiene que ver con los avances médicos y tecnológicos de los que hemos sido testigos. En una inspiradora narración, entrevistamos a tres valerosos panameños, quienes −desde que tienen uso de razón− han tenido que luchar contra una enfermedad sumamente difícil de manejar, tanto a nivel personal como social: la epilepsia. Ricardo Brostella, Lourdes Arias de Endara y Manuel Gómez Núñez nos demuestran que afrontar un problema de salud no tiene edad, género ni condición social; es una carrera de resistencia que se puede ver beneficiada por el trabajo incansable de quienes ponen sus vidas al servicio de los demás como médicos. Y es aquí donde radica la belleza de estas historias al conocer, de la mano de los doctores Rubén Kuzniecky y Carmen Báez de Ulloa, ambos panameños también, cómo estas tres personas y muchas otras en el mundo pueden “despertar” luego de recibir tratamientos y ser operados para aliviar su condición.

También en estos quince años nuevas tecnologías han prosperado y prometen seguir sorprendiéndonos con adelantos que, en ciertos casos, lejos de la novelería logran tener efectos prácticos y muy reales para la solución de problemas. En un artículo sumamente informativo nos adentramos en el tema de las impresiones 3D y cómo las mismas están aportando valiosos recursos a la humanidad, desde la creación y uso efectivo de prótesis o extremidades para niños y adultos, hasta la impresión de implantes que son utilizados en diversas partes del cuerpo.

Pero las buenas nuevas no solamente tienen que ver con temas médicos. Cada año y en nuestro propio patio más organizaciones benéficas sirven de trampolín para que jóvenes en riesgo social tengan la oportunidad de salir adelante y superarse. Este movimiento de responsabilidad y conciencia social que ha despegado alto durante este milenio ha tocado las vidas de jóvenes como Leydis Caicedo, José Garrido y Patricia Garibaldi, provenientes de Casa Esperanza, la Fundación Calicanto y el Hogar San José de Malambo, respectivamente; organizaciones que los respaldaron y abrieron los ojos a una nueva realidad, brindándoles las herramientas necesarias para alcanzar sus sueños.

Siempre me gusta pensar que cada año nos brinda nuevas oportunidades para ser mejores, para corregir errores, para alcanzar nuestros sueños. Ya se acerca, ya se ve en el horizonte el año 2016; tomemos este tiempo, que cada día por alguna razón se pasa más rápido, para reflexionar sobre lo que queremos lograr y cómo quisiéramos ser recordados, para que cada día sea aprovechado de la mejor manera posible y para que cada uno de nosotros podamos seguir brindando buenas nuevas a los que nos rodean.

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