Emprendedores con ideas creativas

Juliana Valderrama |

7 marzo, 2016

Cuatro jóvenes panameños están logrando, a través de sus ideas creativas y de la mano del emprendimiento, destacar y sacar adelante los proyectos con los que soñaron.

Cambian mentes, desarrollan proyectos e, incluso, hacen aportes innovadores y útiles. Son cuatro jóvenes panameños cuyas iniciativas han logrado cautivar usuarios no solo en Panamá sino fuera de nuestras fronteras. Se trata de Jaime Cham, jefe de Tecnología de PicCollage; Melisa de León, cofundadora de Mandao; Juan Alberto Corradine, ingeniero de Sistemas y cofundador de Recicla Panamá, y Min Chen, fundadora de la empresa de tecnología Alcenit y de STAR, un proyecto de responsabilidad social que trabaja para incluir a niñas desde temprana edad en las ciencias. Estos profesionales han visto en su entorno oportunidades y hoy, a través de sus historias, se convierten en motivación para los demás.

El mundo de las aplicaciones

Jaime Cham y el equipo detrás de su aplicación PicCollage jamás se imaginaron que en corto tiempo estarían entre las primeras 10 aplicaciones para teléfonos inteligentes en Estados Unidos, Inglaterra y Japón. La compañía, en la cual Jaime además de ser cofundador ocupa el cargo  de jefe de Tecnología, fue establecida en 2009. La idea, nos comentó Jaime, surgió de ver el interés de las personas por la fotografía. Después de estar dedicados por algún tiempo a desarrollar aplicaciones para Facebook, dieron el salto a aplicaciones para dispositivos móviles. Cuando en 2011 lanzaron PicCollage al Apple Store, en una hora los usuarios bajaron 10,000 veces la aplicación ¡y hoy en día la bajan más de 100,000 veces en un día!

Jaime trabajó en dos compañías startup, GWcom y Flarion, donde aprendió que emprender era cuestión de sentarse a crear algo y poner el trabajo para montar un equipo con el cual desarrollar y hacer realidad la idea. Esa fórmula cimentó el éxito de PicCollage.

Desde muy temprano, mientras cursaba la secundaria en el Colegio Javier de Panamá, Jaime tuvo la inquietud de crear contenidos: “Cuando aprendí a programar en la secundaria, quise crear mis propias aplicaciones y juegos. Retomé la idea después de empezar a trabajar en Silicon Valley, cuando vi cómo surgía alrededor mío el internet”. En el camino, Jaime comprendió que el emprendimiento era necesario para poder terminar de hacer realidad sus ideas y ofrecerlas al mundo, como nos explica: “A pesar de que mi interés está centrado en crear cosas, descubrí que el emprendimiento en sí es un vehículo para poder sostener y lograrlo puesto que, en general, las ideas siempre están ahí y todo el mundo tiene las mismas, pero no todos ponen el esfuerzo y el talento para desarrollarlas y evolucionarlas a lo que tienen que ser. En mi caso particular, es muy gratificante cuando conversas con alguien nuevo y te cuentan que han usado tu app por años”.

El emprendedor nunca descansa, y así mismo lo afirma Jaime, en su carrera de ingeniero electrónico, graduado de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, cuando nos contó sobre cómo y dónde surgió la idea de crear PicCollage: “La primera versión de PicCollage la desarrollé porque tenía que volar desde Taiwán a California, un vuelo de 14 horas, para una entrevista con el inversionista famoso Y Combinator. El avión no tenía películas ni internet, y necesitábamos algo que demostrar durante la entrevista”. En ese momento, decidió lanzar una versión súper simple al mercado, pero fue muy bien acogida desde el principio.

En el caso del equipo de PicCollage, siempre están desarrollando apps nuevos usando tecnologías novedosas. “Viendo el mercado creemos, por ejemplo, que la importancia de los videos versus las fotos seguirá creciendo. Por eso, nuestra ambición como compañía siempre ha sido crear algo que una gran mayoría del mundo use, y que lo encuentre suficientemente útil para usarlo todos los días. Nos falta mucho para llegar allá, así que seguimos adelante”, explicó sobre cómo concibe el futuro de su compañía. Con esta mentalidad y acción constante es como han logrado tener un envidiable puesto entre las 50 aplicaciones gratis más populares del mundo.

Una plataforma que conecta a viajeros del mundo

Encontrar la idea y desarrollarla requiere un camino que recorre cada emprendedor. En el caso de Melisa, participar en un programa llamado Discovery, del Centro de Innovación de la Ciudad del Saber, ayudó a su desarrollo y a atreverse a lanzar Mandao.

Melisa de León nació y estudió en Chiriquí. Cuando decidió estudiar Ingeniería Industrial se mudó a Panamá donde hizo un año en Florida State University y luego se transfirió a Purdue University, en Estados Unidos. En 2015, su sueño de emprender se hizo realidad cuando cofundó Mandao, una alternativa a los servicios de courier tradicionales o al correo, basada en la idea de la economía colaborativa, a través de la cual los mismos viajeros se conectan con compradores.

Melisa nos explicó cómo funciona: “El comprador publica el pedido con el precio que está dispuesto a pagar por todo el manda´o (compra y entrega). El viajero que está interesado en hacer el manda´o contacta al comprador, para afinar todos los detalles. Nosotros le cobramos al comprador en cuanto el viajero acepta el pedido; sin embargo, le pagamos al viajero cuando entrega el producto. Creamos confianza, usando el sistema de valoraciones de usuarios. Adicionalmente, tenemos una plataforma de pago que permite hacerlo en línea, y brindarle seguridad a nuestros clientes”.

La página web, que fue lanzada en octubre de 2015, logró 100 clientes en los primeros dos meses de funcionamiento. Basándose en el modelo de UBER, entre otros, Melisa espera que el año 2016 sea uno de expansión para la compañía. Tienen como meta proyectarse a otros mercados a mediados del año. A su vez, el año pasado recibieron un reconocimiento de Seed Star World como uno de los nueve mejores startups de Panamá.

A todos los emprendedores los mueve la fuerza de la creatividad, y desde que Melisa tenía 23 años de edad sabía que quería tener algo propio. “No toda persona creativa es emprendedora. Lo que realmente define a un emprendedor del resto de las personas es que nosotros ejecutamos las ideas que tenemos, no dejamos estas en solo sueños”, explicó Melisa respecto al proceso creativo de Mandao. La idea surgió en el último año de su MBA en Madrid: “Siempre necesitaba cosas de Panamá; sin embargo, tenía que esperar que alguien viajara de Panamá a España para pedírselo. Ahí me di cuenta de que necesitábamos una manera más eficiente de envíos internacionales. Usar el concepto de economía colaborativa me pareció que era la mejor manera de solucionar el problema, dado que así podemos hacer un uso más eficiente de todos los recursos que tenemos, en este caso, del espacio libre que ya tiene el viajero”. A sus 27 años, Melisa vive con pasión el poder darle valor a muchas personas en el mundo con el servicio que ha creado.

¿Comenzar una empresa es como tirarse de un avión sin paracaídas?

En 2011, Juan Alberto fue nombrado uno de los 10 jóvenes sobresalientes en la premiación de la Cámara Junior panameña JCI TOYP.

En 2011, Juan Alberto fue nombrado uno de los 10 jóvenes sobresalientes en la premiación de la Cámara Junior panameña JCI TOYP.

La historia de Juan Alberto Corradine y su empresa, Recicla Panamá, fundada en 2009, es una historia de éxito, pero también de enormes retos, como en muchas de las historias que cuentan los emprendedores.

Cuando se graduó del Colegio Javier continuó sus estudios en Ingeniería de Sistemas en la USMA, lo cual le sirvió como base para la carrera que continuaría como emprendedor. “Muchos describen comenzar una empresa como tirarse de un avión sin paracaídas, y tener que fabricarlo rápidamente mientras caes. En nuestro caso, fabricar el paracaídas consistía en lograr conseguir un flujo constante y suficiente de equipos electrónicos para lograr operar una planta de reciclaje de forma rentable. Por lo cual, como emprendedor, aparte de la creatividad, creo que se debe tener dedicación, perseverancia, disciplina y actitud de sí se puede para no entrar en pánico”, comentó mientras recordaba cómo inició el camino del emprendimiento con Recicla Panamá.

Mientras Juan Alberto trabajaba en Dell, surgió en él un interés por la literatura relacionada con el tema de emprender, en especial los libros de Robert Kiyosaki. Al poco tiempo, decidió renunciar a su trabajo, pero no solo. Logró convencer en ese momento a su novia Fernanda, ahora su esposa, de que renunciaran juntos. Mientras se planteaban qué idea perseguir, un amigo les habló sobre el reciclaje de artículos electrónicos. “Siendo ingeniero de sistemas y habiendo trabajado 6 años en una empresa líder de fabricación de electrónicos, no tenía ni idea de qué se trataba el reciclaje de electrónicos. Luego de investigar en internet, nos gustó mucho la idea y decidimos que eso era en lo que íbamos a emprender”.

En la actualidad, Recicla Panamá se encarga del proceso de reciclaje de estos equipos, el cual según nos compartió Juan Alberto, es igual al de su fabricación, pero en reversa: “Manualmente se desensamblan los equipos –con destornilladores eléctricos, pinzas, etc.– para lograr separar los diferentes materiales que los componen y luego enviar estos materiales “limpios” a diferentes recicladores especializados. También se le conoce como logística reversa. Al reciclar los equipos, nos aseguramos que estos no terminan en vertederos, ríos, y mares, ya que son altamente contaminantes para el medio ambiente. También estamos contribuyendo a la reutilización de materiales, lo que significa que para la fabricación de nuevos productos no se tiene que recurrir 100% a materiales vírgenes”. El trabajo que en la actualidad hace Recicla Panamá, además de crear empleos, es cambiar la mentalidad y el manejo que se hace de los desechos electrónicos en el país.

Los emprendedores deben ser inconformes

Min Chen

Desde muy joven Min comprendió que su naturaleza era ser emprendedora. En su adolescencia, al trabajar en proyectos personales, profesionales y académicos le gustaba llevar una idea a la realidad y ver los resultados, como lo está haciendo hoy en día con las niñas a las que inspira a través del programa STAR.

La palabra inconforme en el caso de un emprendedor es positiva, porque significa que siempre busca alternativas para mejorar. Esta es una de las constantes en la vida de Min Chen, fundadora de la empresa Alcenit Corporation, que se dedica a ofrecer ingeniería de software, seguridad informática y sistemas ultracomplejos, a empresas líderes en el mercado panameño. Para ella, la determinación, energía y mente abierta, son tres elementos que no deben faltar. En pocas palabras, esta es la descripción perfecta de Min, quien en 2006 comenzó su carrera como emprendedora.

Según Min, haber trabajado durante algunos años para otras empresas le permitió definir mejor su idea, y con el apoyo de su amplia formación académica, entre ella su título de Ingeniera de Software de la universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos, logró “entender cómo funcionan las empresas por dentro y ahora mi trabajo cada día es ayudarlas desde afuera”. Sin embargo, la curiosidad por emprender en la vida de Min no se quedó en las paredes de su oficina en la Ciudad del Saber; este año comenzó un nuevo proyecto de responsabilidad social empresarial, el cual promete ser un modelo para implementar en otros países.

“Como líder en el grupo Women in Engineering (WIE) de IEEE Panamá estamos trabajando para tener una sociedad más inclusiva y, por ende, más próspera. Women in Engineering (WIE) es el grupo profesional más grande a nivel mundial dedicado a la promoción de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Es parte de IEEE que, a su vez, es la organización de voluntarios profesionales más grande y antigua del mundo con más de 450,000 miembros en 160 países. IEEE Panamá tiene más de 43 años de haberse fundado en el país”, explicó Min sobre este nuevo emprendimiento y agregó: “Implementamos el piloto del programa internacional STAR que se enfoca en reeducar sobre el mensaje equivocado de que las ciencias no son para las niñas. En Panamá implementamos este programa con un enfoque de emprendimiento social para lograr resultados sostenibles y tener un efecto multiplicador a través de los años. La meta es encender la curiosidad  de más de 200 niñas y niños a través de una experiencia memorable”. Este proyecto promete ser una alternativa a la formación de ciudadanos, desde pequeños enfocándose en la importancia de la ciencia. Esto para Min es tan solo el comienzo.

Las anteriores son historias de la vida real que representan una fuente de inspiración; sorprenden porque son jóvenes brillantes, preparados, con experiencia, que han visto en una idea la posibilidad de ofrecer al mundo y a los usuarios, opciones, servicios y aplicaciones relevantes en el mundo actual y que aportan valor.

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